El gusto por la lluvia llevó a Ana María Durán a estudiar la atmósfera para así conseguir su máster en Meteorología, Física Oceánica y Cambio Climático en la Universidad de Vigo, en España.

“Es lo bonito que tienen las ciencias de la atmósfera y el océano: integran las demás ramas de la Física”, comentó la investigadora de la Universidad de Costa Rica (UCR) quien se declara apasionada de esta ciencia desde que estudiaba en el colegio.

Este año, Durán fue reconocida como Científica Destacada 2022 por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT), esto debido a sus investigaciones en variabilidad climática, cambio climático y física atmosférica.

Su investigación se ha enfocado en los procesos que suceden en la capa de intercambio entre la atmósfera y la superficie terrestre para dar respuesta a preguntas sobre la interacción de la superficie con el paso de ondas, el desarrollo de eventos extremos de precipitación y el impacto de la variabilidad y el cambio climático sobre la distribución de la lluvia en los trópicos.

La doctora en Física Aplicada es docente en la Escuela de Física de la UCR, específicamente en el Laboratorio de Observación del Sistema Climático (LOSiC). Este laboratorio, cofundado por ella en 2019, se concibe como un espacio para estudiar la meteorología aplicada y experimental.

Además, Durán junto a Paola Arias, de la Universidad de Antioquia (Colombia), y Raquel Nieto,  de la Universidad de Vigo (España), crearon la Red Iberoamericana de Mujeres por la Acción Climática. Su objetivo es visibilizar aún más la importancia de la participación de mujeres en ciencias climáticas y motivar su liderazgo en las investigaciones iberoamericanas.

A propósito del premio, Durán conversó con Ojo al Clima. Este es un extracto de dicha entrevista:

Desde que usted empezó a investigar hasta el día de hoy, ¿qué ha cambiado a nivel regional en el estudio del cambio climático?

“Creo que ha cambiado, principalmente, la visibilización del problema, porque tenemos muchas noticias, hay muchísima información en línea… Pero eso no necesariamente es bueno siempre, porque de igual manera hay mucha desinformación y uno de los principales problemas que se observan a nivel mundial es la manipulación de la información relacionada al cambio climático y la politización que hay de ella”.

¿Cómo cree que el estudio del tema ha cambiado en Costa Rica, específicamente?

“Se ha mejorado, en el sentido de que hay una visibilización del problema y entonces hay muchas personas comprometidas en hacer acciones para cambiar. El problema es que no siempre estas acciones consideran a la ciencia. Eso, en primer lugar.

”En segundo lugar, muchas de estas acciones están absolutamente politizadas y eso es un problema muy grande porque empezamos a ver que se pierde el objetivo, que es finalmente mejorar la calidad de vida de las personas.

”Hay una responsabilidad estatal en mejorar el financiamiento para el monitoreo climático y no está sucediendo. Esto es un problema porque lo que usted no mide hoy, es información que le va a faltar mañana”.

¿Dónde falta la inversión?

“El principal problema que tiene la investigación climática en Costa Rica es que está desfinanciada. Hay muchos estudios que son bastante urgentes, principalmente aquellos que están más orientados a alimentar a la política pública, que no se están desarrollando porque no hay recursos para hacerlos.

”Por otro lado, los recursos que ingresan al Estado se dedican a mitigar y adaptar, pero no a hacer ciencia del clima. Por eso decimos que la investigación climática está desfinanciada”.

¿Qué tan importante es que se fortalezcan estas inversiones para conseguir información que, precisamente, sustente la política pública?

“En el momento en el que empezamos a desfinanciar la ciencia, es como darnos un balazo en el pie antes de empezar una carrera, porque vamos a empezar a correr en una condición de desventaja en la que estamos tratando de resolver un problema que no conocemos, porque no tenemos la información de entrada para poder saber cuáles son las condiciones que tenemos.

”Y por otro lado, no se trata solamente de generar el conocimiento científico, se trata de que el sector político también tome en cuenta ese conocimiento científico. ¿Cuánto realmente está escuchando el sector político a la ciencia? Creo que tenemos que decirlo de una manera muy abierta: el sector político no desconoce la ciencia, simplemente decide no hacerle caso”.

Vayamos a lo específico para tratar de dimensionar esto, ¿cómo la climatología nos puede dar soluciones a problemas de la crisis climática? 

“Lo más importante es que nos da una base de información para poder comprender qué es lo que sucede y cuáles son las condiciones actuales, y cómo han sido las condiciones históricas”.

”Desde la componente climática aportamos soluciones en realidad a muchos frentes. Por ejemplo: cuando las carreteras se inundan, la pregunta es por qué se inundan. Y bueno, la información meteorológica nos provee parámetros de diseño para determinar todas estas cosas.

”Aquí la cuestión es, ¿esta información realmente está siendo tomada en cuenta? Bueno, pues por lo que se ve en las carreteras, parece que no mucho”.

Centroamérica es altamente vulnerable a los eventos extremos de origen hidrometeorológico. ¿Cómo nos ayudaría la ciencia a la hora de formular políticas públicas que precisamente hagan frente a esta amenaza?

“Si, cada cierto tiempo, sé que puedo tener un evento de lluvia extremo y voy a diseñar una obra de infraestructura, se supondría que este diseño debería de tener en cuenta esa información para primero garantizar la durabilidad y, por supuesto, que la infraestructura no vaya a estar sujeta al impacto de este fenómeno”.

”Si nosotros somos responsables en el uso de la información, podemos estar preparados para contrarrestar un poco o reducir los impactos que estos eventos tienen. Y ciertamente lo que nosotros vemos o experimentamos es que eso no está sucediendo”.

