Desde sistemas de riego, pasando por alertas tempranas para poder ayudar a los productores y conocer así los riesgos de su actividad, hasta ayudas financieras y capacitaciones, esta es la fórmula que está siguiendo el sector agrícola para prepararse ante el impacto del fenómeno El Niño.

En cuanto al apoyo financiero, el viceministro Fernando Vargas mencionó que, desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), se presentó un proyecto a Banca para el Desarrollo para así contar con recursos para invertir en fincas que continúan necesitando ayuda para lidiar con los efectos de El Niño.

“El año pasado se aprobaron ₡5.000 millones. Ese dinero es exclusivo para el tema de emergencia por fenómeno de El Niño y se distribuye a través de los diferentes operadores financieros”, comentó. 

El apoyo que ha buscado el MAG no es solo económico. Mediante la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (LAICA), se consiguieron 1,8 millones de kilos de melaza para que la ganadería tuviera recursos energéticos.

Asimismo, el MAG cuenta con un banco de semillas de maíz y sorgo. Los agricultores pueden usar estas semillas para sembrarlas en sus terrenos y así obtener alimento para sus animales. “Se pueden hacer ensilados. Entonces, logran dar de comer fresco al animal y también lo pueden almacenar para los periodos más críticos”, aseguró Vargas.

Sistemas de riego

Quizá el tema más crítico para el sector sea el riego. Para combatir la sequía, el MAG ha ido colocando sistemas de riego en zonas prioritarias, donde se han empleado técnicas como las líneas de infiltración para que las pasturas duren más tiempo.

“En Guanacaste estamos implementando el mecanismo de líneas de infiltración. Esto es una máquina, con una especie de cuchillas, que van a una profundidad de 50-60 centímetros haciendo zanjas. Eso permite que, cuando llueve, se almacene el agua en esas capas superficiales y así las pasturas duran dos o tres meses antes de secarse”, comentó Vargas.

En cuanto a las zonas prioritarias, estas se han ido definiendo en conjunto con el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara) para así establecer dónde impactará más fuerte El Niño y eso orientará a la hora de colocar los sistemas de riego.

Debido a El Niño, las fincas agrícolas se ven muy afectadas por la escasez de agua y producen menos. Esto, a su vez, puede conducir a desabasto en el mercado y sobreprecio.(Créditos: Katya Alvarado)

“Una de las zonas que sufre mucho con El Niño es la zona alta de Cartago. La sequía y el viento juntos los perjudican. Entonces, en esa zona tenemos unos 125 reservorios”, señaló el viceministro.

La región del Pacífico también se considera prioritaria. Es por ello que se creó “Agua pa’ la bajura”, proyecto que pretende incorporar sistemas de riego en 25.000 hectáreas en los próximos años y así, cuando vuelva El Niño, tener mayor acceso al agua.

“Lo que hace este proyecto son canales de distribución de agua que habilitan cerca de 25.000 hectáreas nuevas en Guanacaste. Estos llevan agua a esa zona y, de esos canales, tomamos agua para precisamente irrigar las áreas vulnerables”, añadió Vargas.

También se están impulsando sistemas de riego de alta precisión. Estos funcionan principalmente por goteo, lo que permite agregar biofertilizantes e hidratar a las plantas al mismo tiempo.

“Impulsamos sistemas de riego de alta precisión con el fin de poder poner la cantidad justa de agua que requiere la planta, en el momento que lo requiere. Este es un sistema de riego que incluye proyectos asociados como la utilización de biofertilizantes que se diluyen en agua”, comentó el viceministro, quien además es ingeniero agrónomo.

Otras preocupaciones

Está claro que las condiciones secas representan la principal amenaza para el sector, pero estas desencadenan otras situaciones complejas. “Vamos a tener animales en una situación complicada para poder alimentarse, entonces la gente tiene que sacar esos animales. Además, vamos a tener pasturas secas y cultivos que no llegan a cumplir con las calidades que se requiere”, comentó Vargas.

Por ejemplo, un problema no tan conocido —causado por la escasez de agua— es el aumento de plagas y enfermedades. Esto sucede porque las plantas, al no tener agua, se debilitan; por lo que son más propensas a enfermedades.

“Cuando sabemos que vamos a tener El Niño, hacemos toda una fase de preparación con los productores. Preparamos esas plantaciones con una muy buena alimentación a base de biofertilizantes y materia orgánica”, apuntó el viceministro.

Actualmente, se están utilizando sistemas integrados de manejo de plagas basados en productos biológicos disponibles en el país. Existen bacterias y hongos que ayudan a controlar estas enfermedades, sin necesidad de usar químicos.

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