En un momento en donde la cultura científica se considera esencial para la toma de decisiones y el progreso de los pueblos, es indispensable contar con profesionales comprometidos a transmitir correctamente los conocimientos científicos y fomentar el acercamiento entre la ciencia y la sociedad.

Así lo sugirió Brian Trench, Presidente del Comité Científico de la Red para la Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología (PCST por sus siglas en inglés), quien conversó con Ojo al Clima sobre los retos y oportunidades para comunicar el cambio climático.

El académico irlandés habló en la apertura del 1º Simposio en América Latina del PCST, donde cerca de 120 periodistas, comunicadores, artistas, estudiantes, científicos e incluso abogados provenientes de 14 países se reunieron en San José para reflexionar acerca de la comunicación científica como profesión.

Este es un resumen de esta entrevista.

Caterina: El cambio climático se presenta como un campo interdisciplinar, con efectos transversales a muchos ámbitos. ¿Cuáles son los desafíos de comunicarlo?

Brian: El cambio climático es uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo y uno de los más desafiantes. La interdisciplinariedad es una parte del desafío. La otra parte –que hace que la comunicación sea particularmente complicada– es que estamos hablando del futuro y nadie sabe lo que nos depara. Hablamos de hipótesis, escenarios, proyecciones y modelos, lo cual complica la comunicación incluso antes de contemplar la interdisciplinariedad.

Creo que los comunicadores deben considerar que lo más importante es que las personas entiendan cómo se hace la ciencia, antes de entender estrictamente lo que la ciencia dice. Creo que debemos desarrollar historias y narrativas acerca de cómo el conocimiento del cambio climático se ha construido a lo largo de los años; cómo los métodos de evaluación han mejorado, y cómo el nivel del consenso entre científicos ha aumentado. Si la audiencia entra en las experiencias de los científicos, podría comprender la urgencia del problema.

C: ¿Cómo encontrar el balance entre describir un hecho científico y contar la historia tras el hecho, si se quiere apoyar la apropiación social de la ciencia?

B: Creo que todo depende de las circunstancias. Asumamos que tenemos una audiencia que comprende el consenso existente entre científicos sobre el impacto del cambio climático, expresado en los reportes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, entre otros. Con ese grupo de repente se podría invertir más tiempo en explorar cuáles son las certezas e incertidumbres relevantes de este tema.

Puede que haya otro grupo que no comprenda qué es el cambio climático, por lo que se debería empezar por explicar la diferencia entre el clima y el tiempo, la temporalidad de este tema, los modelos y fenómenos meteorológicos extremos, y así sucesivamente. Creo que nada es fácil, pero tampoco es imposible. Si se empieza con una apreciación de la historia de cómo la ciencia se ha desarrollado, habrá mejor apertura para explicar después las figuras, números y proyecciones que a primera vista generan rechazo.

C: Países y organizaciones se han comprometido a una agenda internacional por la lucha contra el cambio climático y los medios de comunicación han dado seguimiento a las múltiples reuniones y negociaciones mundiales al respecto. ¿Cuál es su valoración sobre el papel de la prensa al comunicar estos acuerdos?

B: La cobertura de estas negociaciones es difícil; la historia es esencialmente la misma, no hay necesariamente nuevas noticias cada semana. Múltiples estudios, modelos y proyecciones son discutidos y analizados de cara a procesos de largo plazo, durante décadas e incluso más; es una historia difícil de contar.

Conozco a personas que están en el campo y se frustran por la inhabilidad de los medios para expresar lo que ellos sienten con respecto a esta situación. Pero creo que los científicos o ambientalistas deben entender que el trabajo de los periodistas no es decirle a la gente que deben cambiar su comportamiento; su trabajo es explicar lo que es conocido, decir qué no se conoce, y dar a conocer las opciones en política para hacer frente a la situación y que líderes y audiencias formen su propia opinión y comprendan de qué modo les afecta.

A veces siento como si medios y científicos no conversaran en lo absoluto; debe cuidarse esta relación para generar comprensión y empatía, especialmente porque eso debe transmitirse al público.

C:¿Cuáles son las nuevas actitudes de las personas dedicadas a la investigación científica con respecto a la comunicación de la ciencia?

B: Creo que la tendencia es muy clara: más científicos en más disciplinas en más países creen –y no solo aceptan- que tienen la responsabilidad de comunicar públicamente. Algo positivo es que esto ha sido impulsado por la política, por algunos temas tales como el cambio climático –los cuales obviamente tienen una dimensión social y pública que los apela-, y por el cambio generacional.

Ciertamente, encuentro que los científicos jóvenes están inmediatamente abiertos a la idea de la comunicación pública porque ellos mismos están envueltos en medios sociales que usan a diario e incluso cada hora. Así que es normal para ellos comunicarse por estos medios, especialmente comunicar lo que hacen en sus laboratorios o centros de trabajo; se vuelve relativamente sencillo decirles que usen estos nuevos medios como canales para comunicar también la ciencia. Sin embargo, la brecha significativa es la capacitación y la educación de los científicos mismos. No ha cambiado mucho, a pesar de lo que recién dije. No hay esfuerzos sistemáticos por acercarlos a nuevos medios y audiencias; no siempre se encuentra la comunicación como parte de su formación, y su acercamiento a ella es casual. Creo que esto debe cambiar.

C: ¿Cuál es el papel de las universidades en este proceso?

B: Muchos proyectos nuevos dependen fuertemente en esfuerzos individuales, que son vitales pero también vulnerables. Las universidades, como centros académicos de investigación y cooperación, deben proveer seguridad para que la comunicación de la ciencia avance. Contratar a personal capacitado en esta área es un buen comienzo; estas personas pueden facilitar capacitación en comunicación de la ciencia a diversos grupos de estudiantes y de profesionales. Se debe alentar a las universidades a contar con formación en comunicación de la ciencia e investigación en comunicación de la ciencia; alentar a quienes estudian comunicación u otras ciencias sociales a que consideren esta actividad, y promover el estudio de la comunicación en carreras científicas.

Es importante crear un ambiente institucional en donde se estimule el intercambio interdisciplinario, que sea premiado o incluso requerido. Si no se tiene un ambiente que fomente la interdisciplinariedad, entonces la comunicación de la ciencia siempre estará en conflicto. Esta es una manera de pensar, de apreciar conocimientos diversos, de investigar y de contar cuán significativa es la ciencia para la historia de la humanidad.

Ojo al Clima