El cambio climático es una amenaza tan grande que puso a Jordania, Israel y Palestina a trabajar juntos.

La falta de agua en el Medio Oriente motivó a científicos y ambientalistas de los tres países a crear la organización EcoPeace en 1994, la cual ayuda a estaos países a manejar el agua y, así, evitar que aumente el conflicto en la región.

Pero el Medio Oriente no es la única región propensa al conflicto por el agua. De hecho, según uno de los miembros de la organización, Centroamérica también es bastante vulnerable.

De acuerdo con Gidon Bromberg, director de la división de Israel de EcoPeace, ambas regiones tienen pronósticos de fuertes sequías por causa del cambio climático, gran desigualdad y poca infraestructura. Esto, según él, es una amenaza para la región entera.

“Todos los estados deben darse cuenta que, tanto su propia seguridad hídrica como la de sus vecinos, debe ser parte de los planes de seguridad nacional. Si tu vecino falla, verás un impacto”, aseguró.

Ojo al Clima habló con Bromberg sobre la seguridad hídrica en Centroamérica y el mundo, como parte de nuestra participación en la Semana del Clima llevada a cabo en la ciudad de Nueva York del 23 al 27 de septiembre. 

¿Cómo afecta el cambio climático a la seguridad de los países?

Lo que vemos con el cambio climático es que regiones que era secas serán aún más secas y regiones húmedas serán aún más lluviosas. Eso tiene implicaciones en la habilidad de manejar el agua. 

Las sequías en el Corredor Seco Centroamericano se harán cada vez más duras para los locales, según los expertos.(Créditos: AFP)

Las regiones secas están sufriendo de escasez y las regiones húmedas sufren de inundaciones, lo cual es una preocupación de seguridad. Manejar la seguridad depende de la habilidad de los países para manejar el aumento en sequías e inundaciones.

Centroamérica es una región propensa a la sequía y, encima, tiene importantes índices de desigualdad y conflicto en la región. ¿Cómo puede el agua aumentar el conflicto en la región?

Tiene que ver con lo que decía antes. Cuando las capacidades adaptativas son bajas, lo cual es el caso para gran parte de Centroamérica, eso significa que la gente no tendrá el agua necesaria para sus actividades diarias o tendrán inundaciones.

El cambio climático tiene ese efecto multiplicador que lleva a una mayor presión en gobiernos que, ya de por sí, no están teniendo suficiente capacidad.

¿Qué otros tipos de amenazas a la seguridad nacional derivan de eso?

Cuando los recursos son transfronterizos y hay escasez entonces hay un incentivo a tomar más agua y dejar al otro con menos. La falta de acceso al agua es una receta para el conflicto y el surgimiento de violencia.

Y no solo es el caso entre países, lo vemos más aún dentro de países. Las comunidades con menos acceso a agua comienzan a competir sobre recursos cada vez más escasos. Eso puede desestabilizar a un país a nivel interno.

Usted habla de un enfoque regional en la política pública. Costa Rica, por ejemplo, se vería menos afectado que sus vecinos al norte por la escasez de agua pero, ¿podría también desestabilizarse?

Costa Rica es un poco como Israel en ese sentido. Es un país que se siente más tranquilo y tiene más infraestructura que sus vecinos para acceder a agua. Pero si tus vecinos fallan, tu vas a sufrir consecuencias.

Vas a ver refugiados, violencia. Está en tu interés personal trabajar en conjunto con tus vecinos. Ni siquiera es un asunto de generosidad, es un interés personal directo. Fallar en eso puede amenazar tu propia seguridad nacional.

¿Cuál es el mensaje para países que no ligan la seguridad nacional con la seguridad hídrica?

Los países que fallan en entender ese vínculo, fallan bajo su propio riesgo. Cuando vemos la crisis en Siria, entendemos que el cambio climático jugó un rol en esa crisis. No fue la causa principal pero contribuyó: exacerbó un problema existente.

Ahí es cuando vemos a millones de personas moviéndose a otros países. Una buena parte de esos desplazamientos se pudieron evitar si hubiéramos puesto atención, como comunidad global, a estados más frágiles.

Incluso hay un asunto de justicia. Los países más frágiles generalmente no son responsables por el cambio climático. Los países más ricos lo son. Un compromiso mayor puede disminuir un poco la magnitud de ciertos desastres.

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