La Reserva Oasis es un territorio de restauración ecológica que nació en 2004, cuando David Reuland adquirió una finca en La Fortuna de San Carlos. Desde ese momento, Reuland se ha dado a la tarea de convertir un terreno de 11 hectáreas —que estaba lleno de pastizales— en un territorio tapizado en verde para que los animales silvestres puedan vivir tranquilos circundados por la flora propia de la zona.

Actualmente, la finca cuenta con una cobertura de más de 13.000 árboles, arbustos y plantas de más de 350 especies. Además, la fauna volvió a este lugar. Según el listado que actualizan cada vez que aparece un nuevo mamífero, ya se pueden observar 38; entre ellos: nutrias, osos hormigueros y puercoespines.

El proceso que ha llevado Reserva Oasis es un ejemplo de Soluciones basadas en Naturaleza (SbN), definidas como acciones que buscan abordar los desafíos sociales con acciones apoyadas en la naturaleza.

Vincent Gitz, director regional del Centro para la Investigación Forestal Internacional (Cifor), mencionó que las SbN proveen distintos beneficios y, cuando están bien diseñadas, pueden aportar significativamente a la adaptación del cambio climático y la recuperación de la biodiversidad.

Las plantas recuperaron su hogar

En Reserva Oasis se consiguió sembrar la gran mayoría de especies locales que existían antes de que la finca fuera deforestada hace 60 años. Para lograrlo, Reuland realizó visitas de campo a distintos bosques y viveros para poder conseguir las plantas adecuadas.

“En algunos casos, me tomó 20 años conseguir sólo uno o dos ejemplares de árboles extremadamente raros y en peligro de extinción. Fue un proceso muy largo, así que tuve que descubrir cuáles especies necesitaba y luego, poco a poco, conseguirlas todas”, comentó.

A la hora de reforestar, el suelo se convirtió en el gran desafío, ya que se encontraba bastante degradado. Sin embargo, la reserva se encuentra cerca del volcán Arenal, por lo que el suelo es muy productivo. 

Otro desafío fue que el área era muy montañosa, por lo que la erosión era una preocupación, dada la poca cobertura vegetal. Para prevenirla, primero se plantaron árboles cerca de las orillas, y también plantas como la zamia y palmas, para retener el suelo.

Otro aspecto que cambió mucho con el incremento de la cobertura vegetal fue la temperatura. De hecho, los vecinos le han comentado a Reuland que el calor ha disminuido bastante desde que comenzó el proyecto de reforestación.

“Tengo a una persona local que fue mi trabajador, y él fue el primero en mencionarlo. Me dijo que no puede creer el cambio de temperatura cuando se entra a la reserva. Es tan dramático que la gente lo nota de inmediato”, mencionó.

Además, gracias a estas acciones, la calidad del agua de las quebradas Chorros y Danta, los dos cuerpos de agua que pasan por la finca, ha aumentado significativamente. Incluso se han observado nutrias y cangrejos, lo que demuestra el impacto positivo.

Ahora Reuland está creando un banco de semillas vivas. Durante 20 años, ha estado recolectando árboles, plantas y palmas. La gran mayoría ya ha producido semillas. Pero, en vez de enfocarse en crear un vivero, el finquero quiere que el mismo bosque sea el banco de semillas, tal como pasa en la naturaleza.

Uno de los mamíferos que se ha observado en Reserva Oasis es el puercoespín. (Foto: William Calero/ OASISFORESTS)

Un oasis para la fauna

Los animales silvestres han regresado a la finca y, a diferencia de los árboles, llegaron solos sin necesidad de ir a buscarlos y reubicarlos. Reuland cree que se debe a la reforestación alrededor del río que cruza la reserva.

“Nos sorprendió mucho ver que el jaguar, el puma, el ocelote, el tigrillo, el margay (caucel) y el tejón aparecieron en el área, y realmente no sabemos de dónde vinieron, porque las áreas alrededor están deforestadas. Incluso nos visitan osos hormigueros y dos tipos diferentes de perezosos”, comentó.

Otra especie que se observa en gran cantidad son los monos aulladores, cuyo número ha aumentado desde que comenzaron a crecer los árboles. Trabajadores de la finca dijeron que incluso las guatusas, las cuales no habían visto en 30 años, están llegando a la reserva, demostrando el éxito del proyecto. 

