Esta nota fue preparada por Hugo G. Hidalgo1,2, Eric J. Alfaro1,2,3, Natalie P. Mora2, Ana M. Durán-Quesada1,2 , Jorge A. Amador1,2 y Ángel G. Muñoz4
El Pacífico Norte de Costa Rica experimentó un déficit de lluvia extremo durante el año 2015. Tales condiciones secas también se observaron en 2014 y con menor severidad en algunos de los años anteriores, como se muestra en este gráfico.
En este gráfico pueden verse los cumulados de lluvia año a año (líneas de colores) comparados con los valores normales (línea negra gruesa) en la estación de Liberia en Guanacaste. Las valores arriba y abajo de los intervalos de confianza implican condiciones extremas de alta pluviosidad y de sequía respectivamente.
(Créditos: Cigefi)
La disponibilidad de agua para consumo humano, el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas se vio afectada por esta sequía, a la que se asocia con otros impactos socioeconómicos. Las condiciones secas facilitaron la extensión de incendios forestales que afectaron la flora y la fauna en la región.
Para determinar la causa de la severidad de la sequía reciente, se utilizó la información de la estación meteorológica de Liberia en Guanacaste por lo consiguiente las conclusiones de esta nota se refieren a las regiones cercanas a esta estación. El análisis de las observaciones indica que la probabilidad de tener un año más seco que 2015 es menor a 5%, esto considerando los registros de lluvia de 1976 a 2010. La influencia de un patrón de temperaturas más altas de lo normal en el Océano Pacífico Tropical, asociado con la fase cálida del fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), se señala como un mecanismo agravante de la sequía. Sin embargo, hay otras consideraciones importantes a tomar en cuenta al analizar las causas de la sequía.
Como se puede observar en la figura superior, los acumulados de lluvia al final del año durante cada uno de los últimos cuatro años han sido menores en comparación con el promedio de 1976 a 2010 (línea negra).
Los registros observacionales indican que durante 2014 y 2015 la estación lluviosa inició con un retraso de 12 y 124 días respectivamente. Cabe mencionar que el 2015 fue particularmente seco y la estación lluviosa tuvo una duración de tan solo 11 días. Las condiciones durante 2013 tuvieron un comportamiento cerca de lo normal durante los primeros meses; sin embargo, a partir de octubre se registró un déficit de precipitación. Algo similar ocurrió en 2012, aunque se registró lluvias intensas en mayo y junio de ese año.
Lo anterior sugiere que aunque el más reciente evento El Niño ha sido importante en términos de la sequía en Guanacaste en los últimos 16 meses, no es el único factor que ha generado la sequía. Nótese que las condiciones secas han sido frecuentes durante los últimos cuatro años.
El análisis del Índice Normalizado de Precipitación para Liberia, mostrado en la figura a continuación, sugiere que la sequía actual ha sido sostenida en amplios periodos de tiempo.
Índice Estandarizado de Precipitación para la estación de Liberia, Guanacaste. Los colores amarillos y rojos indican períodos secos y los verdes y azules períodos lluviosos. En el eje horizontal se muestran los años y en el eje vertical la escala a que se calcula el índice. Valores de escala más pequeños están relacionados con variaciones más rápidas de mes a mes, mientras que las escalas más grandes implican condiciones sostenidas ya sea de sequía, normales o de alta pluviosidad.
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Las condiciones de sequía recientes solo son comparables con la sequía ocurrida a mediados de los 70s. Incluso, el periodo de sequía ocurrido durante el evento El Niño de 1997-1998, conocido por ser un evento climático de gran magnitud, no estuvo asociado con una sequía tan sostenida y severa en Liberia como la actual.
Finalmente, la sequía en Guanacaste puede atribuirse a la combinación entre el fenómeno El Niño y la prevalencia de condiciones secas en la región de forma sostenida durante los años recientes. Para determinar la causalidad de las condiciones secas detectadas en los últimos años, se requiere del monitoreo sistemático de diversos parámetros meteorológicos de la región.
Lo anterior, para tener capacidad a largo plazo que permita determinar si la ocurrencia de condiciones secas puede atribuirse a cambio climático o si por el contrario, se trata de condiciones vinculadas con la variabilidad interanual y las condiciones secas pueden revertirse como sucedió en la década de los 70s y 90s.
Afiliaciones de los autores:
- Escuela de Física, Universidad de Costa Rica
- Centro de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI), Universidad de Costa Rica
- Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), Universidad de Costa Rica
- Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad, Universidad de Columbia