¿Es realmente Centroamérica vulnerable a los eventos extremos o nuestras condiciones de pobreza e ineficiencias estructurales son las que hacen que estos impactos deriven en desastres?

“El fenómeno hidrometeorológico va a estar presente en el momento que corresponda, pero usted puede conocer la información de la probabilidad de que ese fenómeno ocurra y puede desarrollar un conjunto de medidas que alerten a la población.

”El problema es que las condiciones socioeconómicas, entre otras cosas, hacen que las personas en la región estén cada vez más expuestas y estén en condiciones de un riesgo distinto.

”Entonces, ahí la culpa del impacto que tiene en la persona ese fenómeno, no es de la ocurrencia del fenómeno en sí sino que es el resultado de las vulnerabilidades que tiene ese grupo de la población y entonces ahí es donde hay que trabajar mucho”.

Según Naciones Unidas, entre 1998 y 2017, se registraron 1.786 desastres en América Latina y el Caribe, la gran mayoría (93%) fueron de origen climático. Entre estos se contabilizó el huracán Otto en 2016.(Créditos: Miriet Abrego Zuñiga)

Usted es la coordinadora actual de la Red Iberoamericana de Mujeres por la Acción Climática a nivel nacional. ¿Cuáles son los objetivos de esta red, en qué están trabajando y hacia dónde les gustaría dirigirse?

“La idea de la red es trabajar en dos frentes; el primero es la visibilización de la importancia de que existan más mujeres en los procesos de desarrollo de ciencia climática. Y, por otro lado, motivar los liderazgos de mujeres en investigación en la región iberoamericana. Actualmente, la red está integrada por Costa Rica, Brasil, España, México, El Salvador, Colombia, Portugal y Suiza”.

¿Cuánto ganaría la ciencia si más mujeres se sumaran como investigadoras en los campos de meteorología, física oceánica y cambio climático? 

“En el caso específico del clima, el impacto que tienen muchos de los problemas de índole atmosférico o fenómenos meteorológicos es diferente en función del género. Si tenemos una inundación, la persona que cuida a los niños es la mamá; y si hay una crecida de río y se lleva la casa, quien estaba en la casa era la mujer.

”Cuando hay pocas mujeres haciendo investigación, si el diseño del estudio no toma en cuenta la perspectiva de la mujer, problemas como este no formarán parte de la investigación ni se tomarán en cuenta en el desarrollo de la ciencia.

”Cuando hablamos del tema de las mujeres, no estamos hablando de minorías, sino más bien de prácticamente la mitad de la población. Entonces, lo que estamos diciendo es que la exclusión de las mujeres en los procesos de investigación y desarrollo de la ciencia está cerrando las puertas, de alguna manera, al 50% de las personas que deberían ser consideradas”.

¿Cuánto ha cambiado el panorama de participación de las mujeres desde que usted inició su carrera? ¿Se han logrado superar algunas barreras relacionadas a estereotipos o aun falta trabajar más en eso?

“El problema persiste. La implementación de muchas acciones de equidad en diferentes países ha mejorado muchísimo comparado a lo que sucedía anteriormente, pero mejorado no significa que el problema haya desaparecido.

”Muchas veces esto de las cuotas de paridad (misma cantidad de hombres que de mujeres) no gusta mucho, porque algunas personas consideran que pone en riesgo la credibilidad de su trabajo. O sea, yo no estoy en este trabajo porque soy mujer, estoy porque tengo la capacidad para desarrollarlo.

”Sin esas acciones, vamos a tener más mujeres desempleadas que hombres en las áreas STEM (acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics) y, en los puntos de dirección de los diferentes campos de ciencia y tecnología, la participación de las mujeres seguiría siendo muy limitada.”

En este sentido, ¿cuál es la importancia de que exista este premio?

“Lo que sucede es que el acceso al financiamiento y al liderazgo en grupos de investigación o desarrollo de proyectos no es igual para hombres y para mujeres en Costa Rica. La competencia no ocurre en igualdad de condiciones.

”La creación de estas acciones afirmativas, como se denominan, busca nivelar la cancha para que se busque estar en condiciones lo más cercanas posibles, porque siguen estando lejos de ser condiciones iguales.

”La academia sigue siendo un espacio muy excluyente de las mujeres y, además de eso, tenemos que enfrentar el tema de los micromachismos y, al mismo tiempo, una serie de acciones que no son tan pequeñas. Hay mucha violencia sistematizada de género dentro del sector académico”.

¿Cuán importante es la participación de las mujeres en la acción climática? ¿Qué se gana, a nivel de soluciones, al dar voz y voto a las mujeres?

“Lo primero es que, para que usted pueda participar más, tienen que dar espacio y escuchar a esa persona. Si nadie le hace caso, empezamos mal; entonces hay un tema de acceso a las plataformas de información, estas siguen siendo muy limitadas para las mujeres en Costa Rica.

”Y, por supuesto, si queremos más mujeres tiene que haber condiciones más adecuadas. Usted no va estar motivando muchachas para que sigan carreras en ciencia para que vayan a trabajar y estudiar en ambientes tóxicos y hostiles.

”Tenemos muchos programas y muchas acciones de motivación para tener incidencia y tener más mujeres en STEM, pero muchas veces están enfocadas en grupos que tienen ciertos rasgos socioeconómicos y eso deja por fuera a mujeres de zonas vulnerables o zonas rurales que no necesariamente tienen los mismos accesos”.

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