“Lo más sorprendente para nosotros ocurrió hace unos diez años. Fue la llegada de las guacamayas o lapas verdes, que solían estar localmente extintas, pero ahora llegan casi a diario, se posan en el bosque y comen las semillas de los árboles que hemos plantado”, relató con felicidad Reuland.

Según él, las propiedades aledañas a la finca —dedicadas a la agricultura— se han visto beneficiadas debido a que las abejas de Reserva Oasis polinizan los cultivos. El uso excesivo de plaguicidas las había ahuyentado, pero ahora con la restauración regresaron y tienen un lugar para habitar.

“Están surgiendo más problemas, como el moho, la falta de abejas y dificultades para cultivar en general, debido a la mala calidad del suelo a lo largo de los años o a los monocultivos. Así que, si se crean más lugares como Reserva Oasis, se puede ayudar enormemente al sector agrícola al compartir recursos”, señaló Reuland de cara a la importancia de restauraciones como la suya.

Mono congo (Alouatta palliata) disfrutando de las bondades de la restauración ecológica. (Foto: OASISFORESTS)

¿Cómo empezó?

Reuland siempre ha sido un amante de la naturaleza, cuando era joven pensó que debía haber una mejor manera de vivir sin destruir el planeta. Eso fue lo que lo impulsó a comprar el terreno en La Fortuna y tratar de recuperar el ecosistema.

“Uno de los objetivos de mi vida era lograr esto. Fue una inversión tanto de dinero como de tiempo para hacerlo. Dicho esto, creo que los incentivos forestales van a aumentar con el tiempo y, por supuesto, el turismo, especialmente el turismo sostenible, puede ser muy lucrativo y ayudar”, dijo.

A pesar de que la reserva no está abierta al turismo, considera que inversiones de este tipo pueden llegar a ser motor económico para las comunidades. “Algunos de los vecinos han hecho una transición completa de la agricultura y la ganadería hacia el turismo sostenible, y sus ingresos han aumentado de manera dramática. Yo soy un poco menos agresivo en cuanto al turismo, ya que intento proteger a los animales evitando que entre demasiada gente a la finca”, mencionó.

Además, el finquero desea que las personas puedan reconocer la efectividad de la reforestación como método de restauración. También espera que más personas se interesen en conocer el proyecto y comprendan por qué se diferencia de otros esfuerzos similares. Asimismo, le gustaría que se realice más investigación.

“Me gustaría que otras personas vinieran y vieran por qué esto es diferente, o que hicieran un estudio al respecto. Ya tengo una lista y una hoja de cálculo con cada uno de los árboles que planté. Conozco cada especie y sé dónde están ubicadas. Alguien podría venir aquí, compararlo con otras áreas y usarlo como un modelo para otros lugares”, indicó Reuland.

Los vecinos se han visto influenciados por las acciones implementadas en Reserva Oasis y han comenzado a plantar más árboles, lo que ha traído incluso más animales a la zona. “Realmente ha sido un sueño para mí, porque pensé que todo el proyecto era muy ambicioso y arriesgado, sin ninguna garantía de éxito. Ver que ha ido mucho más allá de lo que alguna vez imaginé, y ver a estos mamíferos y aves, es una sensación de satisfacción tremenda. Además, demuestra que es posible lograrlo”, dijo Reuland.

David Reuland, propietario de Reserva Oasis, comentó que durante estos 20 años encontró mucha información sobre árboles pero no tanta en palmas. Esto es relevante porque considera que las palmas son igual de importantes para restaurar los bosques. (Foto: OASISFORESTS)

Las SbN: más que necesarias

Las SbN son consideradas una de las formas más efectivas para abordar simultáneamente el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, según se lee en un informe de Zero Carbon Analytics.

De hecho, las SbN pueden contribuir a la reducción del riesgo de desastres. “Las pendientes con vegetación o árboles plantados ayudan a amortiguar la caída de rocas y deslizamientos de tierra. La vegetación costera y los manglares actúan como barreras contra tormentas, oleajes y marejadas ciclónicas”, explicó Gitz.

En vista de la crisis planetaria, las SbN cobran mayor importancia. Es por eso que Gitz comentó que los fondos e instrumentos públicos son fundamentales para promover estos proyectos. Sin embargo, no son suficientes.

