En 2013, Costa Rica inscribió ante la Convención Marco para el Cambio Climático de Naciones Unidas la primera Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA, por sus siglas en inglés) agrícola del mundo, conocida como “NAMA Café”, y en 2015 la segunda NAMA agrícola para el sector ganadero bovino.
De este modo, el país logró que el 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector agropecuario estén actualmente con acciones de mitigación, lo que lo convierte en el único sector productivo costarricense que lo ha logrado.
Los objetivos en café son arborizar nuevamente los cafetales, mejorar la eficiencia de la fertilización nitrogenada a nivel de campo y reducir emisiones de GEI en los beneficios.
En ganadería, buscamos mejorar el manejo de pasturas, mayor eficiencia en el uso de forrajes y de otros alimentos para reducir las emisiones de los animales e incrementar el secuestro de carbono por parte del suelo y los árboles de las pasturas y de los bosques de las fincas ganaderas; así como intensificar el reciclaje de nutrientes, con énfasis en el nitrógeno.
Actualmente, las diferentes universidades e institutos de investigación y extensión agrícola así como el Icafe y Corfoga trabajan en la generación, transferencia tecnológica y certificación de C-Neutralidad para una producción de café y ganadería bovina baja en carbono.
Por otra parte, en las regiones donde tiende a intensificarse el periodo de menor precipitación (seco) se trabaja en la obtención de materiales tolerantes a estrés hídrico en frijol, maíz y tomate, se prioriza la agricultura protegida en actividades hortícolas y se busca mayor eficiencia del uso del agua para cultivos como caña de azúcar y arroz, entre otros.
Los cultivos de fruto dependen de la floración. Un caso es el rambután (mamón chino) en el sur del país, que desde hace varios años se viene trabajando dada la reducción de los periodos de menor lluvia que inducen a una menor producción de flor, especialmente durante el fenómeno ENOS La niña.
En conclusión, para enfrentar el cambio climático las mejores herramientas son la investigación científica, la innovación, la transferencia de tecnología y el consumo local.
El autor es especialista en adaptación al cambio climático del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA).