LIBERIA. Guanacaste es ahora una gran carpa verde. Es increíble que hace un año, cuando el impacto del fenómeno El Niño estaba en su peor momento, los árboles y los potreros lucían amarillos desde La Cruz hasta Hojancha.

La sequía provocada por el fenómeno El Niño en 2015, que en Costa Rica impactó particularmente a Guanacaste, batió récords.

El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) afirmó en junio del 2015, hace poco más de un año, que desde desde 1937 nunca había registrado tan poco lluvia en la zona de Liberia, Guanacaste. Son las condiciones climáticas más extremas de los últimos 78 años.

Para comprender mejor este fenómeno, entrevistamos a Andrea Suárez, directora del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (Hidrocec), un centro de investigación especializado en el estudio del agua y ubicado en la sede liberiana de la Universidad Nacional.

En resumidas cuentas, la especialista señala que el Estado y los gobiernos locales postergaron durante años inversiones claves en infraestructura relacionada con el recurso hídrico y que el país necesita ponerle atención a las Asadas. Esta es parte de esa conversación.

¿Cómo se puede describir la situación del agua en Guanacaste?

Es toda una problemática, es algo que hay que abordar. El tema de la declaratoria de emergencia y la situación de la sequía hizo que se movilizara la parte institucional, gubernamental e institucional a exigir. El problema es que hay mucha informalidad en el manejo del agua. Se están haciendo importantes proyectos de infraestructura que eran necesarios, que no se habían hecho; se están haciendo, pero se debieron haber hecho hace muchos años.

El tema del acompañamiento a los acueductos rurales ha mejorado, porque habían estado en el abandono por muchos años. Hay otros poblados que se abastecen de pozos artesanales y por eso aumentó la situación crítica del agua en época de sequía: muchos poblados o caseríos hacen su pozo artesanal y fueron los primeros que se secaron. Entonces la situación se vuelve más crítica.

En este gráfico producido por científicos de la UCR pueden verse los cumulados de lluvia año a año (líneas de colores) comparados con los valores normales (línea negra gruesa) en la estación de Liberia en Guanacaste. Las valores arriba y abajo de los intervalos de confianza implican condiciones extremas de alta pluviosidad y de sequía respectivamente.(Créditos: Cigefi)

Está también el tema de la sostenibilidad de los acueductos. Hay muchos acueductos rurales muy pequeños entonces ya la Contraloría está diciendo: un acueducto de menos de 200 abonados es insostenible, porque la recaudación que ellos hacen no les da para poder hacer la reinversión para la mejora del sistema. Acá tenemos ASADAS de 50 o 100 abonados.

Lea un análisis científico realizado por especialistas para Ojo al Clima: La sequía en Guanacaste: ¿qué tan grande es?

Hay muchas deficiencias en el tema del manejo, tanto del administrativo de la ASADA como en el manejo del agua. Entonces son frágiles primero porque son muy pequeñas y no tienen acompañamiento técnico, o al menos hasta ahora con el cambio de la Dirección Ejecutiva que están volviendo a ver a las Asadas. Las Asadas no representan ingresos para el AyA. Recordemos que el AyA es como así decirlo una empresa de agua que reinvierte con lo que recoge de sus abonados. De las Asadas no recoge nada aunque tiene un departamento de sistemas comunales; de hecho, ayer el director nos decía “hasta ahora nos están volviendo a ver”.

Son casi 350 Asadas en Guanacaste, que requieren apoyo y se deben unir. Se está promoviendo la Unión de Asadas con el tema de manejo de agua tanto para consumo humano como para aguas residuales. El AYA, el que tiene mayor capacidad, también tienen sus problemas. Por ejemplo, cuando llueve más en Liberia yo sé que voy a llegar a mi casa y no tendré agua. Eso pasa en Abangares y en todos los lugares donde hay consumo de agua superficial del río, porque las plantas potabilizadoras se colapsan y se ensucian, la capacidad de respuesta, tienen que cerrar y limpiar para poder tener disponibilidad de agua.

Usted me decía que con toda esta movilización empezó a exigirse más, pero me quedé pensando. ¿Exigirle qué y a quién?

Las Asadas tienen un convenio de delegación de parte del AyA como ente rector del agua potable. Hay muchas Asadas que están ilegales porque hicieron sus conexiones y de todo pero no están registradas como Asadas formales, entonces se llaman ilegales. El AyA te delega el derecho a administrar el recurso hídrico, entonces formás la asociación y tenés personería jurífica, tenés la ley de Asadas, pero el AyA te tiene que supervisar y acompañar...

