Con un plan de seis acciones climáticas, más de 1.000 científicos buscan orientar a los líderes mundiales en cuanto a los esfuerzos para limitar el incremento de la temperatura media del planeta a 1,5 °C.
El plan, titulado World Scientists’ Warning of a Climate Emergency, cuenta con el apoyo de otros 14.236 científicos de 158 países. En este se detalla que, para garantizar la supervivencia de la humanidad a largo plazo, se requiere reparar el clima, reduciendo los gases de efecto invernadero (GEI).
Esa “restauración climática” va más allá de la mitigación y la adaptación: “la naturaleza ha regulado anteriormente los GEI para mantener un clima habitable, y es esencial que intentemos restaurar esas condiciones”. Para ello, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad deben abordarse conjuntamente.
Las seis acciones climáticas catalogadas como prioritarias son:
Energía
Más allá de pasar de combustibles fósiles a fuentes renovables como energía primaria, los científicos hablan de la necesidad de reducir la demanda, aumentar la descarbonización, la eficiencia y apostar por la innovación.
Es más, la transición energética se relaciona con la configuración del territorio. “Para hacer frente a los retos más acuciantes de la sociedad, tenemos que ir más allá de la sostenibilidad y acercarnos a la regeneración. Esto significa que la ordenación del territorio y la zonificación abarcarían cada vez más la complejidad y la interconectividad, en lugar del aislamiento lineal centrado en el automóvil y la planificación en silos de la era industrial pasada”, señalaron los autores.
Contaminantes atmosféricos
La segunda medida se refiere específicamente a recortar las emisiones de metano y óxido nitroso. Si bien los científicos señalan transformaciones en el sector agrícola a nivel de mejores prácticas en finca y utilizar menos fertilizantes nitrogenados, también llaman la atención sobre otra fuente de emisión. Alrededor del 40% de las emisiones de metano provienen de la degradación de los humedales, por lo que detener su destrucción termina siendo una prioridad.
Naturaleza
La tercera acción climática plantea mirar la naturaleza en el conjunto de servicios ecosistémicos que provee y no solo como productos básicos o commodities.
“Si superamos el objetivo global de proteger un 30% efectivo de la tierra y el mar para 2030, al tiempo que reducimos rápidamente a la mitad el uso de combustibles fósiles, es probable que los sistemas naturales puedan acumular y almacenar suficiente carbono atmosférico y biodiversidad para restaurar la seguridad y la estabilidad de nuestro clima y nuestros ecosistemas”, detallaron los autores.
La densificación de las ciudades, su ordenamiento y zonificación “puede dejar más terreno circundante disponible para la naturaleza y los procesos naturales”.
Sistemas alimentarios
Es necesario alinear los sistemas alimentarios con los objetivos de salud planetaria. Los actuales patrones de producción y consumo proporcionan una dieta equilibrada a solo 3.400 millones de personas, esto de forma sostenible.
En este sentido, se requiere actuar en tres frentes: la producción, la tierra y las prácticas agrícolas. “Cambiar la producción de alimentos de alto impacto (como los productos animales) a alimentos de bajo impacto (como las frutas, las verduras, las legumbres y los cereales), además de reducir el desperdicio de alimentos, es esencial para reducir el impacto ambiental y evitar una mayor conversión de la tierra a la agricultura”, se lee en el documento.
Y continúa: “el desplazamiento de la producción es el factor crucial que permite la transformación del sistema alimentario, ya que permite proteger los hábitats naturales existentes (y mantener los sumideros de carbono) y reducir las necesidades de tierras agrícolas, proporcionando a su vez espacio para que se restablezca la vegetación autóctona (y los sumideros de carbono)”.
Población
El crecimiento demográfico y el consumo son multiplicadores de la crisis planetaria. Por esta razón, los científicos recomiendan aumentar significativamente las inversiones en bienestar humano, a través de estrategias éticas y de empoderamiento en materia de salud, educación y economía que ayuden a las mujeres y niñas, y apoyen a los hombres y niños. Esto ya puede empezar a doblar la curva de la población mundial de aquí a 2030”.
“Muchos países han intentado perversamente aumentar las tasas de natalidad, por temores infundados a las repercusiones económicas del envejecimiento de la población. Esto ignora la enorme contribución del crecimiento de la población a la huella ecológica y de carbono de los países. Estos conceptos erróneos contribuyen a la infrafinanciación crónica de los servicios de salud reproductiva y de planificación familiar, y al aumento del número de mujeres con necesidades insatisfechas”, señalan los autores.
Economía
La economía debería operar en un marco que contemple los límites planetarios y una base social de garantías básicas que asegure que todos los seres humanos puedan llevar una vida decente y saludable.
En este sentido, los autores proponen cambiar el Producto Interno Bruto (PIB) como indicador de desarrollo. “Aunque el PIB nos proporciona información importante sobre el nivel y el valor monetario de la producción, el consumo, el comercio, el gasto público y la renta nacional, nos dice poco sobre el bienestar de las personas, los hogares y las comunidades. Tampoco proporciona las señales económicas adecuadas cuando superamos los límites planetarios o caemos por debajo de los mínimos sociales”, señalaron.
También proponen corregir los fallos del mercado mediante impuestos sobre el carbono y otros impuestos medioambientales, restaurar el capital natural y los servicios ecosistémicos, eliminar las subvenciones perjudiciales y realizar una reforma agraria.
Otra medida tiene que ver con la relocalización: “es decir, el restablecimiento de niveles socialmente eficientes de producción local, ofrece una oportunidad para reducir estas emisiones al tiempo que se fomenta un auténtico progreso económico en las regiones económicas en dificultades, que se han quedado atrás por la carrera hacia la superespecialización y el hipercomercio mundial. Pero para que tenga éxito, deben eliminarse los obstáculos a la localización, desde los acuerdos comerciales hasta las subvenciones a la exportación”.