La Organización de Naciones Unidas distinguió a la bióloga costarricense Catalina Molina Bustamante con el Premio de Adaptación de América Latina 2018, entregado a líderes ambientales innovadores en la región.
Cuatro líderes ambientales de Colombia, Perú y Costa Rica fueron premiados con este galardón que “reconoce soluciones innovadoras de organizaciones y ciudadanos ante los efectos del cambio climático”.
De entre ellos, la bióloga costarricense recibió el galardón por la categoría de liderazgo femenino por su trabajo de adaptación al cambio climático en la comunidad de Bahía Ballena.
“En realidad es un reconocimiento para el país por todo el trabajo que se ha hecho. Pero también este galardón marca un hito para mí, es un esfuerzo de vida, de carrera profesional.” aseguró Molina.
La ceremonia de premiación se llevó a cabo el pasado 22 de octubre en Ciudad de Panamá durante la Primera Exposición sobre Planes Nacionales de Adaptación en América Latina (NAP Expo Regional).
Adaptación en Bahía Ballena
Molina es bióloga, cofundadora y presidenta ejecutiva de la Fundación Keto, organización que desarrolla el proyecto de adaptación al cambio climático de la línea costera de Bahía Ballena.
Junto con miembros de la comunidad, Molina se encarga de blindar el Parque Nacional Marino Ballena contra la erosión costera y el blanqueamiento de los corales de la zona.
Algunas de las acciones del proyecto son una línea de Palmeras como defensa de la costa, un sendero turístico y capacitaciones para el sector turístico de la comunidad.
“Sabemos que con el cambio climático hay un incremento en el nivel de mar y que esto está afectando el territorio litoral en ambas costas, he aquí nuestra preocupación” confirmó Molina.
Ahora, la Fundación Keto buscará ampliar su proyecto en los próximos meses para llegar a más comunidades.
“Tenemos visualizado trasladar algunos de los aprendizajes que hemos generado con este proyecto al Pacífico Norte y al Caribe también” concluyó la ganadora del galardón y directora de la Fundación.
Bahía vulnerable
El Parque Nacional Marino Ballena es uno de los más visitados del país con más de 160 mil turistas entre nacionales y extranjeros, según Instituto Costarricense de Turismo (ICT). No obstante, también es uno de los más vulnerables al cambio climático.
Luego del fuerte evento de El Niño del 2015, las organizaciones locales reportaron hasta un 94% de blanqueamiento en los corales del parque. De esos, casi un 90% de ellos murieron, según reportes locales.
Otro de los cambios que está sufriendo el parque es el calentamiento del mar. Según dijo el biólogo marino, José David Palacios, a Ojo al Clima en febrero, el calentamiento de las aguas está haciendo que lleguen menos ballenas al parque.
“Cuando la temperatura está casi dos o tres grados por arriba del promedio normal, tenemos muy pocos avistamientos de ballenas comparado con un año normal. Normalmente se ven varios por día. Cuando la temperatura aumenta, solo se ve uno o dos por semana”, explicó Palacios en ese momento.
Para mantener la actividad turística en la zona, Molina y Palacios trabajan juntos capacitando a la comunidad sobre prácticas de turismo sostenibles y que no afecten a la biodiversidad marina.