Chloé Farland, Climate Home

Ahora que las negociaciones climáticas empezaron de nuevo en la ciudad alemana de Bonn, los países ahí reunidos deberán limar las últimas asperezas del llamado “libro de reglas” del Acuerdo de París.

Al mismo tiempo, la presión está incrementando sobre los gobiernos para que definan estrategias de largo plazo y fortalezcan sus políticas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Estos esfuerzos deberían estar listos antes de la cumbre climática convocada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para este setiembre.

Las condiciones son claras. La jefa climática de la ONU Patricia Espinosa dijo que muchas cosas habían cambiado desde que la última reunión de negociación, celebrada en diciembre del año pasado. Espinosa dijo que “ahora estamos literalmente ante una emergencia climática” y dijo que los países debían mostrar trabajo técnico y liderazgo.

Tras seis meses de protestas climáticas exigiendo acción climática, cada vez hay más escrutinio sobre el proceso que estas dos semanas se vive en Bonn, pero que continuará en Costa Rica con la PreCOP (8 al 10 de octubre) y cerrará el año en Chile durante las dos primeras semanas de diciembre. Estos son cinco temas que serán claves en estas dos semanas.

  • Mercados de carbono.

El gran desafío que todavía queda pendiente de respuesta es cuál será el rol de los llamados “mercanimos de carbono” para reducir las emisiones a nivel global. El Acuerdo de París, en su artículo 6, define el intercambio internacional de créditos de carbono. Esta fue la única parte del acuerdo que no tuvo mayor avance en las negociaciones celebradas el año pasado en Katowice.

Según la jefa climática Patricia Espinosa, las negociaciones serán difícil. Hay profundas diferencias entre los países sobre cómo estimular las inversiones en proyectos que valgan la pena sin socavar la integridad del acuerdo. Los mecanismos de mercado permiten a países “intercambiar” emisiones: las emitidas en un proyecto podrían ser compensadas las reducidas en otro.

Los puntos más delicados son las reglas para evitar una “doble contabilidad” a la hora de generar reducciones y los estándares que deberán tener las compensaciones de carbono.

  • Financiamiento.

Como siempre, el financiamiento será un tema delicado. Loa países desarrollados se comprometieron a movilizar $100.000 millones cada año a partir del 2020 para ayudar a los países en vías de desarrollo a limpiar sus economías y adaptarse a los impactos del cambio climático. En Bonn, sentirán la presión para ir concretando detalles.

Una de las discusiones centrales es cómo conseguir más fondos para el Fondo Verde del Clima y cómo administrar este fondo. Alemania y Noruega ya prometieron duplicar sus contribuciones, pero otros países donantes todavía no se han pronunciado.

Espinosa pidió un acercamiento más coherente en finanzas climáticas. Aunque han habido algunos anuncios positivos, dice que han sido la mayoría desordenados y que es hora de “traerlos a la misma mesa”.

  • “Ambición, ambición ambición”

Los países tienen que renovar sus compromisos del Acuerdo de París en el año 2020 y el secretario general Guterres le pidió a los líderes mundiales llevar planes climáticos más ambiciosos a su cumbre de setiembre. Las reuniones de Bonn son una oportunidad para que los negociadores construyan coaliciones y consensos orientados a la acción.

Según Yamide Dagnet, investigadora senior del World Resources Institute, los países no deberían ver como “silos” aparte las reuniones que sostienen dentro del proceso de negociaciones y fuera de este.

Las reuniones ministeriales, como por ejemplo las del 2020, “deben estar alineadas” con la necesidad de tener planes climáticos más ambiciosos en 2020, dijo ella. Dagnet agregó que los países podrían aumentar su ambición si se enfocan en sectores de la economía que hayan quedado afuera de sus planes iniciales.

  • Pérdidas y daños

Es un momento crítico para la discusión de pérdidas y daños, lo cual concierne a los impactos del cambio climático a los que la gente no se puede adaptar. El plan de trabajo para los siguientes cinco años debe finalizarse en diciembre en Chile.

Activistas están demandando más dinero para comunidades pobres con pérdidas humanas, de estilos de de vida y de hogares por el cambio climático—a lo que los arrastraron los países ricos. Un reciente estudio técnico de la secretaría de cambio climático de la ONU incluso evaluó posibles fuentes de financiamiento.

La discusión, además, toma lugar en un contexto mundial de desastres ligados al clima y eventos extremos, como el ciclón Idai en Mozambique y olas de calor en India, los cuales golpearon a algunas de las personas más vulnerables del mundo.

  • La sede de la COP26

La presidencia y sede de las negociaciones climáticas del próximo año deberá estar lista cuando termine esta ronda de negociaciones en Bonn, la próxima semana. El Reino Unido e Italia son consideradas como las favoritas para hospedar al conferencia del 2020, un momento crucial en la diplomacia climática.

El martes 18, ambos países emitieron un comunicado en el que proponían una candidatura conjunta, similar a la que hicieron Costa Rica y Chile para el 2019. En este caso, el Reino Unido se comprometió a hacer la COP26 y los italianos serían los anfitriones de la PreCOP, el evento previo a la conferencia.

Todavía falta que los países del bloque europeo decidan si esta candidatura se ajusta a sus prioridades.

Este texto se publicó en Climate Home (www.climatechangenews.com) y es reproducido con permiso de su editor.

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