Francia y Costa Rica tienen una larga y sólida relación diplomática que les ha permitido colaborar en distinto temas. Hoy, la conservación y protección de los océanos los vuelve a convertir en socios.

En este 2024 y 2025, ambos países organizarán conferencias para poner a hablar al mundo sobre los océanos, la importancia de su rol en la biodiversidad, el cambio climático y la economía así como la necesidad de innovar en soluciones en pro de su sostenibilidad.

Mientras Francia presidirá la Tercera Conferencia de Naciones Unidas para el Océano, a realizarse en la ciudad de Niza en junio de 2025; Costa Rica estará auspiciando “Inmersos en el Cambio”, una conferencia que precisamente dará inicio este 7 de junio de 2024 en el Centro de Convenciones.

En vísperas de la inauguración de “Inmersos en el Cambio”, Ojo al Clima conversó con la embajadora de Francia en Costa Rica, Alexandra Bellayer-Roille, para conocer más sobre esta colaboración entre países. A continuación, un extracto de la entrevista.

¿Por qué es necesario hablar de océanos en tiempos de cambio climático?

El océano está en una situación de fragilidad y la relación con el cambio climático es muy obvia. El océano tiene un rol fundamental en la regulación del calentamiento global y se calcula que el océano absorbe el 90% del calor generado por las actividades humanas y el 30% de las emisiones de dióxido de carbono. Además, el océano genera la mitad del oxígeno que todos nosotros respiramos.

Así que es urgente proteger esta fuente de equilibrio para el clima. Lamentablemente, el océano sufre de acidificación y, conjuntamente con el aumento de la temperatura del agua, se afecta a la biodiversidad marina como los moluscos, las algas y los pequeños organismos que, por ejemplo, son utilizados para fabricar ciertos medicamentos para curar enfermedades graves como el cáncer.

El aumento del nivel del mar también tiene muchas consecuencias sobre las zonas costeras y las islas. Sabemos que lamentablemente hay islas que ya están a punto de desaparecer. Me di cuenta hace poco que, cerca de Costa Rica, en Panamá, hay ciertas islas del archipiélago de San Blas que ya están en peligro y sabemos que varios cayos van a desaparecer.

Entonces, la relación entre la protección del océano y el cambio climático es muy estrecha y hay que actuar. Y por esto Francia tenía esta responsabilidad de involucrarse en esta lucha mundial.

“Inmersos en el Cambio”, la conferencia sobre océanos que tiene lugar esta semana en Costa Rica, es la primera de una serie de conferencias ambientales. Después de Costa Rica, Colombia auspiciará la conferencia sobre biodiversidad, Azerbaiyán hará lo mismo con la conferencia del clima y luego Francia, en junio de 2025, liderará la conferencia sobre océanos para culminar en Brasil con la COP30 de cambio climático. En todas se estará hablando de las interrelaciones entre cambio climático, océanos y biodiversidad. ¿Cuán importante es precisamente unir los puntos entre todos estos temas?

Este punto de interconectar varias conversaciones, las negociaciones sobre estas temáticas, es una de las tres prioridades de la futura Cumbre para el Océano de Niza, porque hemos visto que existe una atomización de todos estos procesos que son a nivel multilateral, pero no hay necesariamente vínculos muy claros, así que hay que reunirnos y unir todas las buenas voluntades para ir por el mismo camino que, al final, es la preservación del planeta.

El evento que va a tener lugar aquí en Costa Rica, el 7 y 8 de junio, es una primera etapa de la conversación sobre la temática oceánica hacia el evento más grande que será en Niza, Francia, en junio de 2025. Es decir, el evento de Costa Rica es justo un año antes de la Tercera Conferencia de Naciones Unidas para el Océano.

En ambas conferencias se priorizará el articular todos estos procesos y negociaciones que tienen que ver con el clima y la salud del planeta. Esa articulación es uno de los temas principales de Niza, las otras dos temáticas son financiamiento y conocimiento científico del océano.

Dado que Francia será el anfitrión de la Tercera Conferencia de Naciones Unidas para el Océano, ¿qué resultados esperan de la conferencia de Costa Rica, precisamente para construir esa narrativa de intersección entre todos los temas?

El objetivo de la conferencia en Costa Rica es intercambiar buenas prácticas, compartir los buenos ejemplos que ya se desarrollaron en varias zonas del mundo para ver cómo pueden ser replicables; así que va a ser como un intercambio de ejemplos positivos que ya algunos gobiernos u organizaciones de la sociedad civil desarrollaron. Entonces, esta es una primera etapa para ver lo que funciona y lo que podemos replicar para así buscar financiamiento.

¿Necesitamos hablar más de las buenas prácticas para encontrar puntos en común y formas de intercambio, dado que muchas veces en las negociaciones más bien uno ve como que cada parte se polariza en su posición? ¿Es esta una forma de trascender esa polarización?

Sí, exactamente y es lo que se espera a lo largo del año. Tanto en Costa Rica como en Francia se tendrá la oportunidad de ver como todos estos buenos ejemplos se pueden ligar a instrumentos financieros novedosos. Pero, hay que subrayar también que en Niza habrá un enfoque más institucional, más político y más financiero, y por eso los dos eventos se complementan muy bien.

¿La agenda temática que se tendrá en Niza, podría verse eventualmente reflejada en las conferencias sobre el clima, sobre todo en temas de financiamiento y adaptación? ¿Sirven estas conferencias para impulsar temas en otros foros que no sean necesariamente océanos?

Sí, es la misma voluntad política, la misma tendencia de concebir nuevos instrumentos financieros para proteger el medio ambiente de manera general, sea marítimo o terrestre.

Creo que vamos en la misma dirección y pienso que todos estos procesos se fortalecen el uno al otro y lo que sí podemos ver es que, en estos últimos años, hay una concientización global. Creo que por fin se tomó en cuenta de que hay un peligro generalizado y que tenemos que utilizar todos estos procesos para ir hacia la misma dirección.

En las conferencias del océano se da una dinámica entre dos países. En la anterior, Kenia organizó la pre-conferencia y Portugal auspició la conferencia.

Sí, el liderazgo recae en una pareja de países para demostrar que es una preocupación de todos, cualquiera sea el tamaño o sus recursos. Y también es muy simbólico.

Francia y Costa Rica son socios muy estrechos porque copresiden, junto con Reino Unido, la Coalición de Alta Ambición sobre la Naturaleza y las Personas (HAC, por sus siglas en inglés). En el momento en que Francia se propuso para recibir la Conferencia de Naciones Unidas sobre Océanos, de manera muy natural y lógica, se propuso a Costa Rica para conformar esta pareja de países, porque sabemos que es un socio muy importante en la preservación del medio ambiente y ya demostró su liderazgo mundial a nivel de la protección de la naturaleza.

El tener esta pareja de países, ¿enriquece el diálogo?

Sí, porque no tenemos los mismos niveles de producción industriales o no generamos la misma contaminación, por ejemplo. Así que es muy bueno ver el problema desde el punto de vista de dos países que no tienen el mismo  perfil.

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