En Costa Rica, los meses de marzo y abril representan una amenaza en el tema de incendios forestales. De acuerdo con datos del informe Lancet Countdown 2021, el país ha experimentado un aumento en el número de días que su población estuvo expuesta a un riesgo meteorológico muy alto de incendios. Específicamente, esta exposición se ha duplicado en el periodo 2017-2020 en comparación con la línea base de 2001-2004.
A pesar de que, y según el Copernicus Climate Change Service (C3S) de la Unión Europea, el año 2021 fue uno de los siete más calurosos jamás registrados y las concentraciones mundiales de dióxido de carbono alcanzaron un récord anual de aproximadamente 414 partes por millón (ppm) y las de metano ascendieron a 1876 partes por billón (ppb), la temporada de incendios forestales en Costa Rica fue benévola.
Diego Román, coordinador del Programa Nacional de Manejo del Fuego del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), considera que la temporada anterior fue “buena” en el aspecto del área afectada.
“Nos ayudó la parte climatológica debido a que, en el mes de marzo, empezaron unas lluvias muy atípicas en este mes y siguieron durante abril. Entonces, eso nos bajó totalmente la presión, la vegetación tenía un grado de humedad y nos ayudó a que los incendios no se presentaran. También, muchas áreas no se vieron afectadas por incendios, producto de que no les dio chance a las personas de realizar quemas”, comentó.
Para la temporada venidera, que va de enero a mayo del 2022, Román comenta que va a estar dentro de lo normal, pero más activa que la anterior. Se espera que los meses de marzo y abril sean complicados debido a que, en este periodo, la vegetación está muy seca en gran parte del país.
“Hemos notado, en estos primeros días del mes de enero, que la vegetación se está desecando bastante más rápido que en temporadas anteriores. También hemos visto como en zonas altas hay unas granizadas y esto más bien ayuda a desecar la vegetación. En los primeros 13 días del año se han atendido dos incendios forestales, el año pasado apenas teníamos uno. Entonces, sí consideramos que va a estar más activa”, manifestó Román.
De igual manera, algunas partes del país están experimentando fuertes vientos, aumentando así el riesgo de propagación del incendio forestal y desecación de la vegetación, la cual funciona como combustible.
Preparación y respuesta
El Sinac se está preparando para hacerle frente a la temporada, con el fin de minimizar las consecuencias. En el mes de octubre, por ejemplo, se firmó el “Plan Operativo para el Intercambio de Recursos para el Manejo de Incendios Forestales entre los Participantes Canadienses y Costarricenses”.
La firma de este plan, con el Centro Interagencias de Incendios Forestales de Canadá (CIFFC), permitirá al Sinac llevar a cabo diferentes acciones como movilización de bomberos forestales y personal técnico hacia Canadá, capacitación y entrenamiento, intercambio de experiencias, acceso a investigación especializada y recursos aéreos para la extinción de incendios.
Para Román, este plan es importante ya que, “con base en las líneas de trabajo establecidas y el apoyo que se tendrá por parte de Canadá, uno de los más beneficiados serán los bomberos forestales (funcionarios del Sinac y voluntarios), quienes tendrán la oportunidad de mejorar sus capacidades para la atención de incendios”.
Por su parte, Rafael Gutierrez —director ejecutivo del Sinac— destacó que este Plan Operativo posiciona al país como un referente en acciones de manejo del fuego y también apuesta a la profesionalización de los bomberos forestales, a la vez que se tendrá acceso a recurso humano y aéreo en caso de emergencias que rebasen la capacidad del país.
Por otra parte, el Sinac cuenta con un sistema de alerta permanente, lo que quiere decir que la fase operativa de la institución se encuentra activa. Esta incluye patrullajes terrestres, activación de las torres de detección y puestos temporales.
Asimismo, se cuenta con monitoreo satelital a través de puntos de calor, el cual provee información para realizar un control cruzado con los Programas de Manejo del Fuego de las Áreas de Conservación. Esa información sirve de insumo al sistema para la gestión y manejo de incidentes, lo que permite planificar dónde destinar recursos en caso de presentarse una emergencia.
Igualmente, se cuenta con una aplicación gratuita llamada Sistema de Alerta Temprana Incendios Forestales Costa Rica o SATIF. Por medio de esta, la población puede tener conocimiento de la condición de riesgo en el punto en que se encuentra. Son tres mapas diarios, los cuales se alimentan de información meteorológica (lluvia, viento y humedad relativa) de las últimas 24 horas. La aplicación se encuentra disponible en Play Store y App Store.
Brigadas voluntarias
Los esfuerzos no solo se dan a nivel institucional, también están las brigadas voluntarias. Este año se cuenta con 568 personas voluntarias, 180 de las cuales son mujeres.
Algunos de estos voluntarios se sumaron a los cursos para bomberos y bomberas del Área de Conservación La Amistad - Pacífico (ACLA-P), los cuales fueron desarrollados por el Sinac y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Gracias a estos cursos, los brigadistas pudieron fortalecer sus capacidades para prevenir y combatir incendios forestales, así como mitigar su impacto sobre la biodiversidad en los cantones de Pérez Zeledón, Buenos Aires y Coto Brus. Cabe resaltar que en estos cursos participaron brigadas de los Territorios Indígenas de Ujarrás, Salitre y Cabagra, y también más del 20% de las personas capacitadas fueron mujeres.
