Unas 129.000 hectáreas de bosques ardieron en el centro y sur de Chile en la última semana convirtiéndose en el mayor desastre natural de su historia, donde la mano del hombre y el cambio climático han avivado las llamas.
El territorio afectado es 20 veces superior al registrado en enero del año pasado, e incluye principalmente áreas rurales del centro del país, aseveró este lunes la presidenta Michelle Bachelet. Solo en la región de O’Higgins, un incendio consumió más de 44.000 hectáreas, convirtiéndose en el peor de los últimos 18 años.
"El país enfrenta el mayor desastre forestal de nuestra historia, pero superaremos la emergencia", afirmó Bachelet, quien debido a los incendios decidió cancelar su viaje a República Dominicana, donde participaría de la cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Hay todavía 48 incendios activos, otros 65 siniestros fueron controlados y 36 extinguidos, que en total consumieron 129.725 hectáreas en zonas rurales sólo en la última semana en seis regiones, según un último reporte de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).
Hasta el momento, los incendios de enero dejaron tres brigadistas muertos y otros tres heridos, mientras que el daño al sector agrícola y ganadero de las regiones afectadas "no ha sido significativo", según informó Carlos Furche, ministro de Agricultura.
La emergencia llevó al gobierno a movilizar a más de 4.000 personas entre efectivos militares, bomberos voluntarios y brigadistas además de 37 aeronaves, camiones cisterna y maquinaria pesada para combatir el fuego principalmente en las regiones de O’Higgins y el Maule, en el centro del país.
Peores incendios en 50 años
En estas zonas se registraron los incendios más agresivos de los últimos 50 años, donde más de 200 habitantes de localidades rurales resultaron damnificados y unas 90.000 hectáreas de bosques fueron afectadas, cerca del 70% del total de los siniestros, por lo que ambas regiones se encuentran bajo estado de catástrofe desde el viernes pasado.
Se espera que en los próximos días lleguen 50 brigadistas de México y otros voluntarios desde Argentina, luego de que el gobierno chileno solicitara ayuda internacional para enfrentar la emergencia.
El número de siniestros del periodo 2016-2017 aumentó en un 16% en comparación al periodo 2015-2016, mientras que la superficie afectada aumentó en 1.182%, según la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Naturaleza estresada.
Según el gobierno, en Chile son usuales los incendios durante la época estival. El 90% son provocados por acciones humanas, pero los siniestros de este año han sido influidos por un nuevo problema: el cambio climático.
Este fenómeno ha causado una recurrente sequía desde hace 8 años y en enero, provocó temperaturas superiores a los 35 grados, que propiciaron un escenario idóneo para que se desataran fuertes fuegos en bosques y cultivos.
"Lo que parece evidente es que Chile enfrenta una naturaleza estresada y por eso cada vez existen en el país condiciones para que se generen incendios forestales y que se extiendan de manera peligrosa", afirmó Matías Asun, director de Greenpeace en Chile.
A esto se suma una ola de calor que se extendió por 10 días durante esta temporada, cuando lo normal en la época estival es que no superen los tres días. Asimismo, el fuego se ha extendido con voracidad y rapidez durante la noche, algo nunca visto por expertos en anteriores siniestros forestales.
Todos estos factores que responden al cambio climático afectan la movilidad de los animales, generan pérdida de biodiversidad, imprimen severos daños al suelo, implican mayores emisiones de gases de efecto invernadero y un deterioro de las escenografías naturales del país, según Greenpeace.
En tanto, el humo provocado por los incendios causó el aumento del 50% de la contaminación en Santiago, la capital chilena de más de 8 millones de habitantes considerada una de las más contaminadas de Latinoamérica.