El director regional de Cifor destacó la importancia que tienen proyectos de inversión privada frente a esta situación, ya que estos van a ser los que aportarán la mayoría de los recursos necesarios para sostener las SbN.

Para lograr incentivar al sector privado, Gitz señaló que el Gobierno tiene un papel clave en la creación de un entorno habilitador y establecimiento de políticas adecuadas para orientar las inversiones hacia este tipo de iniciativas, como los pagos por servicios ambientales (PSA).

“Costa Rica ha estado implementando SbN a través del esquema PSA. Un problema clave para estos proyectos son los costos de transacción y las economías de escala, que tienden a favorecer proyectos a gran escala en lugar de beneficiar a los pequeños propietarios. Costa Rica lo ha logrado y puede seguir liderando, mostrando cómo combinar mejor los objetivos de carbono, biodiversidad y sociales”, declaró Gitz.

Sin embargo, la función de las SbN también ofrecen reducción de costos frente a distintos problemas ingenieriles. Un ejemplo de ello, según Gitz, es que es más económico restaurar humedales para la protección de inundaciones que construir y mantener represas. 

La víbora tamagá (Portidium nasutum) es una especie presente en Centroamérica que suele encontrarse en la hojarasca. (Foto: OASISFORESTS)

Respaldo de la ciencia

Las SbN, como la reforestación (repoblar zonas deforestadas con árboles) o la forestación (plantar árboles en terrenos que no los tienen), son estrategias clave para alcanzar emisiones netas de carbono cero. Sin embargo, un estudio reciente —publicado en la revista Science— revela que no todas estas estrategias benefician por igual a la biodiversidad. 

Los investigadores modelaron el impacto en el hábitat de más de 14.000 especies de vertebrados. Encontraron que la reforestación tiende a ser la opción más favorable, ya que no solo ayuda a mitigar el cambio climático al capturar carbono, sino que también restaura hábitats naturales para muchas especies. 

El estudio destaca que los beneficios de estas estrategias dependen en gran medida de su ubicación geográfica. La reforestación es especialmente efectiva en regiones históricamente forestadas, donde aumenta el hábitat para especies que dependen de los bosques.

En este sentido, un proyecto como Reserva Oasis se convierte en una “escuela al aire libre” para aprender sobre SbN, específicamente aquellas dedicadas a bosques. La conservación y protección de espacios naturales facilita la captura de carbono, mientras reducen la vulnerabilidad a eventos extremos como sequías e inundaciones.

Gitz aseguró que mantener bosques saludables resulta más barato que construir y operar plantas de tratamiento de agua o construir un dique, además de que atrae a la fauna y la protege. 

Quizá, sin saberlo, hace 22 años, Reuland inició un proyecto que actualmente se podría enmarcar como SbN. 

El oropopo o búho de anteojos (Pulsatrix perspicillata) se deja ver en Reserva Oasis ahora que cuenta con mayor cobertura vegetal. (Foto: Guillermo Blanco)

SbN: un punto de intersección entre clima y biodiversidad

Un informe de Zero Carbon Analytics hace una revisión de las SbN para América Latina y el Caribe. Algunas de sus conclusiones son:

  • El 62% de los Gobiernos han incorporado las SbN en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) a partir de 2020, incluidos países de América Latina y el Caribe. 
  • Los estudios estiman que las SbN podrían mitigar entre 10.000 y 12.000 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año —el 27% de las actuales emisiones anuales de GEI—, pero alcanzar este potencial implicaría reforestar, restaurar y cambiar las prácticas en enormes extensiones de tierra, gran parte de las cuales estarían situadas en el Sur Global.
  • Las SbN no abordan la fuente de las emisiones de combustibles fósiles y no son suficientes para limitar el calentamiento global por debajo de 2°C. El concepto ha sido criticado por desviar la atención de la necesidad de reducir las emisiones.
  • SbN es un término amplio y algunos proyectos conllevan importantes riesgos, como el acaparamiento de tierras. Algunos proyectos han hecho caso omiso de los derechos y conocimientos de las comunidades indígenas y locales generando preocupaciones sobre el impacto que estas herramientas puedan tener sobre los derechos humanos.
  • Para tener éxito, las soluciones deben basarse en sistemas de conocimiento locales y abordar las preocupaciones planteadas desde el territorio, buscar la participación y el consentimiento de las comunidades locales e indígenas, y proporcionar beneficios claros y cuantificables para los ecosistemas.

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