Estos cursos, dirigidos a las brigadas voluntarias en territorios indígenas y paisajes rurales, les permitió aprender sobre el manejo integral del fuego y el uso efectivo del agua en la extinción de incendios forestales.
Con miras a los meses más secos que se avecinan, estos procesos de fortalecimiento de brigadas son relevantes, más porque las áreas silvestres protegidas suelen ser las más afectadas por los incendios.
“La necesidad de fortalecer las brigadas voluntarias nace de la problemática, a raíz de los incendios forestales, que ha caracterizado a ACLA-P. Se presenta una época seca durante los meses de enero, febrero, marzo y abril que posibilita el inicio y propagación de los siniestros. Es en esta misma temporada donde se utiliza el fuego en prácticas agrícolas de quema y roza (técnica de cultivo que consiste en quemar el bosque para enriquecer la tierra) de forma inadecuada, que resultan en incendios que se salen de control y llegan a las áreas silvestres protegidas o cerca de sus límites”, dijo Gravin Villegas Rodríguez, gerente de Áreas Silvestres Protegidas del ACLA-P.
Incendios en Costa Rica
A partir de la década de 1980, la temperatura en Costa Rica ha experimentado un aumento y la disponibilidad de agua ha bajado. Esto ha causado un aumento en la aridez, incrementando a su vez el riesgo y el número de incendios forestales.
Para Román, el aspecto climático es clave en las labores de extinción de incendios forestales. “Cuando tenemos el fenómeno del Niño, para nosotros es de riesgo. El tema de variabilidad climática y cambio climático va a acelerar que las condiciones atmosféricas —como mayor temperatura o baja humedad relativa— sequen la vegetación y, por ende, las prácticas de la población causarán incendios forestales”, añadió.
Asimismo, los incendios forestales liberan gases —como dióxido de carbono o metano— a la atmósfera que van a contribuir al efecto invernadero y, por tanto, al cambio climático.
Un incendio forestal ocurre cuando el fuego avanza sin control sobre algún ecosistema, causando daños económicos y ambientales. El 98% de estos se deben a causa humana y, de ese porcentaje, el 43% es por quemas de pasto, agropecuarias o rondas a orilla de carretera. Según Román, a veces las personas realizan una quema en horas no adecuadas, con fuertes vientos, y de esta forma pasa de ser una simple quema a un incendio.
Otro aspecto que preocupa a Román es el deficiente mantenimiento vial por parte del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi). “El tema del mantenimiento vial no se ha dado y en las vías se encuentra vegetación muy alta. Entonces, ¿cuál es la herramienta más fácil para limpiar esas vías? Prendiendo fuego, el cual se va por pendientes o si hay fuertes vientos se traduce en un incendio forestal”, dijo.
“Si un incendio se detecta rápido, los medios de extinción pueden llegar lo más expeditamente y el incendio no va a crecer, entonces vamos a tener una menor afectación de la diversidad”, agregó.
Zonas más vulnerables
Los incendios forestales se pueden presentar en cualquier ecosistema, desde el punto más alto del país (cerro Chirripó) hasta el nivel del mar (las costas). En Costa Rica, la problemática se acentúa en el Pacifico Norte, Pacifico Central y la Región Huetar Norte, sin dejar de lado el Valle Central. De acuerdo con Román, se están presentando cada vez más indicios de quemas e incendios en el Caribe.
Actualmente, casi el 75% del área afectada por incendios forestales se presenta en la región Chorotega (principalmente Guanacaste). Román consideró que esta zona es donde hay una mayor problemática debido a diferentes aspectos, tales como temas culturales, la época seca es más acentuada, los tipos de vegetación existente —como los árboles caducifolios que pierden sus hojas cada año— y la cantidad de vegetación disponible que puede arder.
El fuego se compone de tres elementos: oxígeno, calor y combustible, por lo que el agua no es la única manera de acabar con este. Según Román, se puede trabajar sobre cualquiera de estos tres elementos, pero son muchos los incendios que atiende el Sinac en los cuales se trabaja sobre el oxígeno o sobre el combustible. Para trabajar sobre el oxígeno, lo que se hace es echarle tierra al fuego y así se logra sofocar. En cambio, para trabajar sobre el combustible se realiza una ronda cortafuego o una línea de defensa, así se interrumpe la continuidad de la vegetación para que deje de arder.
Para trabajar sobre el calor, los bomberos utilizan agua, la cual escasea en la época seca. En caso de requerirla, el Sinac cuenta con motobombas y vehículos de intervención rápida que pueden proveerla.
Román resaltó que, una vez controlado el incendio, sigue la fase de liquidación, la cual consiste en eliminar los puntos calientes o que representan peligro para el perímetro del incendio.
Para evitar incendios forestales, Román insta a la población “a que nos ayuden en esta época seca. Las personas del Valle Central que van a vacacionar a la playa o montañas, por favor realicen una fogata solo si es estrictamente necesario. En caso de hacerla, recuerden dejar desprovisto de vegetación donde se va a realizar y tienen que vigilar que haya quedado totalmente apagada. También recordar que hay zonas donde no se pueden realizar fogatas”.