Las tecnologías actuales han cambiado la forma en que los pequeños y medianos productores enfrentan los desafíos derivados de los cambios en el clima. Estos avances permiten monitorear y prever el tiempo meteorológico con una precisión nunca antes vista, brindando información en tiempo real sobre patrones climáticos, variaciones de temperatura y fenómenos climáticos extremos. 

Gracias a esta información detallada y oportuna, los agricultores pueden tomar decisiones informadas sobre la gestión de sus cultivos, adaptar estrategias de siembra, aplicar riego adecuado y prepararse para posibles eventos climáticos adversos, fortaleciendo así su capacidad de recuperación y optimizando su productividad en un planeta cada vez más caliente.

“El proyecto de AGRO-INNOVA ha sido muy bueno para la producción en la finca, todas estás tecnologías nuevas le ayudan mucho a uno a ser más productivo y mejorar la calidad del producto”, mencionó Johel Alvarado, productor cafetalero líder de AGRO-INNOVA

La variedad de aplicaciones tecnológicas, así como sus usos, es amplia. En Costa Rica, por ejemplo, hay agricultores utilizando drones para el monitoreo detallado de sus cultivos y para la aplicación precisa de insumos agrícolas. 

De hecho, recientemente, el gobierno ha fortalecido esta tendencia al emitir un decreto que regula el uso de drones en la producción agropecuaria. Este decreto -impulsado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) y la Dirección General de Aviación Civil (DGAC)- permite a los productores elevar la productividad, reducir costos operativos y minimizar el impacto ambiental de sus actividades mediante la implementación de tecnología de drones como herramientas clave para la agricultura de precisión. 

Los drones facilitan labores cotidianas como el mapeo aéreo de terrenos, el monitoreo remoto del crecimiento y la sanidad de los cultivos, la aplicación ultra focalizada de agroquímicos e insumos, así como la identificación temprana de plagas y enfermedades, entre otros beneficios. 

Otros productores y productoras optaron por el uso de mapas digitales para monitorear las condiciones climáticas, permitiéndoles tomar decisiones basadas en datos actualizados y localizados.

En todos los casos, estos avances han permitido a los productores direccionar su actividad hacia una agricultura más inteligente y adaptativa, alineándose con la transformación digital que está ocurriendo en el sector a nivel global.

Un joven agricultor controla un dron que rocía fertilizantes y pesticidas sobre tierras de cultivo. Esta es una de varias innovaciones de alta tecnología y agricultura inteligente.(Créditos: IICA)

¿Qué es la digitalización agrícola?

La digitalización agroalimentaria es la incorporación de tecnologías digitales en los distintos procesos que abarca la producción, transformación, distribución y comercialización de productos del sector agroalimentario, explicó Federico Bert del Programa de Digitalización Agroalimentaria del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Y está presente en las soluciones digitales que están ayudando a los agricultores y agricultoras costarricenses a tomar decisiones más precisas con base en datos estructurados. “Se puede monitorear las condiciones del suelo, ambiente, agua y otros recursos naturales. Con estos insumos, los agricultores pueden hacer un uso más preciso y eficiente de los recursos”, afirmó Emmanuel Picado, gerente de Tecnologías de Información, Comunicación y Agricultura Digital del IICA.

Dentro de esta gama de soluciones digitales, las plataformas de monitoreo satelital y teledetección brindan información sobre eventos climáticos como sequías, inundaciones y huracanes, a través de alertas tempranas que llegan directamente al productor. De esta manera, los agricultores pueden tomar decisiones preventivas o proactivas como ajustar sus prácticas de riego, modificar fechas de siembra, implementar técnicas de conservación del suelo o aplicar tratamientos específicos para enfrentar de manera adecuada las condiciones climáticas adversas que puedan afectar sus cultivos

Dos de estas plataformas - Global Agriculture Monitoring System (GEOGLAM) y AGMET Tool- están proporcionando a los agricultores datos precisos que les ayudan a tomar decisiones. GEOGLAM, por ejemplo, es una iniciativa internacional que busca mejorar la monitorización y la comprensión de la agricultura a escala global. Tiene como principal propósito fortalecer la capacidad de observación y predicción de la producción agrícola. Utilizando tecnologías avanzadas, como la teledetección y los sistemas de información geográfica (SIG), GEOGLAM recopila y analiza datos relevantes para evaluar el estado de los cultivos, prever la producción agrícola y comprender los riesgos asociados. 

Por su parte, las herramientas AGMET ayudan a los agricultores a entender el clima y cómo afecta sus cultivos. Estas plataformas utilizan información de satélites y tecnología especial para mostrar datos sobre el tiempo, la humedad, la lluvia y más. De esta forma, los agricultores pueden planificar mejor cuándo sembrar, regar y proteger sus plantas.

Puesta en práctica

Alvarado es uno de los agricultores que han dado el salto. “Al principio sí puede ser un poco complicado de entender, pero con el tiempo y las explicaciones se vuelve más sencillo”, comentó.

En su caso, Alvarado pasó de utilizar métodos tradicionales de cultivo a aprovechar tecnologías de vanguardia. Ahora, gracias a la tecnología, es capaz de conseguir una producción más eficiente en su finca, midiendo de manera correcta y precisa los niveles de humedad, y como estos pueden afectar la producción eficiente del café.

Por otro lado, Ana Fallas -quien es líder de la Red Nacional de Mujeres Rurales en Costa Rica- mencionó que las nuevas tecnologías han ayudado a prevenir condiciones climáticas, como lluvias o sequías, que se pueden considerar perjudiciales para los cultivos.

Sin ayuda de esta herramienta no hubiese podido prepararse ante la intensa temporada de lluvia vivida en 2022 y, más aún, tomar medidas para hacerle frente a El Niño en este 2023-2024. “Nos hace anticipar los problemas climáticos para poder manejar un control en las plagas y en las enfermedades (de los cultivos)”, dijo Fallas. 

Eso sí, Fallas resaltó que la adopción de este tipo de herramientas implica una considerable inversión económica, especialmente en zonas rurales, lo que complica su implementación de la manera que a veces se sugiere. 

En respuesta a este desafío, la productora agrícola propone que las instituciones públicas brinden apoyo a los pequeños y medianos productores que operan fuera del Gran Área Metropolitana (GAM) para acceder a estas soluciones.

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