Que no se ha estado haciendo hasta ahora.

Exacto. Más bien, por ejemplos las Asadas de la costa veían al AyA y lo percibían como un enemigo. Ha sido todo un proceso para ir cambiando esto porque realmente ellos tienen una obligación de acompañar para dar una prestación del servicio.

Guanacaste es una ecoregión seca, eso no es nuevo. Tenemos años de vivir en Guanacaste y gente que vive aquí sabe que en épocas de sequía siempre hemos tenido vacas que se nos mueren y cosechas que se pierden. Entonces, yo siento que ha faltado la adaptación a esta condición seca. Con el cambio climático estamos viendo que las cosas se están apresurando y debemos adaptarnos.

La gente dice: en Guanacaste hay un problema de agua. Ahora usted ve y todo está verde, los acuíferos se están recuperando, es decir, sabemos que el fenómeno El Niño es algo cíclico, ¿entonces por qué nos agarra tan desprevenido? No estamos preparados para estas condiciones climáticas históricas. Es como decir, ¿qué pasa? ¿Por qué Guanacaste solo sirve para el tema de las elecciones?

La directora del Centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe (Hidrocec).(Créditos: Diego Arguedas Ortiz)

Existe una vulnerabilidad histórica en la región, pero ¿hasta qué punto las acciones humanas la han manejado o la han empeorado?

Claro que sí. Pensemos en el tema turístico. Siempre ha existido, pero no había tanto desarrollo turístico. Un ejemplo es Tamarindo. El acuífero Huacas-Tamarindo se encuentra sobreexplotado debido a la actividad turística que aquí existe y se une a la variabilidad climática ahora del fenómeno El Niño. Ya tenemos intrusión salina allí. Eso para decir que es la zona más poblada, pero también está siendo afectada Brasilito y playa Panamá por intrusión salina en sus pozos. Ocurre porque han llegado varios hoteles grandes.  

Históricamente y climáticamente, Guanacaste es una región seca. Hemos deforestado históricamente –a pesar de que se ha mejorado la cobertura–, pero este ya es un efecto humano. Por eso estamos viéndonos más afectados, porque los acuíferos no se recuperan. Antes, con los seis meses les iba dando chance de recuperarse pero constantemente estamos extrayendo. Guanacaste se suple casi el 90% de aguas subterráneas para el consumo humano, sobre todo en áreas costeras. Sabemos que el turismo es de lo que más divisas da al país, entonces es un sector que si se ve afectado, es muy sensible a nivel socio económico.

El año pasado fue un año crítico por la sequía y por El Niño. ¿Qué aprendimos en términos del estudio o manejo del agua?

Siento que aprendimos que hay que pellizcarnos. El Gobierno llega con una propuesta del PIAG (Programa Integral de Agua para Guanacaste) pero que esta no es la solución para Guanacaste completamente. Son proyectos específicos en lugares particulares y hay toda otra parte de comunidades que no van a ser beneficiarias directas de este proyectos.

Entonces, ¿qué tiene que hacer Guanacaste y las universidades? Alguna gente dice que plata para traer tanques, porque las Asadas siempre dicen que necesitan más tanques para almacenar agua. Entonces yo me pregunto: ¿será que es escasez o falta de capacidad para almacenar el agua en el momento en que la tienen disponible para cuando no tengan? Es un tema técnico también, pero también socio organizativo.

Hay que trabajar con los gobiernos locales, que tienen que tener identificados los problemas en agua, trabajando con el gestor ambiental y con las comunidades. No podemos esperar que el gobierno central nos venga a dar soluciones, hay que hacer un movimiento importante en la calle. Hay que trabajar a nivel de gobiernos locales; de la experiencia mía con la Comisión para el Manejo Sostenible del Acuífero Nimboyores y Acuíferos Costeros (Conimboco) puedo decir que nos ha costado que dentro de la comisión esté un representante de la Municipalidad de Santa Cruz. Ahora, cambiaron los municipios entonces creo que es el momento de sensibilizar y que nos preparemos para estas condiciones.

