La Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE)  junto a la Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (BIOFIN) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzaron el proyecto “Huella del Futuro”, el cual busca reverdecer el país aún más mediante la siembra de 200.000 árboles en la zona norte del país.

En total se verán beneficiados nueve cantones con este esfuerzo de reforestación: La Cruz, Upala, Los Chiles, Guatuso, San Carlos, Río Cuarto, Sarapiquí, Pococí y el distrito de Peñas Blancas de San Ramón. La meta es rehabilitar paisajes y ecosistemas en 400.000 hectáreas a la vez que se generarán empleos verdes en momentos críticos para la economía local debido a la pandemia. 

Con el proyecto se pretende sembrar 65.000 árboles frutales y florales en vías públicas, así como 120.000 de especies maderables en sistemas agroforestales y silvopastoriles (tierras privadas), los otros 15.000 estarán en bosques secundarios. 

La siembra está prevista para los próximos 11 meses y, a diferencia de otras iniciativas internacionales, se busca el éxito de supervivencia al dar mantenimiento por cinco años. 

“Huella del Futuro y sus mecanismos de financiamiento están dirigidos a pequeños productores, grupos organizados de mujeres y jóvenes, que representan a los más vulnerables a los efectos directos del cambio climático, dada su limitación económica y ubicación en áreas frágiles y altamente marginales, además de su dependencia en la agricultura tanto para generar alimento como trabajo”, manifestó la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza, en un comunicado.

Los árboles mejoran la productividad de las tierras forestales y el paisaje forestal, controlan la erosión y mejoran la gestión en la cuenca hidrográfica, detienen y, en la medida de lo posible, revierten la degradación continua de la tierra, conservan la biodiversidad, los nuevos hábitats y las conexiones ecológicas.

Además, según cálculos del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), el proyecto espera generar aproximadamente 200 empleos directos, 700 beneficiarios indirectos y otra importante cantidad en jornales verdes. 

Foto: Giancarlo Pucci / PNUD(Créditos: Giancarlo Pucci / PNUD)

Financiamiento 

El costo total del programa es de $1,9 millones. De este monto, aproximadamente $1,8 millones será destinado a la compra y siembra de árboles, el mantenimiento, los proyectos estratégicos de desarrollo de los viveros, preparación del material genético, mantenimiento de brigadas y cortafuegos, entre otros. El monto restante será utilizado en costos de personal, gastos administrativos y arreglos legales.

Ya existe un aporte de $822.200 confirmado por socios -entre los que destaca BIOFIN, la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), la Unión Europea (UE) y la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD)-, lo cual dejaría una brecha financiera de $1,2 millones que se espera recaudar por medio de tres mecanismos de financiamiento.

El primero es el Programa de Pago por Servicios Ambientales Financiado (PSA) ejecutado por Fonafifo, el segundo es el Proyectos del Fondo de Desarrollo Verde implementado por la Fundación Banco Ambiental (FUNBAM) en estrecha coordinación Fonafifo y, por último, el Mecanismo de Crowdfunding en FUNBAM que funciona mediante las donaciones de personas y empresas que accedan a la página web:  www.huelladelfuturo.cr/ y también mediante alianzas público-privadas.  

“La restauración de ecosistemas es una tarea importante que nos invita a trabajar juntos para garantizar los servicios ecosistémicos y mejorar los medios de vida locales; por eso nos sumamos a la iniciativa Huella del Futuro a través del Fondo de Desarrollo Verde para la región SICA que es uno de los múltiples proyectos que la Unión Europea está financiando en la región centroamericana para fomentar la resiliencia al cambio climático y el desarrollo económico sostenible”, dijo Antonia Calvo, embajadora de la Unión Europea en Costa Rica, en un comunicado.

Foto: Giancarlo Pucci / PNUD(Créditos: Giancarlo Pucci / PNUD)

¿Quién podrá participar?

 Una vez terminada la fase de recaudación de fondos se procederá a la convocatoria para la fase de siembra (se prevé sea durante el primer trimestre del 2021) y posteriormente cada año para el mantenimiento. 

Se espera que organizaciones de base comunal -como las ASADAS- atiendan a la convocatoria, así como centros educativos, asociaciones de productores, centros agrícolas cantonales, comités locales del PSA y corredores biológicos, organizaciones no gubernamentales, fundaciones o afines, así como consorcios de organizaciones, colectivos y personas con acuerdos vigentes, experiencia y formación comprobada en materia de reforestación, plantaciones o mantenimiento. 

También se espera la participación del sector privado, específicamente propietarios y propietarias de terrenos donde pudiera hacerse las siembras o personas con un contrato de alquiler o arrendamiento inscrito en el Registro de la Propiedad. 

Según Meza, el proyecto contribuirá a los esfuerzos que realiza el país para aumentar su cobertura forestal hasta alcanzar el 60% en el año 2030. 

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