Los presidentes de Costa Rica (Carlos Alvarado), Panamá (Laurentino Cortizo), Colombia (Iván Duque) y Guillermo Lasso (Ecuador) aprovecharon la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático o COP26, que actualmente tiene lugar en Glasgow (Escocia), para firmar una declaración de intenciones que busca crear una Reserva de la Biosfera Marina en los corredores marinos de cuatro de las islas del Pacífico Oriental Tropical.
Se trata de las migravías ya existentes a nivel biológico entre Isla del Coco en Costa Rica y Galápagos en Ecuador así como entre Coiba en Panamá y Malpelo en Colombia.
Para ello, y según se detalla en la declaración, los países trabajarán en un modelo de protección y manejo que “incluirá medidas nacionales, en sus respectivos territorios, que se complementarán con esfuerzos regionales, entre los que se encuentra el iniciar un proceso encaminado a la creación de una Reserva de la Biosfera Marina comprendida entre las islas Coco, Malpelo, Coiba y Galápagos”.
Ricardo Meneses, quien preside la Secretaría Ejecutiva del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), manifestó que ya se está trabajando en las hojas de ruta de estas dos migravías, cuya conectividad ya está demostrada científicamente gracias a una serie de expediciones. Esas hojas de ruta encaminarían a los países, en el mediano plazo, a la declaratoria de Reserva de la Biosfera Marina y, con ello, se estaría dando un paso en pos de la meta de proteger al menos el 30% de los ecosistemas marinos al 2030.
“Cuatro países de América Latina, cuatro países tropicales con una riqueza enorme, se comprometen a avanzar en la protección de cuatro islas en el Pacífico Este Tropical, que son sitios únicos de incalculable valor. Se están poniendo de acuerdo no solo para avanzar en los esfuerzos nacionales sino también para avanzar en la visión transfronteriza porque, finalmente, las especies –esas especies que están tan amenazadas– migran a través de cada una de estas islas”, explicó Andrea Meza, ministra de Ambiente y Energía de Costa Rica.
Este trabajo en las migravías forma parte del Plan de Acción 2019-2024 del CMAR, el cual se creó en 2004 cuando los cuatro países suscribieron la Declaración de San José. Dicha declaración dejó en claro que el compromiso de los cuatro países estaba en la “promoción de un desarrollo sostenible basado en el mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales que sustentan los bienes y servicios provistos por sus áreas protegidas núcleos del corredor marino, y sus respectivos procesos de interconexión”.
Para ello, el CMAR estableció cinco áreas núcleo: Parque Nacional Isla de Coco (Costa Rica), Parque Nacional Coiba (Panamá́), Parque Nacional Natural Gorgona y Santuario de Fauna y Flora Malpelo (Colombia), así como Parque Nacional y Reserva Marina Galápagos (Ecuador). Cuatro de estas áreas marinas protegidas se consideran Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
“Estamos armonizando acciones en los planes de manejo de las áreas núcleo del CMAR”, explicó Meneses, a la vez que detalló los ejes temáticos del plan de acción, a saber: fortalecimiento del corredor, biodiversidad, promoción del desarrollo sostenible, control y vigilancia.
La declaración firmada en la COP26 también deja en claro que el CMAR es clave no solo en el cumplimiento de la meta 30x30 sino también de los compromisos adquiridos por los países en materia de biodiversidad, cambio climático y desarrollo sostenible.
Es “una forma de enfrentar la crisis ambiental, climática y de biodiversidad de forma integrada y sistémica”, se lee en el documento.
Esfuerzos en áreas núcleo
También en el marco de la COP26, Ecuador anunció la creación de una nueva área marina protegida, la cual añadirá 60.000 kilómetros cuadrados a Galápagos. Esto incluye una zona totalmente protegida de 30.000 kilómetros cuadrados donde no se permitirán actividades extractivas como pesca con palangre.
De hecho, la nueva reserva colinda con Costa Rica, lo cual facilitará el desplazamiento de especies como tiburones, ballenas y tortugas entre Galápagos e Isla del Coco.
“De cara al futuro, este es un gran paso en la dirección correcta para las protecciones marinas de las Galápagos con el fin de mantener la salud de nuestra espectacular variedad de vida marina, y nuestra economía. Nuestra reserva marina ha sido notablemente productiva, pero debemos aprovechar ese éxito”, expresó Eliecer Cruz -ex gobernador de Galápagos y líder de Más Galápagos, una iniciativa ciudadana que apoya la ampliación de las protecciones- en un comunicado.
Colombia también está valorando ampliar el área marina protegida del Santuario de Flora y Fauna de Malpelo y del Distrito de Manejo Integrado Yurupari-Malpelo. Lo mismo sucede en Costa Rica con el Parque Nacional Isla del Coco y el Área Marina de Manejo Montes Submarinos, cuyo proceso de diálogo con el sector pesquero ya alcanzó la tercera de cinco sesiones planteadas en pos de definir una hoja de ruta.
“Este tipo de espacios de diálogo, permite un sano desarrollo de temas que son de gran importancia para el país, ya que buscan aclarar las dudas que han surgido en el sector pesquero y turístico, y así poder trasladar la información contenida en los estudios realizados”, dijo Rafael Gutiérrez, director ejecutivo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).