Los productores apícolas del país están pasando apuros tras un 2015 marcado por un preocupante descenso en la producción de miel.
Pero no es sólo la cantidad de miel la que se podría ver afectada, pues gran cantidad de cultivos dependen de las abejas pasen de flor en flor y colaboren con el proceso de polinización.
La sequía que se mantiene desde inicios de año ha sido la protagonista en perjudicar las colmenas, que si bien es cierto requieren del sol, también necesitan del agua para tener una buena cosecha.
Los datos del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) reportan la pobre caída de 1,3 litros de agua por metro cuadrado en gran parte del territorio guanacasteco, colocando al año 2015 como el de la peor sequía reportada en la Costa Rica de los últimos 78 años.
La reducción en el rendimiento apícola es confirmada por el Centro de Investigaciones Apícolas de la Universidad Nacional (Cinat-UNA), al indicar que la problemática no se está presentando en una región específica, sino que es el país en general que reporta pérdidas.
“Lo que sucede es que la sequía afecta la humedad de los suelos volviéndolos sumamente secos y los árboles producen flores pero con poco néctar, precisamente porque el agua no es suficiente para llegar a la raíz de las plantas para ser absorbida”, detalló Johan Van Veen, investigador del Cinat-UNA.
“Lo que sucede es que la sequía afecta la humedad de los suelos volviéndolos sumamente secos y los árboles producen flores pero con poco néctar, precisamente porque el agua no es suficiente para llegar a la raíz de las plantas para ser absorbida”
Johan Van Veen, investigador del Cinat-UNA.
Van Veen asegura que para este año se podría tener sólo un tercio de la miel que se cosechó el año anterior, eso significa no sólo un detrimento para los apicultores, sino también para las empresas que han tenido que recurrir a importar la miel que demanda el mercado nacional.
Graves consecuencias
El problema con la baja en la producción de miel tiene diversas consecuencias. La primera de ellas es la pérdida de empleos, pues al no producir lo suficiente, no se puede vender la miel y por tanto no hay dinero para pagar empleados.
También el mercado nacional se debilita, y esto provoca que muchas empresas ya trabajen con miel importada. Además las abejas mueren y los procesos de polinización se quedan sin las obreras que transportan la vida de muchos de los alimentos que llegan a su mesa.
Para Ana Cubero Murillo, coordinadora del Programa Apícola del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), las dificultades presentadas por el gremio apícola del país están directamente relacionadas con el cambio climático. No obstante, Cubero resalta también elementos como el mal manejo de las colmenas y enfermedades que son mal atendidas.
Las medidas que se han venido desarrollando por parte del Programa Apícola se han dirigido al manejo de las abejas.
“Estamos trabajando mucho en el campo de la manipulación montando ‘apiarios modelos’; esto consiste en mostrar la forma correcta de tratar las colmenas e ilustrar mejor la conducta de las abejas y el cómo se deben interpretar y manejar esas conductas”, explicó Cubero.
Además enfatizó que en varias zonas del país “el manejo que se les da a los cultivos no es el más amigable con el ambiente”.
En cuanto a pérdidas, Cubero detalló que el daño es muy variable, dado que el país posee una gran variabilidad climática, de manera que el cambio climático se presenta con cambiante intensidad en cada sector del país: “mientras en una zona se reportan pérdidas de más de un 50%, en otras se ha mantenido en un 20%”, detalló.
Claudio Mora, pequeño apicultor de la zona de San Ramón de Alajuela, concuerda en que el cambio climático, y particularmente el “Fenómeno del Niño”, son los causantes de las pérdidas que ha tenido el sector apícola.
Mora asegura que el año anterior, para el periodo de enero a junio, había recolectado 7 barriles de miel, mientras que en el mismo periodo de este año, la cantidad de barriles cosechados fue de solamente 2.
“Es un descontrol en la naturaleza, las abejas sufren eso, la naturaleza también sufre, la flora sufre. Los veranos ahora son más largos y más calientes y se requiere de la humedad para que las plantas produzcan buen néctar y las abejas puedan recolectarlo para producir miel”, comentó Mora.
“Es un descontrol en la naturaleza, las abejas sufren eso, la naturaleza también sufre, la flora sufre. Los veranos ahora son más largos y más calientes y se requiere de la humedad para que las plantas produzcan buen néctar y las abejas puedan recolectarlo para producir miel”
Claudio Mora - Apicultor San Ramón de Alajuela
Problema en Los Santos
William Mora, de la empresa de producción apícola “Ecomiel” en San Marcos de Tarrazú, señala que la situación en su zona es más severa que en el resto del país.
Ecomiel ha impulsado la producción de miel de la región de Los Santos, llegando a manejar cerca de 2 mil colmenas entre todos los apicultores afiliados. El año anterior de cada 10 colmenas sacaban un barril de miel, pero en lo que va del año, de cada 10 colmenas sólo están obteniendo medio barril. Es decir, la disminución es de un 50%.
Según Mora, la floración del café por lo general es afectada por los aguaceros, al causar que toda la cosecha de flores se caiga, dejando a las abejas sin nada. También, la floración del aguacate es fumigada con insecticidas altamente tóxicos cada semana, lo que crea una flor envenenada para la abeja que llega a recolectar, causándole la muerte inmediata. Claramente una colmena sin abejas, no sirve.
“Los ingenieros están recomendando fumigar el aguacate a la hora de la floración, precisamente cuando la flor abre. Están fumigando con unos insecticidas terriblemente tóxicos, entonces toda abeja que llega a la flor del aguacate cuando el árbol está floreado muere inmediatamente y no regresa a la colmena”, explicó Mora.
Mora asegura que la fumigación de la época floral del aguacate ha matado cerca de 600 colmenas en la zona de San Marcos de Tarrazú en los últimos seis años. “Existen alternativas de insecticidas orgánicos que deberían utilizarse para proteger la vida de las abejas”, comentó.
Para la coordinadora del Programa Apícola de Senasa, el problema de la fumigación es un asunto de mal manejo de los insecticidas en la floración del aguacate por parte de los productores.
“La flor del aguacate es fumigada para combatir los ‘trips’, que es un insecto que se come el aguacate, pero la fumigación se debe hacer antes de que la flor se abra, pues si se hace cuando ya está abierta, es una muy mala práctica y además, es la causa de la muerte de toda abeja que llegue en busca de néctar” explicó Cubero.
Otro de los elementos graves, según William Mora: “las abejas no tienen qué recoger, la vegetación desaparece, por ejemplo a la hora de sembrar café cortan todos los árboles que haya y mantienen sin hierbas, no sólo dejan sin protección al café ante las lluvias y el exceso de sol, sino que dejan los suelos limpios y no hay de dónde recolectar néctar”.
Las expectativas con respecto a mejorar la producción son prácticamente nulas. “Nosotros no tenemos expectativas, hay sectores en el país que sacan dos barriles por cada 10 colmenas, nosotros aquí no tenemos esperanza de que en algún momento vamos a sacar más, pues conforme han pasado los años la producción ha venido disminuyendo”, añadió.
Crecen las importaciones
Datos de la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica y de Representantes de Casas Extranjeras (Crecex) detallan que las importaciones de miel al país en el primer cuatrimestre del año 2015 han venido principalmente de El Salvador, Nicaragua, Estados Unidos y México, siendo 72 mil kilogramos la cantidad de miel que se ha importado para satisfacer las necesidades de seis empresas del país.
“Manza Té” de Centroamérica y “Polinizaciones Costarricenses” son las empresas que más han importado, teniendo entre ambas el 99,94% del total de las importaciones.