Iniciativa de Misión 1.5 permitió a representantes del Parlamento Joven de Mujeres por el Clima participar como observadoras en el proceso de negociación de la conferencia sobre cambio climático.
María José Núñez Chacón desde Belém
Maureen Porras y Valeria Zumbado fueron elegidas por el Parlamento Joven de Mujeres por el Clima para participar como observadoras en el proceso de negociaciones de la 30° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30).
La experiencia, que se consolidó como la fase final de su formación, les permitió detectar que en el proceso de negociación poco a poco se fueron diluyendo las referencias sobre temáticas como género y niñez de los documentos y de la discusión.
“Nosotras formamos parte de la Constituyente de Mujeres y Género, la cual ha hecho un pronunciamiento dirigido a las partes de la Convención y la presidencia de la COP indicándoles que es fundamental que se tome en cuenta a las mujeres, niñez y las poblaciones más vulnerables en torno a reparación de pérdidas y daños, porque cuando existen catástrofes climáticas son precisamente estas poblaciones las que sufren más consecuencias y es responsabilidad de los Estados dar una reparación a sus daños”, detalló Porras.
Por su parte, Zumbado destacó el enfoque de su participación en la COP30, dirigida a la migración y el cambio climático, con una intervención en una mesa de diálogo con diversas representaciones del mundo, en la que dieron a conocer de primera mano los retos comunes en esta materia.
“Estos desafíos están vinculados a la falta de legislación para proteger a las personas en condición migratoria por efecto del cambio climático, y una de las necesidades más extendida es acceso a la información”, indicó.
Zumbado añadió que, pese a existir un concepto de migrante o refugiado climático, que se ha reconocido en diferentes espacios, a nivel legal no existe esa figura en Costa Rica y tener esa categoría debería generar condiciones especiales.
Ambas jóvenes indicaron que resulta vital que esta COP30 se logre incluir de forma explícita a las mujeres y a la niñez, poblaciones que se ven realmente afectadas por las consecuencias del cambio climático.
Sobre el parlamento
El Parlamento Joven de Mujeres por el Clima tuvo su origen en el 2024, con un primer grupo conformado por 41 chicas, de entre 16 y 30 años de edad, y a la edición de este año se sumaron 49 nuevas integrantes. Esta iniciativa es impulsada por Misión 1.5 con el apoyo de la Embajada de Francia y la Suiza.
Las parlamentarias han recibido formación en diversas temáticas y desarrollado su trabajo en comisiones como océanos y costas; energía y transporte; agropecuarios y seguridad alimentaria; bioeconomía; educación y cultura; así como ordenamiento territorial.
Para Porras, esta participación en la COP30 es de gran relevancia, pues les permite posicionar los temas de la juventud y hacer que las voces jóvenes y femeninas sean tomadas en cuenta en la agenda global para enfrentar la crisis climática.
“Vinimos a apoyar en lo que se requiriera, nos preparamos mucho y se nos encomendó el trabajo colaborativo para apoyar en los alcances del Acuerdo de París, enfocado en adaptación climática, siempre desde una perspectiva de género y juventudes”, indicó la joven.
“Las chicas llevaban a la COP30 roles específicos. En primer lugar, fueron como parte de la delegación y uno de los objetivos era hablar sobre el Parlamento, con un mensaje unificado en eventos paralelos y en el pabellón de migración”, dijo Ximena Loría, directora de Misión 1.5.





