Un reciente reporte del grupo Stop Funding Heat, dedicado al monitoreo de la desinformación climática, reveló que las noticias falsas sobre el calentamiento global reciben entre 818,000 y 1,36 millones de vistas diarias en Facebook.
Eso es hasta 13,6 veces más visualizaciones de información errónea de las que Facebook afirma enviar a su Centro de las Ciencias del Clima. Solo un 3,6% de información falsa identificada fue verificada por sus fact-checkers.
Adicionalmente, se reporta que el número de reacciones y comentarios de grupos y páginas dedicadas a la desinformación climática incrementó en un 76,7% de principios a finales del 2021.
Stop Funding Heat remarca que estudios previos demuestran que los esfuerzos para difundir desinformación aumentan durante eventos climáticos importantes o cumbres para discutir acciones climáticas.
En mayo del 2021, Facebook prometió que empezaría a agregar etiquetas informativas a publicaciones sobre el cambio climático. Sin embargo, no ha cumplido su promesa.
Un análisis realizado por el Centro para Contrarrestar Odio Digital (CCDH) encontró que Facebook no etiqueta como falsa a la mitad de las publicaciones que promueven artículos de medios conocidos por difundir retórica negacionista.
Tan solo diez editoriales son responsables del 69% de interacciones con contenido negacionista en Facebook. A estas se les conoce como las Toxic Ten y Facebook ha demostrado que hace muy poco por regularlas.
“Al no hacer ni siquiera el mínimo para abordar la difusión de información sobre el negacionismo climático, Facebook está agravando la crisis climática. El negacionismo del cambio climático, diseñado para fracturar nuestra determinación e impedir una acción significativa para mitigar el cambio climático, fluye sin límite en Facebook e Instagram”, dijo Imran Ahmed, director ejecutivo de CCDH.
Un experimento, liderado por el grupo investigativo Global Witness, encontró que el algoritmo de Facebook radicaliza a aquellos usuarios que ya presentan tendencias negacionistas. Esto significa que la plataforma le muestra este contenido al usuario con el propósito de mantenerlo más tiempo en la aplicación, moldeando su forma de pensar en el proceso.
Lo que está pasando con la desinformación climática no pasa desapercibido e incluso el sexto reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señaló, por primera vez, a la desinformación climática como una forma de obstrucción importante a la acción ambiental, particularmente en Estados Unidos.
“Las partes interesadas han generado una retórica y una información errónea que desautoriza la ciencia del clima e ignora el riesgo y la urgencia de la situación. Esto resulta en una percepción pública errónea de los riesgos climáticos y en una polarización del apoyo público a las acciones climáticas que están retrasando la planificación y la aplicación urgente de medidas de adaptación”, específica el IPCC.
La percepción pública del problema es crucial, resalta el reporte de la IPCC. Si la acción climática está de primera en la agenda pública, las acciones de los legisladores se adaptarán a los deseos de su electorado.
Otros gigantes tecnológicos como Pinterest, Twitter y Google ya han tomado acción contra la desinformación climática en sus plataformas.
Google anunció que prohibirá la monetización de contenido que contradiga el consenso científico en temas ambientales, mientras que Twitter declaró que no permitiría y quitaría anuncios de este tipo. Eso sí, con la reciente compra de la compañía por el multimillonario Elon Musk, un “absoluto defensor de la libertad de expresión”, queda por verse si estas políticas se irán a modificar.
Pero el problema no solo ocurre en redes sociales, el reporte del IPCC no exime a los medios de comunicación tradicionales de responsabilidad. Señala que la norma periodística del “balance” contribuye a darle una importancia desproporcionada a voces que no están fundamentadas por la ciencia.