En este 2023, se realizó un nuevo listado de los mamíferos de Costa Rica, el cual registró 30 especies endémicas o únicas en el país. De estas, 21 son roedores.
Los roedores silvestres cumplen un rol importante en el ecosistema, ya que pueden ayudar a polinizar las plantas, a dispersar semillas y brindar equilibrio a la cadena trófica (cadena alimenticia) de las especies más grandes (como el ocelote y el pizote). Además, desempeñan un papel clave en el secuestro de carbono que realizan los bosques.
Debido a que se encuentran aislados en la montaña y su distribución está bastante restringida, los estudios que se han hecho sobre ratones son escasos. Esto hace que categorizarlos sea difícil, por lo que no se puede saber el peligro en el que se encuentran.
La última vez que se realizó este inventario de mamíferos fue en 2014. Ahora, el nuevo listado fue realizado por los investigadores José Daniel Ramírez (Fundación CRWildlife), Ragdé Sánchez (Asociación Theria), Laura May-Collado (Instituto Smithsonian), José González-Maya (ProCAT) y Bernal Rodríguez (Universidad de Costa Rica).
Precisamente, esta nueva revisión —cuyo artículo científico se publicó en la revista Therya— se llevó a cabo con el objetivo de actualizar el inventario que se tenía y así tener más conocimiento sobre este grupo.
Roles ecosistémicos de los roedores
Si bien la costumbre es que las abejas sean los agentes polinizadores por excelencia, los ratones también pueden realizar esta tarea. Según Ramírez, líder de la investigación, en Monteverde existen plantas que están diseñadas para ser polinizadas por roedores.
Estas plantas tienen cápsulas, las cuales están llenas del néctar del que se alimentan los roedores. Cuando los ratones las toman con sus manos, introducen su lengua en esa cápsula para succionar el néctar, llenando de polen sus bigotes y, así, cuando visitan la siguiente planta, realizan la polinización.
Los roedores también cumplen un rol importante para la captura de carbono. Ese es el caso de especies como el ratón talamanqueño de robledal. Este roedor espera cada cuatro o cinco años, que es cuando los robles se preparan para producir masivamente sus frutos, y dispersan las semillas de estos.
Y la manera en que las dispersan no deja de ser peculiar: lo hacen por olvido. Cuando los robles sueltan sus bellotas, estos ratones las prefieren sobre cualquier otro alimento. Como estos saben sobre el periodo de escasez de bellotas, deciden guardarlas en sus guaridas, las cuales están bajo tierra.
Si bien se comen algunas de ellas, la mayoría son olvidadas por distintas razones. Al quedar bajo tierra, estas semillas germinan y producen más robles, los cuales son de los mejores para el secuestro de carbono.
Ramírez comentó que los ratones tienen mala fama debido a la estigmatización que se tiene de ellos por las ratas de caño que suelen verse en las ciudades. Sin embargo, el investigador cree que en Costa Rica existe —al menos— un roedor que hace el equivalente de la mayoría de los mamíferos, esto debido a que los roedores son el grupo más diverso que existe en el mundo.
“Si se piensa en nutrias, los ratones acuáticos son nutrias miniatura prácticamente. Si uno piensa en un mono, pues tenemos montones de especies de ratones arborícolas y si pensamos en los mamíferos voladores, como los murciélagos, hay ardillas voladoras, aunque en realidad lo que hacen es planear y no estrictamente volar”, señaló Ramírez.
Adaptación al cambio climático
Los roedores también tienen diversas maneras de adaptarse al cambio climático. En un estudio reciente, mencionado por Ramírez, los investigadores empezaron a ver cambios en la forma de los roedores. Los ratones utilizan sus orejas para regular su temperatura interna, ya que —mientras mayor sea su tamaño— más venas podrán tener. Cuando a las venas les pega el viento, la sangre baja su temperatura, enfriando el cuerpo del animal.
“Se ha visto, en estudios a largo plazo, que en algunas zonas del mundo, algunos ratones están empezando a tener las orejas proporcionalmente más grandes y esto se está asociando a cuestiones de cambio climático”, aseguró Ramírez.
Por otro lado, el biólogo también mencionó que los roedores endémicos de Costa Rica están normalmente en los picos de las montañas. Aseguró que por eso es que se da el endemismo, ya que se interrumpe el flujo genético entre especies debido a su aislamiento en estas zonas frías.
Con el aumento de la temperatura del planeta, estas regiones se están calentando, por lo que cada vez las especies suben más hacia las montañas en busca de temperaturas bajas, lo cual termina aislándolas del resto. Sin embargo, el problema es que, cuando lleguen al tope de la montaña, no tendrán donde subir más.
“Antes, para estudios de roedores, se podían capturar ratones en el robledal de la montaña. Ahora tengo que capturarlos en las partes más altas”, comentó Ramírez.