El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) cerró hoy su sexto ciclo de evaluación (conocido como AR6) declarando que “las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), han causado inequívocamente el calentamiento global”.
De hecho, la temperatura promedio del planeta ya está 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900) y el IPCC calcula que llegará a 1,5°C en algún momento entre 2030-2035.
Ya lo viene advirtiendo el científico Johan Rockström, director adjunto del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, desde hace algunos años: 1,5 °C es un límite.
Una temperatura media de 14°C hizo posible la vida en el planeta y si bien esas temperaturas han variado a lo largo de 12.000 años, nunca lo han hecho por encima de 1,5°C de calentamiento. En otras palabras, el sistema climático ha sido relativamente estable.
Sin embargo, pasado ese umbral de 1,5°C, los modelos del IPCC reflejan que los riesgos climáticos no solo se incrementarán en cantidad y frecuencia, sino que también se volverán imprevisibles, complejos y difíciles de manejar.
Estamos hablando de olas de calor y lluvias más intensas así como eventos extremos que afectan aún más a los ecosistemas y las personas. Y cuando estos riesgos interactúan y “combinan con otros acontecimientos adversos, como pandemias o conflictos, se vuelven aún más difíciles de gestionar”, causando riesgos compuestos y en cascada.
“Con cada grado de incremento en el calentamiento se provoca una rápida escalada de los peligros”, se lee en el informe de síntesis del AR6, el cual IPCC titula: Cambio Climático 2023. Este reporte resume el estado del conocimiento sobre el cambio climático, sus efectos y riesgos generalizados, así como los aspectos de mitigación y adaptación.
Para no superar el umbral de 1,5°C, el IPCC recomienda reducir las emisiones de GEI en un 48% al 2030, un 65% al 2035, un 80% al 2040 y 99% al 2050. Esto con tal de estabilizar el sistema climático con miras al 2100.
Y estas recomendaciones serán clave cuando, en diciembre de 2023, los países conversen sobre el balance mundial del Acuerdo de París (GST, por sus siglas en inglés), esto en el marco de la cumbre climática prevista a realizarse en Emiratos Árabes Unidos.
Con miras al GST
El GST, también conocido por su nombre en inglés: Global Stocktake, es un proceso en que se evalúa el progreso colectivo en pos de los objetivos del Acuerdo de París. Según el artículo 14 de este tratado, este proceso debe realizarse cada cinco años.
“El balance mundial es un punto de inflexión decisivo en los esfuerzos para hacer frente al cambio climático: es el momento de analizar detenidamente el estado de nuestro planeta y trazar un mejor rumbo para el futuro. El balance mundial permite a los países y a otras partes interesadas ver en qué aspectos están avanzando colectivamente hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, y en cuáles no. Es como hacer inventario. Significa examinar todo lo relacionado con la situación mundial en materia de acción y apoyo al clima, identificar las lagunas y trabajar juntos para acordar vías de solución (hasta 2030 y más allá)”, se especifica en el sitio web de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Este balance, que se dará a conocer en la COP28, es el primero que se realiza desde que el Acuerdo de París entró en vigor en 2016. Vale recordar que este tratado internacional se basa en los compromisos que cada país definió para sí mismo. A esos compromisos se les conoce como Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés).
Diferentes informes de la misma CMNUCC y ONU Medio Ambiente lo vienen señalando desde 2021: los compromisos anunciados por los países en sus NDC no son suficientes para limitar el calentamiento a 1,5°C.
Y ahora, el AR6 del IPCC lo reafirma: “las emisiones mundiales de GEI en 2030, implícitas en las NDC anunciadas para octubre de 2021, hacen probable que el calentamiento supere los 1,5 °C durante el siglo XXI y dificultan la limitación del calentamiento por debajo de los 2 °C. Existen diferencias entre las emisiones previstas por las políticas aplicadas y las reflejadas en las NDC, además los flujos financieros no alcanzan los niveles necesarios para cumplir los objetivos climáticos en todos los sectores y regiones”.
¿A qué se refiere el IPCC con diferencias entre las emisiones de políticas aplicadas y las de las NDC? A que existe una brecha de implementación: las políticas ejecutadas a finales de 2020 darán lugar a mayores emisiones en 2030 de lo que implican las NDC. Si esto no se rectifica, se estaría en camino a un calentamiento de 3,2°C para 2100.
“Debemos pasar de la procrastinación climática a la activación climática. Y debemos hacerlo hoy”, declaró Inger Andersen, directora de ONU Medio Ambiente, con motivo del anuncio del informe de síntesis del IPCC.
Para David Waskow, director de la Iniciativa Internacional sobre el Clima del World Resource Institute (WRI), los informes del AR6 brindan información valiosa para la toma de decisiones. “Lo que vamos a necesitar, desde una perspectiva política, es empujar desde todos los niveles. Más que una transición, necesitamos una transformación de la sociedad que incluya a todos los sectores de la economía, todos los niveles de gobernanza y todos los actores”, manifestó en conferencia de prensa.
Y, en este sentido, GST se presenta como una oportunidad para ser más ambiciosos. Este primer ejercicio de GST dará las pautas para el próximo paquete de NDC, las cuales deberán presentarse en 2025 con un horizonte de implementación al 2035.