El cultivo de banano se verá afectado en Costa Rica durante los próximos años, de igual manera que en otros países de América Latina como Brasil y de Asia como India. Esto debido a las condiciones meteorológicas extremas, al aumento de las temperaturas y a las plagas relacionadas con el clima, las cuales suponen una amenaza para la producción de esta fruta.
De hecho, y según un informe de la organización Christian Aid, el 60% de las zonas más aptas para el cultivo de banano en el mundo podrían perderse de aquí a 2080 por factores relacionados con el cambio climático.
Según Christian Aid, Costa Rica es muy vulnerable a los impactos del clima y es el octavo país con mayor exposición al riesgo económico en tres o más amenazas como inundaciones, ciclones, mareas altas y, a largo plazo, la subida del nivel del mar.
De acuerdo con cifras de la Corporación Bananera Nacional (CORBANA), el banano representa aproximadamente el 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB) y un 19,5% del valor bruto de la producción agropecuaria. Siendo Costa Rica el tercer mayor exportador mundial de banano, cualquier afectación a las plantaciones implicaría un gran impacto para la economía del país, con efectos inmediatos en las zonas productoras.

Una fruta sensible
Un estudio, en que participó un investigador del Centro de Investigaciones de CORBANA, demostró que el aumento de la temperatura, ocasionado por el cambio climático, afecta directamente las plantaciones de esta fruta, ya que es sumamente sensible a las variaciones de temperatura.
“En los últimos años, los efectos del clima en la producción bananera han sido cada vez más evidentes, con períodos secos más intensos y cálidos, poniendo en riesgo el cultivo”, explicó José Antonio Guzmán, investigador de CORBANA, en un comunicado.
Para obtener un cultivo óptimo, las temperaturas deben rondar entre 15 °C y 35 °C con una alta humedad del 75-85% y una baja altitud. Variaciones en estos y otros factores, como fuertes vientos, tienen efectos adversos.
Asimismo, Luis Ernesto Pocasangre, director del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), señaló que los hongos, insectos y enfermedades que afectan al banano también proliferan particularmente rápido en temperaturas altas.
La sigatoka negra o el mal de Panamá (Fusarium TR4, originalmente detectado en Colombia) son enfermedades que, en climas más cálidos y húmedos, se extienden rápidamente y aumentan su agresividad.
Insectos, como el picudo de banano, son incluso más peligrosos, ya que la mayoría de bananos comerciales son de la variedad Cavendish, clonados y genéticamente idénticos, lo que significa que no tienen defensas naturales frente a nueva enfermedad o mutaciones, alertó Christian Aid en su informe.
Pocasangre agregó que las enfermedades, hongos o insectos suelen invadir las raíces y cuando la enfermedad es grave, se manifiestan en las hojas, para ya –en casos extremos– pasar al fruto.
“Es fundamental apostar por la innovación, combinada con estrategias de prevención y sostenibilidad, para garantizar la seguridad alimentaria y la permanencia del cultivo en el tiempo”, señaló Guzmán.

Medidas
El monitoreo meteorológico es una de las medidas implementadas por CORBANA, dirigida a los productores caribeños. Mediante la plataforma Banaclima, se proporcionan datos en tiempo real sobre las condiciones del clima para que los productores puedan planificar la aplicación de fertilizantes y la cosecha, optimizar el uso de los insumos y mejorar la respuesta ante emergencias como inundaciones o sequías.
En términos de investigación, la herramienta permitirá desarrollar modelos de pronóstico de plagas y enfermedades. Los datos recopilados también servirán de insumo a investigaciones científicas relacionadas con el clima y su impacto en los sistemas productivos.
Los datos meteorológicos se obtienen de una red de 12 estaciones de alta precisión. Los pronósticos se envían a los interesados vía WhatsApp y el análisis semanal se distribuye por correo electrónico. Banaclima también cuenta con un sitio web que permite a los inscritos generar gráficos de comportamientos históricos del clima por semana, por mes o por año.
“La producción bananera en el Caribe costarricense está expuesta a variaciones climáticas que influyen directamente en el desarrollo del cultivo, la incidencia de enfermedades como la Sigatoka negra y la efectividad de insumos agrícolas. Contar con información oportuna permite actuar con mayor precisión, asegurar la eficacia del paquete de manejo, el uso de los insumos y disminuir riesgos de pérdidas por eventos climáticos”, declaró Rafael Segura, director del Centro de Investigaciones de CORBANA, en un comunicado.
Otra medida efectiva, según Pocasangre, es la de los sistemas agroforestales; los cuales consisten en sembrar banano en combinación con otros cultivos.
Esta no es una medida ampliamente aplicada por los productores nacionales, porque –según el investigador del CATIE– les implica ‘perder’ espacio para el cultivo que sí les genera ingresos. Sin embargo, se ha comprobado que los sistemas agroforestales pueden bajar de 2 °C a 3 °C la temperatura en las plantaciones y esto ayudaría al cultivo a adaptarse a las condiciones de temperatura que plantea el cambio climático.
En un comunicado de prensa, Marcial Chaverri Rojas –gerente general de CORBANA– mencionó que la corporación está protegiendo 14.500 hectáreas de bosque alrededor de las plantaciones, lo cual beneficia al cultivo gracias a la regulación térmica que provee este ecosistema. “Además, trabajamos en programas para la reducción del consumo de agua y métodos alternativos de producción”, añadió.
A nivel país, y desde 2022, se trabaja en el NAMA Musáceas. Esta iniciativa implementa acciones de mitigación y adaptación en todo el sector bananero, con el objetivo de reducir gases de efecto invernadero y aumentar la resiliencia climática en las fincas productoras del país.
Situación mundial del banano
Lo que se observa en Costa Rica también ocurre en otros países.
- Guatemala, por ejemplo, es el cuarto exportador mundial de banano, pero está altamente expuesto a amenazas climáticas como huracanes o lluvias extremas. También lidia con otras situaciones sociales que incrementan su vulnerabilidad: pobreza extrema, salarios injustos y trabajadores no sindicalizados.
- Una situación muy similar se presenta en Tanzania, el segundo mayor productor africano después de Uganda. El banano es el cuarto cultivo más importante del país en términos de seguridad alimentaria e ingresos; además de que el 30% de la población depende del banano como fuente básica de sustento, según lo indica Christian Aid. La vulnerabilidad climática que tiene el país se evidencia en una mayor afectación por lluvias irregulares.
- En cuanto a India, el cual es el mayor productor de banano del mundo, pero no un gran exportador. Y aunque tiene más de 20 variedades cultivadas, lo que le da cierta diversidad genética, se enfrentan a eventos climáticos extremos como olas de calor y cambios en el monzón (viento intertropical de gran escala).