La conferencia Our Ocean, organizada recientemente por el gobierno de Panamá, sirvió de escenario para anunciar a los nuevos donantes del Fondo Azul, una iniciativa conjunta del gobierno de Costa Rica, Asociación Costa Rica por Siempre (ACRXS) y Re:Wild, la cual tiene por objetivo implementar acciones en pro del cumplimiento de la meta 30×30, particularmente en lo relativo al componente marino.
Se trata de los donantes Bezos Earth Fund, Fundación Moore y Fundación Wyss, cuyos aportes se sumaron a los $3,5 millones ya existentes, los cuales fueron provistos por ACRXS. De esta manera, el Fondo Azul cuenta ya con $9,25 millones de los $10 millones a los que aspira.
“Desde 2021, Costa Rica logró la meta de proteger el 30% del territorio marino, el país cuenta con 23 áreas marinas protegidas que suman más de 165.000 kilómetros cuadrados, por lo que este Fondo nos permitirá potenciar los esfuerzos de conservación actuales y promover una economía azul, donde las comunidades costeras y los diferentes usuarios del mar puedan mejorar sus prácticas y proyectos productivos”, declaró el viceministro de Medio Ambiente, Rafael Gutiérrez.
La referencia realizada por Gutiérrez responde a la ampliación del Parque Nacional Isla del Coco y la creación del Área Marina de Manejo del Bicentenario, declaradas bajo el decreto N° 43368-MINAE de diciembre de 2021.
Gracias a este decreto, el Parque Nacional Isla del Coco pasó de tener un área de 2.034 kilómetros cuadrados a 54.844 kilómetros cuadrados, mientras que el Área Marina de Manejo Montes Submarinos de 9.649 kilómetros cuadrados fue absorbida por la nueva Área Marina de Manejo del Bicentenario, cuya extensión es de 106.285.56 kilómetros cuadrados.
Debido a esta acción, el país pasó de tener 2,7% de su territorio marino bajo protección a un 30%, adelantándose con ello a la meta 30 x30 que quedaría plasmada –en diciembre de 2022- en el nuevo Marco Mundial Kunming-Montreal para la Biodiversidad, el cual fue acordado en la 15° Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención de Diversidad Biológica (CBD).
Esta meta insta a los países a tomar medidas de conservación en el 30% de su superficie terrestre y marina al 2030, esto con el fin de contrarrestar la pérdida de biodiversidad y como medida de adaptación ante el cambio climático.
De hecho, y como líder de la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas, Costa Rica es impulsor de esta meta en los diversos foros en los que participa, tal es el caso de las conferencias del clima y biodiversidad así como de otros espacios de negociación. Ese liderazgo lo comparte con Francia y Reino Unido.
Destino del dinero
Lanzado oficialmente en enero de 2021, el Fondo Azul se creó exclusivamente para darle sostenibilidad a largo plazo a las áreas marinas protegidas que forman parte de la meta 30×30, además se incluye un componente de economía azul.
“Estamos tratando de llegar a $10 millones en esta primera etapa que iría de aquí al 2030, pero la invitación queda abierta a que otros donantes se sumen. Entonces, por el momento, es un fondo de siete años y va alineado a las metas del 30 x30”, explicó Katy de la Garza, directora ejecutiva de ACRXS.
En este sentido, el dinero –que será administrado por ACRXS- se destinará a proyectos que busquen la efectividad de manejo de las áreas marinas protegidas, incluyendo la adaptación al cambio climático, la investigación así como el control y la vigilancia. “En cuanto a investigación, la intención es promover que la toma de decisiones se haga basada en datos”, comentó Mónica Gamboa, gerente de Conservación Marina de ACRXS.
“Y en cambio climático, lo que se quiere es trabajar más con la academia en temas de modelado para entender cómo el cambio climático afecta al área marina protegida, pero también a la pesca, ya que este es un tema importante a nivel económico y social, además esta actividad estará permitida -en determinados términos- en el Área Marina de Manejo del Bicentenario”, continuó Gamboa.
Asimismo, se financiarán proyectos de economía azul, orientados a la transformación de la flota pesquera, a la identificación, promoción y adopción de artes de pesca más selectivas, al uso de tecnología para garantizar trazabilidad y trabajo con consumidores, además de turismo sostenible.
“Este es el componente que nos permitirá potenciar el trabajo interinstitucional no solo entre el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) y el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), sino también con Guardacostas, el Ministerio de Obras Públicas y Transporte, el Instituto Costarricense de Turismo, etc. De manera que nos permitirá visualizar que la conservación no solo corresponde a una sola entidad, sino que todo el complejo interinstitucional del país tiene su parte”, dijo Gamboa.
En esta primera fase, el Fondo Azul se enfocará en las áreas marinas relacionadas a Isla del Coco; esto con el objetivo de “trascender el papel”. “Lo que buscamos es que los planes de manejo, que se están desarrollando en este momento, se puedan implementar y esto responde a la prioridad del Fondo dirigida a la efectividad de manejo”, manifestó de la Garza.
Con miras a favorecer la implementación de los proyectos, el Gobierno de Costa Rica –mediante el Sinac e Incopesca- se comprometió no solo a tener los planes de manejo sino también a cuestiones presupuestarias y relativas a personal así como exigir ciertas disposiciones contempladas en la Ley de Pesca y Acuicultura.
“Este año es más de formulación y estructuración. En el 2024 se empezarán a ejecutar los fondos y los proyectos”, aseguró la directora de ACRXS.
La conferencia Our Ocean 2023 llegó a su fin con 341 compromisos de gobiernos para proteger los ecosistemas marinos. Estos compromisos contemplan fondos por casi $20.000 millones para ejecutar acciones en cambio climático, pesquerías sostenibles, economías azules, seguridad marítima, contaminación y áreas marinas protegidas.
La Unión Europea, por ejemplo, anunció 39 compromisos de acción para el año 2023, los cuales serán financiados con 816,5 millones de euros. De estos, unos 320 millones de euros se destinarán a investigación. Por ejemplo, se renovará sus satélites con el lanzamiento de Sentinel-1C, el cual será fundamental para continuar la observación en tiempo real de los icebergs y el derretimiento del hielo sobre el Ártico, con el fin de monitorear el efecto del cambio climático.
Por su parte, Estados Unidos anunció 77 compromisos por casi $6.000 millones. Del total, casi $5.000 millones se destinarán a enfrentar el cambio climático.
“La crisis climática y la de los océanos están inextricablemente unidas, e incluso son la misma cosa. No se puede resolver el problema de la crisis climática sin resolver el problema de los océanos, porque es el calor procedente del calentamiento del planeta el que va a parar al océano. El 90% de ese calor va a parar al océano. Eso es responsable del calentamiento, del aumento de la humedad, del aumento de la intensidad de nuestros vientos y tormentas. Y de ahí vienen las inundaciones que vemos caer por todo el mundo y que se cobran vidas”, declaró John Kerry, enviado de la Casa Blanca para Asuntos Climáticos, en conferencia de prensa.
“En segundo lugar, son las emisiones de combustibles fósiles las que caen al océano con las lluvias y elevan la acidez del océano. Y hemos estado, a lo largo de los años, cambiando la química del océano, más de lo que ha cambiado en millones de años. Esta es una conclusión científica de oceanógrafos, biólogos marinos y otros”, continuó y agregó: “el hecho es que las soluciones basadas en el océano podrían proporcionar hasta una quinta parte de la reducción de emisiones que necesitamos para mantener el límite de 1,5°C en el aumento de la temperatura de la Tierra”.