Esta mañana, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) anunció que brindará fondos a Costa Rica en el orden de $10,3 millones durante cinco años para que los invierta en la descarbonización de la Gran Área Metropolitana (GAM).

Ese dinero servirá para financiar el proyecto “Transición a una economía verde urbana generando beneficios ambientales globales”, el cual involucra al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización para Estudios Tropicales (OET).

El proyecto busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas por las ciudades mediante una planificación urbana integrada sostenible. Si bien se prevén acciones orientadas al reverdecimiento de 2.000 hectáreas en coordinación con los gobiernos locales y mejorar a la movilidad urbana gracias a la construcción de ciclovías y aceras verdes, también se pretende promover negocios de economía circular y proponer reformas legales e institucionales que ayuden a allanar el camino a futuras iniciativas.

“El enfoque de este proyecto es sumamente ambicioso porque busca cambiar la lógica económica al descarbonizar la base de ingresos de todo un país. Ese es el nivel de ambición que al GEF le interesa ver en los proyectos que proponen los países. Nos honra compartir una visión con MINAE, OET y PNUD para acelerar las ciudades sostenibles y alcanzar las cero emisiones netas al 2050”, declaró Carlos Manuel Rodríguez, director ejecutivo del GEF.

Las acciones de restauración de ecosistemas urbanos responden a la tendencia de Soluciones basadas en Naturaleza. En otras palabras, se trata de aprovechar los servicios ambientales que brindan los paisajes naturales en pro de la adaptación y resiliencia al cambio climático.(Créditos: Giancarlo Pucci / PNUD)

Movilidad sostenible

Específicamente en movilidad, las acciones contempladas en el proyecto buscan ampliar los beneficios del tren eléctrico. Se busca mejorar el paisaje urbano y la movilidad en los 20 cantones ubicados en la vía del tren y sus inmediaciones.

En este sentido, se destinará más de $1 millón en inversiones para ciclovías, rutas de uso compartido y vías peatonales con áreas verdes, entre otros.

Las obras se coordinarán con las municipalidades. Se espera que, al final del proyecto, se cuente con 8 kilómetros de carriles habilitados para bicicletas, 3 kilómetros de caminos compartidos y vías peatonales así como 20 kilómetros de aceras verdes con acceso mejorado.

Todo ello enmarcado en un paisaje de ecosistemas restaurados gracias a la reforestación de 1.000 árboles por hectárea en un área total de 2.000 hectáreas. Con ello se busca la captura directa de 24.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente en el periodo de cinco años que dura el proyecto.

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