Ministros de Medio Ambiente y delegados de unos sesenta países abrieron este lunes la Pre COP27 en República Democrática del Congo (RDC) con el objetivo de preparar los esfuerzos para luchar contra el cambio climático y ayudar a los países pobres a afrontarlo.

La cita informal, que tiene lugar en la ciudad de Kishasa, es una preparatoria de la conferencia anual sobre el cambio climático (COP27) del 6 al 18 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. Durante dos días, los ministros y delegados reunidos en la sede del Parlamento discutirán de los temas más habituales en las negociaciones sobre el clima: adaptación, mitigación y programas de financiación. El objetivo es plantear los posibles avances y bloqueos que podrían enfrentarse en la COP27.

Tanto la COP como la preparatoria de este año tienen lugar en el continente africano y desde el principio se hizo hincapié en el apoyo a los países del sur por parte de los países industrializados y contaminantes.

En sus discursos de apertura, el primer ministro de República Democrática del Congo, Jean-Michel Sama Lukonde, y su ministra de Medio Ambiente, Eve Bazaïba, recordaron que África apenas es "responsable del 4% de las emisiones mundiales" de gases de efecto invernadero y "absorben más que emiten".

Bazaïba pidió a los países que respetaran sus compromisos financieros y apoyaran los planes para ayudar a compensar los daños causados por el clima.

En la COP anterior, en 2021 en Glasgow (Escocia), la comunidad internacional reafirmó la meta de contener el calentamiento global a +1,5°C en comparación con la era preindustrial. Esa meta establecida en 2015 por los Acuerdos de París está de momento fuera de alcance porque el planeta ya está cerca de +1,2°C.

En Glasgow, los países pobres, menos responsables del calentamiento, pero más expuestos a sus consecuencias, exigieron un mecanismo específico para cuantificar las "pérdidas y daños" provocadas por el cambio climático. Los países ricos, a menudo los mayores emisores de gases del efecto invernadero, rechazaron la demanda y en su lugar se creó un marco de diálogo para discutir "modalidades de financiamiento" hasta 2024.

"Como la COP y la 'pre COP' se realizan en el continente africano, el énfasis ciertamente estará en el apoyo a los países del sur por parte de los países industrializados y contaminadores", analizó una fuente diplomática que pidió no ser identificada.

La presidencia egipcia de la COP también apuntó a estos temas de financiamiento como una de las prioridades de la cumbre de Sharm el Sheij, que quieren convertir en la "COP de la puesta en marcha".

Justicia climática

Esa reivindicación de "justicia climática" fue una de las principales consignas de una reciente manifestación en Kinshasa de jóvenes activistas congoleños por el clima, que al igual que jóvenes del mundo entero, exigen que los líderes mundiales tomen acciones en lugar de hacer "promesas incumplidas".

El país anfitrión aprovechará la "pre COP" para presentarse como "país solución", una idea ya planteada en encuentros previos sobre el clima. Situado en el corazón de la cuenca del río Congo, este inmenso país de África Central tiene unas 160 millones de hectáreas de bosque tropical que lo convierten en un "pulmón verde" capaz de absorber el carbono y contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Antes de la cita ministerial de la "pre COP", el gobierno organizó a inicios de septiembre, en el bosque de la reserva de la biosfera de Yangambi, noreste, una "conferencia científica internacional" sobre la contribución de los bosques tropicales a la lucha contra el cambio climático. En su declaración final, que será analizada en Kinshasa, los científicos llamaron a la comunidad internacional a "apoyar todas las iniciativas" de preservación de los bosques".

Para preservar ese tesoro, amenazado en la RDC por la agricultura de tala y quema y la explotación de madera para "energía" (carbón de madera), Kinshasa pide ayuda financiera para que las comunidades locales puedan disponer de otras fuentes de ingreso y tener electricidad y caminos.

"Cuantos más medios estén a nuestra disposición, más acciones climáticas podremos poner en marcha", aseguró Mpanu Mpanu.

Los jóvenes activistas en la marcha en Kinshasa, algunos con la bandera de Greenpeace, estaban también muy enfadados por la reciente subasta de 30 bloques petroleros y gasíferos. Al igual que Senegal, que planea comenzar a explotar sus reservas de gas y petróleo en el Atlántico en 2023, el gobierno congoleño reivindica su derecho de aprovechar los ingresos de sus hidrocarburos.

Asegura que las técnicas de explotación utilizadas serán respetuosas del medio ambiente, pero los activistas consideran que el proyecto contradice totalmente la imagen de "país solución" que la RDC quiere presentar al mundo en Kinshasa.

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