Cuando un periodista investiga sobre la Isla del Coco para un artículo científico, todos los entrevistados hacen la misma pregunta: “¿Ya habló con Jorge Cortés?”. Uno de los científicos más prolíficos en las ciencias marinas del país, Cortés trabaja de cerca analizando los impactos humanos y naturales en arrecifes coralinos y otros sistemas marino-costeros tropicales.

En febrero del 2016, editó un número especial de la revista académica Biología Tropical dedicada a la Isla del Coco y, en entrevista con UNIVERSIDAD, comentó el futuro de la isla en un planeta más caliente.

Para alguien que no conoce bien la cadena de un arrecife, ¿cuál es el impacto que tiene el blanqueamiento?

Los corales son animales que tiene un esqueleto que ellos van produciendo y  crece por años; la acumulación de estos esqueletos forma una arrecife. Un arrecife es una estructura grande, tridimensional y donde está la mayor cantidad de especies en los océanos. Si el coral desaparece, ahí va toda la cadena: todo lo que está asociado al arrecife va a desaparecer.

El arrecife es como un edificio, los que construyen los edificios son los corales y en ese edificio vive toda clase de organismos, desde microscópicos hasta los animales grandes que vienen a alimentarse de otros que están ahí.

Entiendo que es un edificio, pero también un edificio particular porque juega un rol como de guardería. 

Sí, es una guardería o una maternidad. Es un sitio donde se reproducen las especies. Llegan como larvas, se empiezan a reproducir ahí y luego se van. Otras se quedan. Otras larvas salen del arrecife a poblar otras zonas y hay especies migratorias que pasan por los arrecifes en algún momento de su vida.

Ya han habido eventos de blanqueamiento. Entiendo que El Niño del 97-98 fue grave y también ahora. ¿Ustedes han identificado cómo reacciona la isla con un evento como este?

El evento de blanqueamiento más fuerte en la Isla del Coco fue en 1982-1983 y después de nuevo en 97 y 98. Nosotros calculamos que el 90% del coral se murió y disminuyó también poblaciones de muchos organismos, pero desde entonces se ha venido recuperando.

El evento El Niño de 2015-2016 fue particularmente fuerte, similar al ocurrido en 1997-1998.

El evento El Niño de 2015-2016 fue particularmente fuerte, similar al ocurrido en 1997-1998.

(Créditos: NASA)

Usted en algún momento mencionó que estos episodios de blanqueamiento son una especie de ventana al futuro.

Sí, en el sentido de que si se sigue calentando el agua las especies más sensibles se van a estar blanqueando y eventualmente dejan de crecer, dejan de reproducirse, dejan de recuperarse de las heridas y se mueren eventualmente. Digo que es una ventana al futuro porque estamos viendo que se está calentando la Tierra y el mar se calienta también.

En cada ecosistema se habla de la adaptación que puede hacerse. ¿Qué podemos hacer o qué podemos esperar que hagan los arrecifes para sobrellevar estos impactos?

Se ha visto que hay algunas especies más resistentes que otras. Entre los corales que forman los arrecifes, hay especies que forman una simbiosis con unas microalgas que las llamamos Zooxantela, que son las que dan color al coral. Por eso, cuando se calientan y expulsan las algas, solo vemos el coral que es blanco y de ahí se dice que hubo un blanqueamiento.

Hay diferentes clones de estas algas: algunas resisten mucho más las aguas calientes. En algunos estudios se ha visto que tras un blanqueamiento, las algas que empiezan a crecer son de otros clones, que resisten el calor, pero no son tan buenas como las que tenían antes y a través del tiempo las van cambiando.

Lea aquí nuestro especial sobre el impacto del cambio climático en la Isla del Coco.

¿Esto entonces afecta el arrecife como un todo?

Porque los corales van a crecer menos y al crecer menos, empieza a afectar el sistema. Los corales se pueden recuperar de las heridas, pero si están estresados o no pueden crecer bien, esa recuperación será mucho más lenta.

Especialmente en la Isla del Coco, el impacto humano es tan bajo que la recuperación es más rápida. Si lo comparamos con la isla del Caño, donde el impacto es algo mayor pero tampoco es muchísimo, vemos que se ha ido recuperando, más lento que en la isla del Coco, pero también de un buen modo. En la costa ha sido mucho más difícil, porque hay más sedimentos, más contaminación y entonces los arrecifes costeros se han ido recuperando mucho más despacio.

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Usted me comentaba el comportamiento que tendría el calentamiento en tiburones, que se moverían a aguas más frías. ¿Ya han visto esto en la isla?

Cuando hay fenómenos de El Niño y el agua se pone caliente, casi no se ven los tiburones martillo, que son los emblemáticos de la isla. En cambio, en años con aguas más frías, se ven bastante más. En algunos casos están en aguas más profundas y ya los buzos no pueden verlos.

¿Desde su perspectiva, cómo percibe el futuro de la isla en un siglo XXI que proyecta calentarse?

Va a haber cambios, definitivamente, pero lo importante es que no haya presión humana, que no haya pesca. Con solo eso, las probabilidades de que se mantengan y que ojalá haya un cambio a nivel planetario para reducir las emisiones de carbono, los arrecifes probablemente sobrevivan con muchas de sus especies.

Hay algunas especies más sensibles que otras y es probable que desaparezcan en este siglo, pero el problema inmediato en todo lado, tierra y mar, es la presión humana. Usted ve a mucha gente consumiendo mucho y esto es lo que impacta a los sistemas naturales.

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