El valor económico de los servicios que provee la naturaleza están invisibilizados en el análisis de costo-beneficio de las políticas climáticas así como en los planes de reducción de emisiones, según un estudio publicado recientemente en Nature Sustainability.

Investigadores de la Universidad de California -UC Davis- incorporaron la variable de capital natural en un modelo clásico de costos asociados al cambio climático y descubrieron que la pérdida y la degradación de la naturaleza tiene grandes repercusiones en la política climática, además el costo del cambio climático podría en parte aliviarse si se invierte en capital natural.

“Puede parecer abstracto, con términos como 'capital natural', pero son cosas reales. De lo que estamos hablando es de miles de especies en alto riesgo de extinción y de cambios a gran escala en los servicios que brindan los ecosistemas de los cuales dependemos para nuestras vidas y nuestra economía. Al final del día, este estudio aborda algunas cuestiones fundamentales de cómo los seres humanos dependen de la naturaleza para su bienestar”, destacó Frances Moore, profesora del Departamento de Ciencia y Política Ambiental de UC Davis y autora del estudio, en un comunicado.

Usualmente, los modelos económicos relativos al clima representan la economía con base en dos elementos: capital humano (trabajo) y capital manufacturado. Este estudio, en cambio, incorpora un tercer elemento: el capital natural.

El capital natural comprende tanto a los ecosistemas como a las especies, los cuales proveen beneficios tangibles a las personas, como el control de la erosión, y otros intangibles, como la conservación de los bosques para las futuras generaciones.

"Si se pierden, tales procesos naturales no pueden ser fácilmente reemplazados o sustituidos. Los costos económicos asociados a esa pérdida son perjudiciales de una manera que no está actualmente representada en los modelos económicos o en las políticas sobre el clima”, manifestó Bernardo Bastien-Olvera, candidato al doctorado en el Grupo de Graduados en Geografía de UC Davis y co-autor del estudio.

Según los investigadores, bajo supuestos plausibles sobre la forma en que el capital natural apoya la producción económica y el bienestar humano, los daños causados por el cambio climático a los ecosistemas justifican una rápida mitigación de las emisiones.

"Con este nuevo marco somos más conscientes de la necesidad de limitar las emisiones. Calculamos la ruta de emisiones que maximiza el bienestar social en el modelo. Esa vía limita el calentamiento a 1,5 grados centígrados para el 2100, de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París. Las pistas nos siguen llevando a la misma conclusión: la necesidad de reducir urgentemente las emisiones para limitar el calentamiento”, dijo Bastien-Olvera.

Los ecosistemas brindan servicios de regulación, soporte, provisión y otros de naturaleza cultura. (Foto: Julieth Méndez / Casa Presidencial)(Créditos: Julieth Méndez / Casa Presidencia)

Biodiversidad en el foco de ONU

“Con las crisis actuales de salud, clima, biodiversidad y degradación de los océanos y los muchos desafíos que enfrentaremos, necesitamos acciones ambiciosas para reconstruir adecuadamente, poniendo la naturaleza como la piedra angular de nuestros planes de recuperación verde para permitir flujos financieros verdes y apuntar a un cambio transformador”.

Las palabras fueron dichas por el Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, durante su intervención en el foro virtual “Líderes para la Naturaleza y las Personas” realizado en el marco del 75° aniversario de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Según el mandatario, los países necesitan trabajar en el fortalecimiento del multilateralismo a través de iniciativas como la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas que Costa Rica co-preside junto a Francia, la cual aboga por la protección de 30% del planeta para 2030 y ya cuenta con el apoyo de 33 países.

 “Tenemos el imperativo moral y pragmático de unirnos, tomar decisiones audaces y firmes que nos permitan dar un paso más hacia un mundo saludable, estable y próspero previsto en nuestros compromisos a través del Acuerdo de París, el marco de biodiversidad post 2020 y la Agenda de Desarrollo Sostenible al 2030”, dijo el presidente costarricense.

Alvarado fue uno de los 60 Jefes de Estado y Gobierno que firmaron el Compromiso de los Líderes por la Naturaleza: unidos para revertir la pérdida de biodiversidad hasta el 2030 para el Desarrollo Sostenible, una declaración que contempla acciones para revertir la pérdida de la biodiversidad en los próximos 10 años.

Además de Costa Rica, la declaración fue firmada por los representantes de Colombia, Francia, Alemania, México y Reino Unido, entre otros. Esto se dio en el contexto de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, que tuvo lugar ayer miércoles 30 de setiembre.

Los mandatarios se comprometieron a impulsar:

  • El desarrollo y completa implementación de un marco de biodiversidad global ambicioso y transformador post-2020 que se adopte en Kunming, China, el próximo año.
  • La transición hacia patrones sostenibles de producción y consumo, incluyendo sistemas alimentarios sostenibles que satisfagan las necesidades de las personas mientras se mantienen dentro de los límites planetarios, incluso encaminándose hacia una agricultura regenerativa libre de deforestación.
  • Reducir la contaminación en la tierra y el aire, incluyendo la eliminación de los desechos plásticos del océano.
  • Gestionar de forma sostenible los océanos y concluir las negociaciones en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
  • Una respuesta verde y justa a la actual crisis económica y de salud, y ubicando la biodiversidad, el clima y el medio ambiente en el centro de las estrategias de recuperación, inversiones, decisiones y acciones de todo el gobierno.
  • Invertir más dinero en soluciones basadas en biodiversidad y la naturaleza y comprometerse a eliminar o reorientar inversiones y subsidios dañinos. Además, alinear los flujos financieros con los compromisos ambientales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para lograr el bienestar de las personas y salvaguardar el planeta.

 Asimismo, los mandatarios quedaron de revisar el progreso en los compromisos y reafirmarlos en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas prevista para 2021.

En este año se han publicado una serie de informes que alertaron sobre las repercusiones de la pérdida de biodiversidad. Uno de ellos fue el Informe Planeta Vivo 2020 de WWF, el cual advirtió sobre una disminución del 68% en las poblaciones estudiadas de vertebrados desde 1970. La causa detrás de esa reducción, según el reporte, vino impulsada por la forma en que la humanidad produce bienes y servicios así como la manera en que los consume.

El otro informe que hizo un llamado urgente a la toma de acción fue Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 5, el cual reveló que ninguna meta de biodiversidad se alcanzó en estos 10 años, esto tras revisar el avance en el cumplimiento de las Metas de Aichi.

Ahora la mirada está puesta en el 2021, año cuando se realice, en Kunming (China), la Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica.

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