Trieste, en Italia. Ese es el destino de los primeros 18.975 kilogramos de café libre de deforestación que Costa Rica exportó a la Unión Europea, adelantándose con ello al cumplimiento de una norma que entrará a regir en el 2025, la cual exigirá que los productos agrícolas que pretendan ingresar a este mercado no hayan propiciado pérdida de bosque en su país de origen.

El comprador de esos primeros 275 sacos es Illy Café, una empresa que se dedica al tueste de café especial desde 1933. En cuanto a los granos, estos provienen de la zona de Los Santos. Fueron cultivados por 69 personas productoras que pertenecen a la Cooperativa de Caficultores de Tarrazú  (CoopeTarrazú), quienes formaron parte del proyecto piloto que desarrolló la metodología necesaria para garantizar que, desde diciembre de 2020, esa producción no incurrió en deforestación.

Aparte de CoopeTarrazú, este proyecto fue ejecutado por el Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE) con apoyo técnico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y financiamiento del Fondo Verde del Clima.

Nixon Camacho, joven productor cafetalero, mira con buenos ojos esta iniciativa. “Con tan sólo que prefieran nuestro café, que reconozcan el esfuerzo que estamos haciendo, ya nos están ayudando. Esa tacita de café que se toman ya es un beneficio”, dijo.

“El café de Costa Rica tiene una característica: está en manos de pequeños y medianos productores. Por así decirlo, nuestro café tiene rostro humano. En nuestro caso, lo producimos en familia: mi papá, mi hermano y yo”, agregó.

El mercado europeo constituye el destino del 38,4% de la producción de café de Costa Rica. (Foto: Michelle Soto)

Pacto Verde

Uno de los principales impulsores de la deforestación en el mundo es la expansión de las tierras agrícolas. En el caso de la Unión Europea, se logró determinar que las exportaciones a este mercado promovieron la pérdida de bosques en Indonesia, Brasil, Malasia, Nigeria, Etiopía, Congo y México. Es más, se calcula que las exportaciones al mercado europeo son responsables del 16% de la deforestación a nivel global.

Ante estos datos, los europeos reaccionaron. “Nuestros ciudadanos han cambiado como consumidores y ahora son más conscientes del impacto que pueden tener en todo el mundo. Los consumidores europeos están cada vez más interesados en que los productos que adquieren no dañen el medio ambiente y generen ingresos justos para los productores y las comunidades locales”, comentó Sylvanie Jardinet, Oficial Senior de Cooperación al Desarrollo de la Unión Europea en Costa Rica.

Es por ello que, durante la mayor consulta pública sobre cuestiones ambientales, los ciudadanos pidieron medidas para mantener fuera del mercado europeo aquellos productos causantes de deforestación. Es así como su demanda se incorporó al Pacto Verde (adoptado en 2019), un paquete de iniciativas de política pública cuyo objetivo es hacer que la región alcance la carbono neutralidad en el 2050.

La prohibición a la deforestación derivada de la producción agrícola abarca a los 27 países de la Unión Europea. Y como en Europa existe esta medida, pues también se le exige a la importación de bienes del exterior, particularmente en lo referido a carne, cacao, café, palma aceitera, soja y madera.

Las regulaciones están contenidas en el Reglamento sobre calidad de suministros libres de deforestación y degradación forestal (N°1115), el cual fue publicado en el 2023. De acuerdo con este, a partir del 30 de diciembre de 2024, la importación de productos procedentes de tierras deforestadas después de diciembre de 2020 estará prohibida en la Unión Europea. Por tanto, a partir de esa fecha, las empresas importadoras y exportadoras deberán presentar datos de seguimiento y geolocalización, es decir, deberán garantizar la trazabilidad.

Tanto en Europa como en América Latina, particularmente en Paraguay, el reglamento ha sido sujeto de críticas y la oposición a este ha impulsado protestas por parte de agricultores europeos.

“El reglamento no es una amenaza, sino una oportunidad”, afirmó Jardinet. “Considero que el caso de Costa Rica podría servir de inspiración para otros países. El proyecto de trazabilidad que se implementó en café, funciona. Entonces, aquellos países que no saben cómo abordar el tema, ya tienen un caso práctico que pueden replicar”, continuó.

Cada uno de los sacos contiene 69 kilos de café de CoopeTarrazú. (Foto: Michelle Soto)

Proyecto tico

El Reglamento N°1115 delega la responsabilidad en los productores de demostrar la debida diligencia del producto, dado a que constituyen el primer eslabón en la cadena de valor.