Si casi el 30% del agua está manejando por asociaciones comunitarias, en Guanacaste y a nivel nacional, tenemos que fortalecerlas y debe haber integración entre acueductos pequeños. Hay muchas Asadas que tienen muchas fortalezas y se pueden ayudar entre sí: por ejemplo, las Asadas de la costa de Santa Cruz están trabajando en la Unión de Asadas de la Costa que se llamará Unaguacosta. Tener esa comunicación: ¿cómo hiciste vos para arreglar el clorador?

Hay que tener información de la cantidad de agua, a nivel científico.

¿Existe esa información?

Ahora el Minae puso unos piezómetros, empezó en Nicoya y tiene otros en Nimboyores que son a tiempo real.

¿Qué son piezómetros?

Son como unos sensores que se meten en pozos y se mide el nivel del agua a tiempo real. Entonces, cuando usted ve que está bajando mucho, puede tomar medidas y puede limitar la extracción. Pero el problema de Guanacaste son los pozos ilegales. Para manejar un acuífero, necesita saber el nivel y qué está sacando.

Se dice que es como la mitad cantidad de pozos legales e ilegales. Ilegales es que no están inscritos ante la Dirección de Agua. El acuífero Nimboyores, que puede ser uno de los más estudiados, se sabe dónde están los pozos y son principalmente los del Aya. Si en ese hay ilegales, probablemente se tenga una idea.

En los otros, es inmanejable y la Dirección de Aguas no lo ha logrado. Antes tenía un funcionario y ahora va a tener seis funcionarios para todo Guanacaste para hacer ese trabajo. También la parte de la autoridad de la Dirección de Aguas no tiene la autoridad policial para entrar a una finca.

En otro tema, cuando entrevisté a otro experto sobre corales en la Isla del Coco, me decía que El Niño era como una ventana al futuro. ¿Es similar en Guanacaste? ¿El Niño del año pasado ofrece una ventana al futuro?

Exacto. Estamos hablando de las proyecciones del Instituto Meteorológico Nacional para el 2100, con el aumento de la temperatura y la disminución de las precipitaciones. La naturaleza es muy sabia, por suerte. Toda la Península de Nicoya es una sola cuenca y son ríos que drenan al mar. En la península son microcuenca de ríos permanentes y la mayoría intermitentes que drenan al mar. Por el tipo de suelo y la formación geológico, hay muchos acuíferos en la zona costera.

Guanacaste está hecho de reservorios naturales, que son los acuíferos y por eso hay muchos ríos intermitentes. Si aumenta la población y aumenta el desarrollo y seguimos dependiendo de la parte subterránea, ¿qué va a suceder? Si disminuyen las lluvias, ¿cómo se recargan? Los acuíferos de la costas tienen una recuperación muy rápida a nivel de lluvias pero ese también es un indicador de vulnerabilidad, así como se llenan rápido se pueden contaminar rápido.

En el futuro, si seguimos dependiendo únicamente de los acuíferos, vamos a tener problemas. Nosotros apostamos a otras tecnologías...

Claro, ¿qué alternativas hay? Porque en Guanacaste la naturaleza aportó los acuíferos...

Por eso, es muy fácil abrir un hueco y sacar agua. Primero, la alternativa es el cambio de cultura del desperdicio y el despilfarro. Otros sistemas alternativos como captación de lluvia, cosecha de agua de lluvia mediante reservorios. La idea es captar cuando llueve, hacer uso de esta agua.

Por ejemplo, hicimos un proyecto con apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana, trabajando con una asociación de productores de caña y arroz, una asociación de operadores turísticos y una Asada. Dentro de la Asada, sus mayores consumidores era una empresa de autobuses turísticos y tienen un planché. Nosotros les dijimos a la empresa que era el máximo consumidor entonces ellos se quedaron preocupados y nos pidieron un taller.

Se hizo un estudio de factibilidad técnica y económico para instalar un sistema de captación de agua de lluvia, porque tienen un gran techo sobre las unidades. Ellos consumen agua más en época lluviosa porque las unidades se les ensucian más, llevan turistas a parques nacional y barro. Con el tipo de techo que tenían, ellos podían capturar todo el agua que necesitaban y casi que no usar agua de la Asada para uso del lavado y sus cuestiones básicas. Es una alternativa muy buena.

Estábamos usando agua potable para lavar buses.

Exactamente y el mayor consumo era en época lluviosa. Con este uso de agua de lluvias, se puede minimizar la presión al acuífero de modo que se pueda recuperar para las épocas secas, que es cuando aumenta el turismo y se necesita el agua.

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