La evidencia del cambio climático
Los científicos están seguros que la Tierra se está calentando, ¿qué ven ellos que nosotros no?
¿Cómo cambia nuestro clima?
Nuestro clima planetario cambia constantemente. En los últimos 650.000 años, la Tierra ha experimentado siete glaciaciones y tras la más reciente –hace cerca de 7.000 años– la era climática moderna empezó, dando pie también a la civilización humana como la conocemos.
La mayoría de estas son transformaciones lentas, atribuidas a ligeros cambios en la órbita terrestre y la energía solar que recibimos. Sin embargo, en las últimas décadas los científicos han notado un calentamiento inusualmente rápido y desconectado de estas causas históricas.
El clima del planeta está cambiando y lo vemos en la temperatura de la atmósfera y de los océanos, en la pérdida de glaciares y de mantos de hielo y en el aumento del nivel del mar. También en otros lugares: ciertas enfermedades tropicales se multiplican y registramos récords de eventos extremos, como sequías o huracanes.
¿Qué lo provoca? Los científicos están seguros de que somos nosotros –esta misma civilización humana– los responsables del calentamiento global, que avanza a un ritmo sin precedentes en los últimos 1.300 años.
Específicamente, el gran culpables es el CO2 (dióxido de carbono) que hemos liberado al quemar combustibles fósiles, como gasolina, carbón y gas natural. Desde el siglo XIX, los científicos descubrieron que el CO2 atrapa el calor en nuestra atmósfera, subiendo la temperatura planetaria. Nuevas investigaciones ligan esos gases (y otros, en conjunto llamados gases de efecto invernadero) a las tendencias de aumento de temperatura.
Estas son las marcas de ese calentamiento global.
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Señales en la tierra
Aumento de temperatura
Cada año batimos récords: el 2014 fue el año más caliente del que tenemos registro y el 2015 va camino a superarlo. Cada una de las últimas tres décadas completas –los ochentas, noventas y dosmiles– ha sido sucesivamente más cálida en la superficie de la tierra que cualquier decenio desde 1850.
Los datos de NASA, NOAA y otros organismos muestran un claro calentamiento del planeta desde 1880. Entre esa fecha y el 2012, el promedio planetario ha aumentado 0,85°C, la mayoría de ese calentamiento desde 1970.
Aumento en nivel del mar
Los océanos están subiendo a un ritmo inédito. Desde mediados del siglo XIX, el ritmo de elevación del mar superó el promedio existente desde tiempos antes de Cristo. ¿Cuándo ha subido? El promedio global subió 19 centímetros entre 1901 y 2010. Son dos grandes factores que lo provocan: el hielo que pierden los glaciares y la expansión del mar al calentarse. Ambos elementos suman cerca del 75% de la elevación observada del nivel del mar.
Además, el ritmo está aumentando muy rápido. En todo el siglo XX, el mar aumentó 1,7 milímetros cada año; en las cuatro décadas (1971 a 2010) subió 2,0 milímetros por año y entre 1993 y 2010, el aumento promedio fue de 3,2 milímetros por año.
En los trópicos el problema será más serio: el nivel del mar podría aumentar 15% a 20% más que la media mundial por ciertas particularidades de la dinámica planetaria, como la reducida fuerza gravitatoria de las masas de hielo polar, que acentúa la subida del mar cerca del Ecuador.
CO2 en la atmósfera
La atmósfera tiene una cantidad natural de CO2 (dióxido de carbono) y otros gases, pero la actividad humana –como la quema de combustibles fósiles– altera esos niveles. Qué tanto CO2 hay en la atmósfera se mide en partes por millón (ppm).
A inicios de la revolución industrial, este indicador rondaba las 280 partes por millón, un nivel estable en los últimos milenios. En 2015, el nivel de CO2 en la atmósfera superó las 400 ppm, las concentraciones más altas registradas en los últimos 800.000 años.
Calentamiento de los océanos
Aunque la atmósfera se ha calentado bastante, los océanos cargan la parte más pesada. El 90% de la energía acumulada en el planeta entre 1971 y 2010 terminó en los océanos, aumentando así su temperatura promedio.
La capa superior de los océanos –los primeros 75 metros– se han calentado en 0,11 °C por década desde 1971 hasta 2010.
Las regiones con alta salinidad, donde predomina la evaporación, se han vuelto más salinas desde 1950 y un fenómeno inverso ha ocurrido en las regiones con baja salinidad, que se han desalinizado. Los científicos explican que estas tendencias evidencian cambios en la evaporación y la precipitación sobre los océanos.
Mantos, glaciares y nieve
El conjunto de partes de la superficie terrestre donde el agua está en estado sólido (es decir, hielo) se llama criosfera. En general, esta parte del planeta la está pasando mal. Mediciones de glaciares los muestran en retroceso en los Alpes, Andes, Rocallosas, Alaska, Himalayas y África. Además, el hemisferio norte tiene cada vez menos partes cubiertos de nieve.
¿Qué tanto hemos afectado la criosfera? La pérdida de hielo en glaciares fue en promedio 226 Gigatoneladas al año entre 1976 y 2009, pero aumentó a 275 Gigatoneladas por año entre 1993 y 2009. Esto significa que el ritmo de pérdida es mayor en las últimas décadas.
Pero, ¿cuánto es una Gigatonelada? Son 1.000 millones de toneladas o, puesto de otro modo, el peso de 6,8 millones de ballenas azules. Si todo eso fuera agua, podría llenar cerca de 400.000 piscinas olímpicas.
Disminución del hielo ártico
Así como otros componentes de la criosfera, el hielo ártico lleva décadas en constante descenso. Hay un componente natural: cada invierno la cobertura de hielo crece y alcanza un punto mínimo en verano. Por la formación de la Tierra, el Ártico se calienta más que el resto del planeta.
La superficie promedio del hielo del Ártico ha disminuido entre 4,5% y 5,1% cada década entre 1979-2012. Eso equivale a casi diez veces el territorio de Costa Rica cada década. El hielo ártico permanente se ha perdido a un ritmo aún más rápido, de entre 9,4% y 13,6% por década.
Además, los registros muestran que la disminución anual en verano es más rápida y el recuperamiento hacia invierno es más lento.
Acidificación de los océanos
Aunque el CO2 que emitimos sale como gas, no todo termina en la atmósfera. Al menos 30% termina en los océanos, provocando su acidificación. La acidificación de los océanos ha aumentado en 26% desde inicios de la Revolución Industrial (cerca de 1750). El PH de los océanos (la medida de la acidez) pasó de 8.179 a 8.069 en ese tiempo.
Esto tiene un impacto especialmente negativo en ciertos ecosistemas, especialmente en los corales, provocando su blanqueamiento. En un escenario optimista, menos del 10% de los arrecifes de coral sobrevivirán, lo cual repercutirá en 500 millones de personas cuyos medios de vida dependen de estos ecosistemas.