Por ello, en el marco del Proyecto REDD+ Pagos Basados en Resultados, PNUD e ICAFE decidieron trabajar con productores y productoras, así como beneficios, para desarrollar la metodología que les permitirá cumplir con lo estipulado en el reglamento.

“Se decidió trabajar con la zona de Los Santos, que precisamente aporta el mayor volumen de producción al país y con CoopeTarrazú, por ser la más grande del país, representante de 4.500 personas productoras, que exporta un 25,3% de su producción a Europa y es la tercera exportadora de más importancia a ese continente”, explicó Xinia Chaves, consultora de PNUD y líder del proyecto piloto.

“CoopeTarrazú siempre quiere ir a la vanguardia en proyectos de sostenibilidad y siempre estamos muy apuntados cuando se trata de buscar mejores alternativas para nuestros productores de café, procurando que tengan una mejor calidad de vida y teniendo a la sostenibilidad como punta de lanza”, manifestó Juan Carlos Álvarez, gerente general de la cooperativa.

A lo largo de 20 talleres, desarrollados a partir de setiembre de 2023, se informó a los productores y las firmas beneficiadoras sobre los requerimientos legales. También se planteó la necesidad de recopilar información de cada finca, su georreferenciación, así como hacer declaraciones juradas. Se vio pertinente que los beneficios y las empresas exportadoras recibieran y procesaran de forma separada el café que cumplía con la debida diligencia.

De esta manera, se fue diseñando la metodología, cuya principal condición era asegurar que el proceso no implicara un costo económico para ninguna de las partes. Es así como se acordó que los productores ingresarán la información de la geolocalización de su finca en la aplicación CR-CAFE. La verificación se hará por medio de imágenes satelitales y sobrevuelo de drones.

Una vez georrefenciada la finca y comprobado que la producción de café no incurrió en deforestación, el productor o productora firmará una declaración de consentimiento informado y la declaración jurada de café libre de deforestación (CLDD). Esos documentos se entregarán a la firma beneficiadora.

Los beneficios deberán recopilar toda la información así como procesar el CLDD, almacenándolo en un silo aparte. También deberán realizar un informe quincenal, cuya nómina por categoría indique el volumen catalogado como CLDD. El sistema valida esta información con la ingresada a CR-CAFE y crea la cuota de CLDD.

Las empresas exportadoras realizarán un informe diario de venta identificando la compra-venta de CLDD. Con ello, ICAFE generará un contrato rosado (indicativo de CLDD), lo cual permitirá generar un formulario aduanero (FAD).

Todo este proceso lo hicieron los productores y beneficio de CoopeTarrazú así como la empresa exportadora Exclusive Coffees, lo cual hizo posible el primer lote para exportación.

Acciones tempranas

Aunque el diseño de la metodología demoró seis meses, lo cierto es que el sector cafetalero tiene más de 30 años de implementar medidas para que su producción sea cada vez más sostenible.

Las primeras datan de la década de 1990 cuando se empezó a cumplir con la Ley de Aguas (N° 276) y, gracias a ello, se redujo la huella hídrica por unidad de producción. “En ese entonces, se consumía un metro cúbico por fanega procesada, ahora estamos en menos de 100 litros”, dijo Gustavo Jiménez, director ejecutivo de ICAFE.

Igualmente, en esa década se promulgaron dos leyes —Ley Forestal (N°7575) y Ley de Biodiversidad (N° 7788)— que instaron a los productores y productoras a atender cuestiones ambientales en sus fincas. “Y lo ambiental pasó a formar parte de nuestra cotidianidad”, manifestó Chaves, quien también es productora cafetalera.

Seguidamente se creó el Programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA), el cual vino a pagar un incentivo a los dueños de fincas para que no eliminaran la cobertura boscosa y, en el marco de este, también se promovieron los sistemas agroforestales.

Ya en 2015, el sector cafetalero abrazó la NAMA Café. NAMA es la sigla en inglés de Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas, planes que los países diseñan a la medida para descarbonizar un sector económico de interés.

Costa Rica logró el primer financiamiento en el mundo para ejecutar una NAMA agrícola, el cual se enfocó en café a un plazo de diez años. Este plan pretende que tanto fincas como beneficios logren reducir sus emisiones de carbono mediante la implementación de diez buenas prácticas agrícolas que incluyen temas como uso eficiente de fertilizantes, manejo de plagas y malezas, así como siembra de árboles para dar sombra, entre otras.

