La reforestación de 20 millones de hectáreas en América Latina durante los próximos años y la implantación de prácticas agroecológicas que permitan capturar carbón en suelos latinoamericanos son dos de los caminos para garantizar que los suelos latinoamericanos tomen un rol protagónico en la lucha contra el cambio climático.

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) organizaron en un foro técnico virtual para conocer iniciativas en este tema, con el objetivo de promover la restauración de los suelos agrícolas y ayudar en el combate del cambio climático.

Según informó el IICA mediante un comunicado, durante este foro se expusieron iniciativas desarrolladas por organizaciones internacionales de investigación: el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés) y el World Resources Institute (WRI, por sus siglas en inglés).

Así se desglosan las 20 millones de hectáreas del proyecto 20x20.

Así se desglosan las 20 millones de hectáreas del proyecto 20×20.

(Créditos: WRI)

Walter Vergara del WRI, expuso la iniciativa 20×20, la cual fue aprobada hace dos años en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su plan consiste en restaurar 20 millones de hectáreas en América Latina para el 2020 mediante el silvopastoreo, la agroforestería, la reforestación y la promoción de la agricultura sostenible baja en carbono.

Por su parte, la iniciativa 4 por 1000, presentada por Florent Maraux del CIRAD, se enfoca en mejorar el contenido en materia orgánica y propiciar la captura de carbono en los suelos, mediante el uso de prácticas agroecológicas, la preservación y la restauración de suelos y el fortalecimiento de las innovaciones con políticas públicas.

Muhammad Ibrahim, director del CATIE, aseguró que los países de América Latina y el Caribe tienen las herramientas necesarias para convertirse en el granero del mundo. Sin embargo, deben mejorar los rendimientos, la productividad agrícola; así como utilizar el agua y el suelo de manera más eficiente, para garantizar su sostenibilidad.

Para optimizar actividad agrícola en América Latina los suelos degradados deben ser restaurados y se debe asegurar que la agricultura contribuya a reducir el impacto del cambio climático, debido a que los suelos degradados repercuten sobre el calentamiento global. El mejoramiento del sistema agrícola es una necesidad global, y entidades nacionales ya empezaron a tomar medidas, indicó el IICA.

Estas acciones son posibles mediante la aplicación de prácticas y políticas públicas y de esta manera, se promueve la resiliencia de los sistemas agropecuarios.

En la actualidad la agricultura no puede basarse únicamente en producción, también debe comprenderse como un factor fundamental para la sustentabilidad del planeta, según indicó Maraux.

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