Con el fin de contener el calentamiento global, el Vaticano decidió desinvertir $500 millones en las compañías de combustibles fósiles, así lo anunció el pasado 21 de julio en un comunicado. Además de respaldar los objetivos del Acuerdo de París, orientados a limitar el aumento de la temperatura media del planeta, se sumó a la solicitud del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles para dejar de financiar el carbón, el gas y el petróleo.
El objetivo de este movimiento es abordar la crisis climática desde su génesis, es decir, desde los combustibles fósiles. En este sentido, sus impulsores consideran que el apoyo de la Santa Sede incrementa la fuerza mundial en cuanto a la propuesta planteada por este tratado.
Desinversión en combustibles fósiles
Actualmente, las instituciones de la fe representan el 35% de los compromisos de desinversión en combustibles fósiles al año 2021, según se lee en el reporte Invest/Divest 2021.
Conscientes de la contribución de los combustibles fósiles a la crisis climática, en 2020, el Vaticano solicitó desinvertir en estas empresas. Luego de varios llamados realizados por la Santa Sede, 35 instituciones en seis países diferentes, las cuales juntas tienen un patrimonio de $1,25 millones en activos, han hecho una desinversión de $500 millones en esta industria.
Un año más tarde, en el 2021, 250 instituciones católicas habían desinvertido en las compañías de combustibles fósiles. Según el reporte Invest/Divest 2021, de las 1485 instituciones comprometidas con la desinversión, 521 son organizaciones basadas en la fe (no solo católicas, este número incluye otras denominaciones religiosas).
Ese mismo reporte menciona que la Iglesia de Suecia, en 2014, fue el primer grupo religioso en realizar este tipo de acción.
Posición del Vaticano
“Ya es suficiente. Toda nueva exploración y producción de carbón, petróleo y gas debe terminar inmediatamente, y la producción existente de combustibles fósiles debe ser eliminada urgentemente. Esto debe ser una justa transición para los trabajadores afectados hacia alternativas ecológicas. La propuesta del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles es muy prometedora para complementar y mejorar el Acuerdo de París”, comentó el cardenal Michael Czerny, prefecto del dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
Estas declaraciones se sustentan en las palabras pronunciadas por el papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, cuando solicitó a las grandes industrias extractivas que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, además de pedirles que no contaminen más los ríos y los mares, envenenando alimentos y personas. Además, el Pontífice pidió la colaboración de las naciones para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Esta posición de la Iglesia católica se enmarca en la encíclica Laudato Si’, orientada al cuidado del planeta y advertir a las personas sobre el cambio climático. En este sentido, el papa Francisco considera este tiempo como una oportunidad para realizar una conversión ecológica a nivel mundial.
Es más, el Pontífice expresa que los más pobres son los que reciben el mayor impacto de los desastres. También comenta que las personas de los pueblos nativos han perdido sus hogares y han tenido que desplazarse. Incluso, las grandes industrias, debido a sus intereses económicos, han invadido sus tierras ancestrales.
No es solo la Iglesia católica. El Consejo Ecuménico de las Iglesias hizo un llamado a practicar una financiación responsable con el clima, con el fin de que las industrias no inviertan más en proyectos que afecten al planeta.
Mark Campandale, fundador de Carbon Tracker Initiative, mencionó que, el respaldo del Vaticano y otras denominaciones religiosas a la incitativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, hace aún más difícil que los líderes mundiales ignoren el problema que representan los combustibles fósiles en esta crisis climática.
Sobre el tratado
El Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles busca mitigar el cambio climático al disminuir el uso del carbón, el gas o el petróleo, cuya quema aporta la mayor parte de los gases de efecto invernadero a la atmósfera y, con ello, se incrementa la temperatura planetaria.
El informe de la Fossil Fuel Exit Strategy determinó que aún si no se construyen más plantas de producción de gas, petróleo y carbón, las emisiones de los proyectos actuales impedirían cumplir con el Acuerdo de París, así que consideran necesario reducir la producción actual de combustibles fósiles y aumentar la inversión en energías renovables.
“La iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles está impulsando la cooperación internacional para poner fin al desarrollo de nuevos combustibles fósiles, eliminar gradualmente la producción existente dentro del límite climático acordado de 1,5°C y desarrollar planes para apoyar a los trabajadores, las comunidades y los países que dependen de los combustibles fósiles para crear medios de vida seguros y saludables”, destaca la organización en su sitio web.
Con esta acción de desinversión, la Iglesia católica se ha tomado en serio esta lucha y motiva a otras empresas e instituciones a hacerlo.