Precisamente, CoopeTarrazú viene implementando una serie de acciones que no solo le permiten reducir su huella de carbono, sino también conservar el suelo y las fuentes de agua, dos factores claves en la producción de café. “Nuestras plantaciones son todo un ecosistema, parecen bosques, y los productores trabajan para que sea así, mediante prácticas sostenibles”, dijo Alvarez.

“En resumen, NAMA Café viene a reforzar y acelerar lo que se venía haciendo. También nos prepara, sin saberlo, para lo que viene con el Pacto Verde de la Unión Europea, dándonos una ventaja competitiva. Además nos permitió reinventarnos”, declaró Jiménez.

Otro esfuerzo que suma es la Declaración de Trazabilidad y Sostenibilidad de ICAFE. Esta es una plataforma que recolecta y comunica información estratégica a través de toda la cadena de valor en aras de la transparencia. Se sustenta en la Ley sobre el Régimen de Relaciones entre Productores, Beneficiadores y Exportadores de Café (N°2762).

La información está referida a prácticas ambientales, sociales, éticas y de calidad que son parte del día a día del sector cafetalero. “Toda esta información se le comunica a cada contrato de café aprobado por el ICAFE en forma de un código QR que va a permitir que nuestros compradores y consumidores accedan a esta información”, se explica en el sitio web.

Como complemento a la NAMA, y desde 2023, el ICAFE lanzó un distintivo de “Café bajo en emisiones para aquellos productores y beneficios que cumplen con los requisitos de trazabilidad que permitan asegurar que su café tostado es bajo en emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora se suma un distintivo más para identificar la producción como libre de deforestación.

“Nosotros venimos comprometidos con el medio ambiente desde hace muchos años. Los parámetros de la Unión Europea no nos toman por sorpresa porque nosotros tenemos toda la vida de trabajar así, no fue nada del otro mundo”, confesó Camacho.

Para Jardinet, este proceso propiciado por el Pacto Verde viene a poner en valor todos esos esfuerzos que el sector cafetalero costarricense ya venía haciendo. “Costa Rica cuenta con una cadena de valor organizada y preparada para cumplir con las exigencias del mercado europeo. Su producción sigue principios medioambientales. Es decir, tienen mucho adelantado”, dijo. “Por eso considero que el café de Costa Rica ya está listo”, añadió.

“Aspiramos a que todo el café de Costa Rica sea libre de deforestación”, expresó Jiménez. “Y nos estamos preparando para eso”, continuó Chaves.

En este sentido, y mientras se implementaba el proyecto piloto, ICAFE liberó la información y la metodología para hacerla accesible al resto del sector, esto mediante circulares, y así otras fincas y beneficios pudieran iniciar con el proceso.

Para Chaves, al tener productores y productoras ya trabajando en estos parámetros, se pueden abrir puertas en otros mercados en condiciones favorables. “Los consumidores son cada vez más exigentes y tienen el cuidado de revisar las características de lo que consumen. Eso nos hace pensar que, adicional al mercado europeo, Costa Rica podrá seguir vendiendo a todos los otros mercados un café con este atributo”, comentó.

69 productores y 117 fincas lograron completar el proceso de debida diligencia de café libre de deforestación. (Foto: PNUD)

Otros productos agrícolas

La propuesta metodológica desarrollada para café pretende ser no solo escalada al resto del sector, sino también replicada en otros productos y encadenamientos productivos. “En Costa Rica tenemos cacao, que tiene un mercado importante en Europa. Pero también está la palma aceitera y la industria cárnica, las cuales podrían tener una oportunidad”, señaló Chaves.

Para Carlos Isaac Pérez, viceministro de Gestión Estratégica del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), “lo que se está haciendo en café es un ejemplo de por qué es importante la iniciativa de Agropaisajes Sostenibles”.

Esta es una iniciativa del MINAE en asocio con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) que pretende desarrollar una Marca País para posicionar una serie de productos agrícolas como libres de deforestación, esto con el fin de conseguir privilegios de exportación como eliminar barreras arancelarias. La idea fue socializada por primera vez en 2022 durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27) y también fue tema central del trabajo del MINAE durante la pasada COP28.

“El PSA que viene este año va a tomar en cuenta el agropaisaje en las fincas, y le va a dar un plus en biodiversidad, manejo de recurso hídrico y manejo de suelos”, comentó Pérez. “También se está desarrollando la Marca País, la cual cuenta con apoyo del Proyecto REDD+ Pagos Basados en Resultados”, complementó el viceministro.

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