Brasil está bloqueando los avances en las negociaciones de cambio climático de la ONU (COP25) en un tema crucial: los mercados de carbono. Ahora, accedería a llegar a acuerdos... por el precio correcto.
El país sudamericano reclamará a los países ricos en la COP25 que materialicen el financiamiento prometido a los países en desarrollo en el Acuerdo de París. A cambio, desbloquearía el asunto crucial de los mercados de carbono, según dijo a la AFP su ministro de Medio Ambiente.
De acuerdo con el ministro, Ricardo Salles, este financiamiento serviría para la protección del Amazonas, ya que los servicios ecosistémicos de esta región "tienen un valor".
Negociaciones bloqueadas
Los países firmantes del Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento del planeta, aprobaron el año pasado sus reglas de aplicación. Pero el tema de los mercados de carbono quedó por fuera, luego de que Brasil no permitiera un acuerdo.
Uno de los mecanismos para que los mercados funcionen sería no aceptar créditos de carbono viejos, solamente los nuevos. Actualmente, Brasil, India y China —los tres países con más créditos viejos y más dinero en juego— son los que bloquean un acuerdo en ese tema.
En la Conferencia de la ONU sobre el Clima de Madrid, este asunto vuelve a ocupar un papel central, especialmente con el arranque este martes de las negociaciones a nivel político, que se prolongarán hasta el viernes.
La falta de un acuerdo atrasaría la implementación del Acuerdo de París, el cual entra en vigencia a partir del próximo año (2020). Pero, sobre todo, una mala ejecución de los mercados de carbono podría causar que los países incumplan sus compromisos.
"Queremos encontrar una solución que convenga a todo el mundo", dijo el ministro brasileño de Medio Ambiente.
Financiamiento
Para Brasil, esta negociación debe garantizar a la vez que los países ricos cumplan con su promesa de transferir a partir del próximo año 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo.
Este monto fue acordado bajo el Acuerdo de París con el objetivo de ayudar a estas naciones a alcanzar sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos del cambio climático.
Los países en desarrollo "no somos los que provocamos las emisiones". Los más ricos "deben cumplir su promesa sobre los fondos. Este fue el argumento que utilizaron en 2015 para convencernos de que participáramos", dijo el ministro.
Salles consideró incluso que los mercados de carbono son una "herramienta necesaria" para implementar esa promesa financiera.
El Acuerdo de París prevé que una parte todavía no cifrada de los intercambios en los mercados de carbono sirva para financiar la adaptación al cambio climático de los países en desarrollo.
El "valor" de la Amazonía
Brasil tiene un papel relevante en las negociaciones por albergar gran parte de la Amazonía, cuya creciente deforestación podría socavar los esfuerzos globales para frenar el calentamiento.
Según datos oficiales, la deforestación de la Amazonía brasileña superó los 10.000 km2 entre agosto de 2018 y julio de 2019, un alza de 43% anual.
Ese periodo incluye los siete primeros meses de gestión del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, partidario de la apertura de la Amazonía a las actividades agropecuarias y mineras.
Salles defendió nuevamente la necesidad de contar con el apoyo financiero internacional para proteger la mayor selva tropical del mundo, porque sus "ecoservicios tienen un valor".
"Es necesario ofrecer mejores condiciones de vida" a quienes viven en la Amazonía. "Si no les damos una alternativa para que tengan ingresos ¿cómo podemos pedirles esto (preservar la selva)?".
Protestas en la COP25
Paralelamente, un centenar de organizaciones brasileñas publicaron este martes al margen de la COP25 una carta para denunciar que en su país se están revirtiendo "libertades fundamentales".
"No podemos aceptar vivir los ataques diarios contra la prensa libre, las organizaciones independientes y contra los derechos fundamentales individuales y colectivos", declararon en la misiva, firmada también por personalidades de la sociedad civil.
Bolsonaro ha sido blanco de críticas de ONGs y de manifestaciones contra sus políticas, desde el recorte de presupuestos educativos hasta su proyecto para facilitar la posesión de armas.