Desde febrero, cuando Costa Rica conformó y suscribió el Compromiso de Ginebra para la Acción Climática, se unieron oficialmente dos de las avenidas clásicas de la política exterior costarricense: la lucha por los derechos humanos y el empuje global por una mayor y mejor acción climática.

Realmente, el camino va un poco más atrás. Desde la conferencia en Lima, Costa Rica ha sido uno de los abanderados por la inclusión de los derechos humanos en los textos de negociación hacia un nuevo acuerdo climático. Si lo logra o no, le toca a París decidirlo.

Pero, ¿para qué queremos a los derechos humanos en el acuerdo global en primer lugar? Porque el acuerdo climático es un esfuerzo global e inédito por prevenir una serie de impactos catastróficos sobre la humanidad. En esencia es un proceso enfocado en la gente y su protección.

"Los seres humanos no pueden disfrutar sus derechos si existe cambio climático, es tan simple como eso", explicó a Ojo al Clima el negociador en jefe de Filipinas, Tony La Viña.

Filipinas es uno de los 32 países firmando del Compromiso de Ginebra, una iniciativa voluntaria mediante la cual estas naciones prometen fomentar el intercambio de buenas prácticas y de conocimiento entre los expertos de derechos humanos y de cambio climático.

El trabajo de este grupo y de otros espacios de sociedad civil han llevado el tema hacia el borrador del documento de París donde se sitúa en dos espacios: el preámbulo que definirá los lineamientos que guiarán el acuerdo y el artículo relacionado con el propósito del tratado, uno de los puntos claves del nuevo documento legal. Sin embargo, como todavía es un borrador de trabajo, en ninguno está todavía definitivo.

"Debemos reconocer que en el centro de este acuerdo está el respeto y la promoción de los derechos humanos, que deben estar presentes siempre cuando hablas sobre adaptación, sobre los impactos y sobre mitigación", apuntó La Viña.

El filipino tiene razón: el acuerdo que negocian los 195 países firmantes de la convención climática cruza por ciertas avenidas innegablemente relacionadas a los derechos humanos, como el acceso al agua potable, la seguridad de las viviendas de comunidades costeras y montañosas y los derechos de las mujeres y los jóvenes.

El plenario de cierre del ADP, el cuerpo de negociación que trabajó el borrador del acuerdo de París.(Créditos: IISD.ca)

Sin los derechos humanos en el acuerdo, la convención climática solo la guía la reducción de carbono, argumentan los signatarios de Ginebra. Este debe ser un tratado centrado en la gente.

"Ahora que estamos en esta negociación en París, damos un paso atrás y no miramos necesariamente hacia elementos específicos como emisiones, mercados o mitigación, sino que miramos más allá de estos puntos por sí mismos", explica el coordinador del tema de derechos humanos y participación ciudadana en la Red de Acción Climática, Sébastian Duyck.

"Nos preguntamos qué necesita un nuevo acuerdo y cómo la sociedad civil puede contribuir. Cada vez que tenemos esta conversación, salta el tema de derechos humanos", explica Duyck, abogado francés con un doctorado en cambio climático y derechos humanos.

La negociación todavía necesita varios días más hasta la firma del acuerdo y los países que firmaron el Compromiso de Ginebra están luchando contra países como Arabia Saudí, Noruega y Estados Unidos para mantener la mención a derechos humanos en el acuerdo.

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