Día a día, miles de costarricenses practican distintos deportes como una manera de cuidarse y recrearse sanamente, pero el cambio climático —debido al incremento de la temperatura— les preocupa en cuanto a si ejercitarse al aire libre pudiera perjudicar su salud. 

Alexa Badilla Segura y Ámbar Segura Vargas

Juan Carlos Barrantes ha jugado fútbol al aire libre por más de 13 años. Suele hacerlo a cualquier hora, pero últimamente hay algo que le preocupa. ¿Podría, por la exposición al calor y las consecuencias que esto trae consigo, afectar a su salud?

“Hoy en día es diferente jugar fútbol. Recuerdo que antes podía jugar a las 11 a.m. sin mucho problema, hoy es prácticamente imposible. Se pone demasiado caliente y, la verdad, me preocupa en muchos sentidos”, comentó Barrantes.

De acuerdo con información brindada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en su informe Estado del clima mundial en 2022, los últimos ocho años han sido los más calientes registrados desde 1880. De hecho, se espera que la temperatura media mundial de 2022 supere en aproximadamente 1,15 °C la media de la era preindustrial (1850-1900); a pesar de que, en el Acuerdo de París, los países firmantes se comprometieron a mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 °C —preferiblemente— en comparación con los niveles preindustriales. 

Estos aumentos en las temperaturas afectan diferentes aspectos de la vida de las personas, siendo la realización de deportes uno de ellos. “Me ha pasado que estamos jugando un partido de campeonato en la mañana y se decide suspender porque las temperaturas están demasiado altas o tenemos que parar de jugar para hidratarnos por la misma razón”, dijo Barrantes. 

Según el informe Abordar el cambio climático a través del deporte, cuya autoría recae en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, actualmente el sector deporte está sufriendo las consecuencias de las altas temperaturas, precipitaciones más intensas y aumento en los fenómenos meteorológicos extremos. Por ejemplo, la mitad de las antiguas ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos de Invierno probablemente no podrán auspiciar estas justas para 2050 debido a la falta de hielo y nieve en un mundo que se calienta cada vez más.  

De igual manera, en 2018, las altas temperaturas obligaron a los organizadores del torneo de tenis US Open a ofrecer un receso por calor a los atletas. Igualmente, durante el Abierto de Australia de 2020, la mala calidad del aire provocada por los incendios forestales obligó a algunos tenistas a retirarse del torneo. Para 2050 se proyecta que casi una cuarta parte de los estadios de los equipos de la liga de fútbol de Inglaterra —23 de 92— se inundarán parcial o totalmente cada año. 

Según el Dr. Willy Gálvez, especialista en medicina deportiva, la mala calidad del aire genera afectaciones a nivel respiratorio y afecta el rendimiento del atleta. 

La combinación de altas temperaturas y esfuerzo físico puede ser sumamente riesgoso para la salud de los deportistas.(Créditos: Katya Alvarado)

Cuerpos más calientes

Cuando se realiza deporte bajo altas temperaturas, existen una serie de posibles consecuencias. Un golpe de calor es una de ellas. Según Gatorade Sport Science Institute, esto se debe a “una combinación de ambiente caluroso, ejercicio extenuante, atuendo deportivo que limita la evaporación del sudor, una insuficiente adaptación al calor, demasiada grasa corporal y/o carencia de buena forma física. El golpe de calor es una situación de emergencia médica”.

Gálvez comentó que “hoy las condiciones son más adversas que hace años atrás. Si recordamos, en Costa Rica, en la época de los 80 se jugaban los partidos a las 11 de la mañana. Hoy por hoy, no es posible porque el organismo va a tender a perder más líquidos corporales, va a tender a estar más expuesto a los golpes de calor”. 

“En eso tenemos que ser claros, un simple grado corporal que nuestro organismo suba, va a generar impacto muy significativo y negativo. Hablamos de pérdida de agua corporal, pérdida de electrolitos y, a su vez, esto se va a traducir en impactos al sistema nervioso central, riñón hígado y corazón”, continuó el médico.

No solo es cuestión de calor, también las lluvias

En el Parque Recreativo del Norte, ubicado en el cantón de Moravia, es común ver grupos de personas practicando distintos deportes. Marlene Ríos forma parte de uno de estos grupos. Cada domingo se reúne con sus compañeros de trabajo y familiares a jugar voleibol de manera recreativa.

Desde 2022, este grupo tiene la costumbre de jugar de 10 de la mañana hasta el mediodía, incluso en estación lluviosa. No obstante, Ríos comenta que a veces han tenido que cancelar porque llueve y “como jugamos en arena se vuelve un poco complicado”. 

