El pasado 20 de abril de 2023, Costa Rica aprobó un nuevo reglamento para combatir la contaminación por plásticos. Con este documento, se busca mitigar el efecto que tienen estos materiales en el ambiente.
Según el nuevo reglamento, que viene a hacer operativa la Ley N°9786, las bolsas plásticas que no sean biodegradables, o por lo menos no estén certificadas como de bajo impacto ambiental, no se podrán vender ni ofrecer en las empresas costarricenses. Esta medida entraría en rigor a partir del próximo año.
La normativa también establece que el Estado no tendrá permitido realizar más compras de materiales plásticos, a excepción de que se puedan reutilizar, sean reciclados o biodegradables. Esto con el objetivo de dar el ejemplo para cambiar la cultura de consumo costarricense.
En cuanto a las botellas plásticas, los distribuidores o comerciantes deben asegurarse de que estén hechas con un porcentaje de plástico reciclado o, al igual que las bolsas, sean biodegradables. También deben de cumplir con un programa efectivo de recuperación de estos envases.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el consumo de plástico se ha cuadriplicado en los últimos 30 años. De hecho, y según la OCDE, solo el 9% de los residuos plásticos alrededor del mundo son reciclados, mientras que el 50% termina en vertederos.
La producción de plásticos también tiene un gran impacto en el cambio climático, ya que para ello se hace uso de combustibles fósiles. Además, la mayoría de estos terminan en el mar, afectando los ecosistemas marinos y con la posibilidad de fragmentarse en microplásticos. Si se prohíbe la venta de plásticos de un solo uso, su producción va a disminuir junto con sus consecuencias climáticas.
Con este reglamento se busca hacer un cambio cultural en las prácticas de consumo de los ticos, ya que el plástico se ha convertido en una problemática que afecta a los ecosistemas terrestres y marinos, y con ellos a la salud de la población.
Reglamentación para la venta de materiales plásticos
Según Ricardo Morales, Jefe de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, los distribuidores e importadores deben informar los procedimientos y realizar los registros ante la Dirección de Protección Radiológica y Salud Ambiental (DPRSA), para así asegurar el cumplimento de la ley.
“Los distribuidores y los envasadores van a tener que reportar cuánto están poniendo en el mercado y qué porcentaje están recuperando”, señaló el ingeniero.
También aclaró que los distribuidores pueden generar encadenamientos con sus micro distribuidores, y así formular programas de recuperación para que los envases sean devueltos a sus fabricantes y los reutilicen en su cadena de producción. DPRSA podrá realizar inspecciones en estos establecimientos y así tener mejor información de los sitios en los que se están recuperando los plásticos.
Por otro lado, para evitar la evasión de esta ley, Morales comentó que el Ministerio de Salud puede inspeccionar y coordinar con Aduanas -mediante el Ministerio de Hacienda- para informarse sobre quiénes están ingresando estos materiales al país y de qué manera lo están haciendo.
“El Ministerio de Salud puede inspeccionar todos los sitios. Los sitios de venta de alimentos se inspeccionan anualmente, lo cual es una ventaja. El resto de inspecciones se realizan cada cinco años, entre más frecuentes sean estas inspecciones, más fácil es controlar la situación”, añadió Morales.
Cambio cultural
Según Naciones Unidas, cada minuto se compran un millón de botellas plásticas en el mundo, lo cual demuestra que es necesario realizar un cambio cultural en la sociedad. Es por eso que, con este reglamento, el objetivo es que, al igual que con el estereofón, las personas comprendan la gravedad de la situación y cambien sus patrones de consumo.
Morales señaló que el cambio cultural más importante que se debe implementar es en las botellas plásticas. Consideró que cada vez se ven más personas con bolsas reutilizables en las ferias del agricultor y en los supermercados; sin embargo, todavía hay mucho espacio por mejorar con respecto a los envases plásticos.
“Hay empresas líderes que ya están recuperando un gran porcentaje de sus propios materiales, generalmente empresas de alimentos y de bebidas, pero hay otras empresas que producen otras cosas en las que esa cultura todavía no está tan arraigada”, manifestó el ingeniero.
Juan Carlos Piñar, coordinador del proyecto Consumo 180 del Programa de las Naciones Unidas en Desarrollo (PNUD), mencionó que el consumo de plástico en Costa Rica ha tendido a aumentar en los últimos años. Mientras en el 2017 se generaron menos de 260 kilogramos de residuos plásticos por persona al año; ya para el 2021, esa cifra era de 300 kilogramos. Piñar aclaró que este es un llamado de atención para la población y es necesario cambiar los patrones de consumo a nivel personal.
“En el año 2021, se fugaron al ambiente, unas 52 toneladas diarias de residuos plásticos. Esto es un llamado de atención y tenemos que actuar ya”, enfatizó Piñar.
Por su parte, Morales comentó que actualmente se está trabajando en un reglamento adicional para incorporar parámetros más técnicos a futuro. Aclaró que se pueden agregar reglamentos más específicos: como el porcentaje de material reciclado o, por ejemplo, que un laboratorio verifique el grosor y la longitud de bolsas plásticas.
“Las especificaciones deben estar respaldadas también por una norma técnica y un método de laboratorio. Eso es lo que va a estar en el reglamento complementario que tiene que salir en un plazo de 10 meses”, añadió.
Costa Rica se unió junto a más de 175 países para poner fin a la contaminación por plástico. La meta es hacerlo mediante un tratado, el cual se concibe como una herramienta que ofrece alternativas para el uso de plásticos y su producción.
Con el nuevo reglamento, el Estado costarricense reafirma sus acciones para combatir el impacto ambiental de los plásticos de un solo uso. El objetivo de ponerle un límite a su distribución es crear un cambio en la cultura de los costarricenses mientras se actúa acorde a los tratados internacionales de los cuales formamos parte.
Mientras que el reglamento nacional comenzará a regir a partir del 2024, el pacto internacional tiene como objetivo estar listo para finales de ese mismo año.