Las precipitaciones extremas y las inundaciones asociadas a estas continúan a medida que aumentan las temperaturas globales. Un estudio, publicado en Science Brief Review, indica que se han observado aumentos en las tasas diarias de precipitaciones extremas a nivel mundial y en escalas continentales durante el siglo XX y principios del XXI. Esto gracias al cambio climático y, en gran medida, por la actividad humana. 

“Hemos intentado jugar a otras horas, pero no se ha logrado porque en las tardes llueve mucho y más temprano a las personas no les gusta porque normalmente quieren dormir un poco más por ser domingo”, destacó Ríos. 

Para este grupo, este espacio de ejercicio es muy importante porque les permite recrearse y salir de la rutina laboral. “Nos gusta, porque es una manera de hacer ejercicio divirtiéndonos y también, así, compartimos con nuestras familias algo diferente”.

Aparte de los beneficios a nivel físico, la práctica de deportes también es positiva para la salud mental de las personas, ya sea que se practique de forma profesional o recreativa.(Créditos: Katya Alvarado)

El cuerpo y la mente

En el caso de Barrantes, sus espacios de hacer deporte son sumamente importantes para su salud física y mental. “Cuando hago deporte me siento mejor en todos los sentidos. Si tengo problemas o estrés, siento que los libero cuando juego fútbol. Esta actividad es algo que a mí no me puede faltar, hasta siento el cuerpo diferente cuando no logro jugar”. 

De acuerdo con la psicóloga Paulina Garófalo, los beneficios del deporte a la salud mental son varios. “Ayuda a liberar las llamadas hormonas de la felicidad, como la dopamina y la serotonina. Estas hormonas mejoran el estado de ánimo, nos ayudan a manejar el estrés, a dormir mejor y nos permite, además, conectar con nuestro cuerpo y mejorar nuestra autoestima”, explicó.

Para ella, el deporte y la salud mental tienen una relación directa debido a que “somos seres integrales; por lo que si cuidamos de nuestro cuerpo y le aportamos actividad física, nuestra salud mental se verá beneficiada de manera directa”.

En relación a la influencia que puede tener el aspecto psicológico y mental en el deporte, Garófalo compartió que un buen rendimiento deportivo no solo depende de una buena condición física, si no que es necesario tener una mente fuerte, pensamientos positivos y confianza. 

(Créditos: Ambar Segura)

Existen múltiples estudios sobre los beneficios de la actividad física en la salud mental, pero no son los únicos. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el alto costo de la inactividad física, “casi 500 millones de personas desarrollarán enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes u otras enfermedades no transmisibles (ENT) atribuibles a la inactividad física, entre 2020 y 2030, con un costo de US$27.000 millones anuales, si los Gobiernos no toman medidas urgentes para fomentar una mayor actividad física entre sus poblaciones”. 

En otras palabras, la falta de actividad física incluso deriva en consecuencias económicas negativas para los países y sus sistemas de salud. 

¡A cuidarse! 

Ante las temperaturas extremas es necesario proteger el cuerpo y la piel. Barrantes, por ejemplo, usa bloqueador, se hidrata y baja el ritmo en momentos donde se siente muy acelerado o acalorado. También ha dejado de jugar “cancha abierta” y ha optado por practicar deportes bajo techo como fútbol sala. 

Ríos y su equipo de voleibol dijeron prepararse porque el lugar donde juegan es bastante abierto y “pega mucho sol”. Además del bloqueador solar, ella intenta “siempre usar una gorra y me mantengo hidratada durante todo el rato que jugamos”.

Incluso existen herramientas digitales que pueden ayudar a las personas a protegerse del sol. La OMS, la OMM, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) idearon una nueva aplicación para teléfonos móviles que “proporciona información localizada sobre los niveles de radiación ultravioleta (UV)”. 

La aplicación SunSmart Global UV ofrece una predicción meteorológica y de rayos ultravioleta a un plazo de cinco días, consultable para distintas ubicaciones. Nació con el objetivo de “ayudar a la gente de todo el mundo a saber cuándo utilizar protección solar, en una iniciativa para reducir la carga mundial de cáncer de piel y las lesiones oculares relacionadas con los rayos UV”.

¿Y la tranquilidad? 

Tanto Barrantes como Ríos se han visto obligados a tomar medidas para sentirse más tranquilos al realizar deporte. Estas medidas van desde evitar las horas de mayor calor, vestir ropa adecuada y estar pendiente de estarse hidratando.

Algunas consecuencias del cambio climático han venido a generar preocupación e incertidumbre, que es precisamente lo contrario a lo que debería generar el deporte. Aún así, las personas recurren a estrategias para seguir practicando deportes. 

Para Barrantes y Ríos, dejar de jugar fútbol o voleibol no es opción. El deporte es parte importante de su vida. 

Artículo elaborado para el curso Narrativas Climáticas Participativas de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, Universidad de Costa Rica.

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