El contar con un inventario de gases de efecto invernadero que guía sus esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático, así como implementar acciones en este sentido, llevó a Montes de Oca a ser reconocido internacionalmente en el Desafío de Ciudades 2021-2022.
De hecho, la municipalidad quedó entre las ciudades finalistas en América Latina junto a Buenos Aires (Argentina), Peñalolén (Chile), Bogotá (Colombia), Quito (Ecuador), Iztapa (Guatemala), Ciudad de México (México) y Lima (Perú).
En el certamen, promovido por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), participaron 280 metrópolis de más de 50 países. Esta es una competencia bienal que busca impulsar la acción climática por parte de los Gobiernos locales en procura del cumplimiento del Acuerdo de París.
Montes de Oca ya participa del Pacto Global de Alcaldes, una plataforma integrada por gobiernos locales alrededor del mundo. En esta, las ciudades ingresan los datos de métricas ambientales con el objetivo de que se les evalúe y, de esta manera, se les brinde consejos y se visibilicen oportunidades de mejora.
“Viendo que la competencia de la WWF tiene tanta trascendencia e importancia a nivel mundial, nos inscribimos para que las métricas que nosotros ya compartimos en el Pacto Global de Alcaldes fueran vinculantes con los proyectos que WWF lleva y con el tipo de estrategias que hacen”, explicó Miguel Luna, administrador de la Oficina de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Montes de Oca.
Según Luna, a pesar de ser un cantón pequeño, Montes de Oca cuenta con acciones comparables a las de ciudades mucho más grandes. “A pesar de que somos un cantón de 15 kilómetros cuadrados, tenemos una visión grande. Por eso es que se nos reconoce, por todo lo que hemos hecho a lo largo de los años”, dijo.
Inventario de gases
Para poder identificar los problemas y enfocar las estrategias para solucionarlos, Luna hizo hincapié en la importancia de contar con un inventario de gases de efecto invernadero (GEI), herramienta que permite detectar las principales fuentes de emisiones.
Al igual que pasa en el resto del país, el sector transporte es el que más contribuye a las emisiones de GEI (70% de ellas). Según Luna, estas emisiones no solo se deben a los medios de transporte que utilizan los vecinos, también, a los vehículos que transitan por las calles del cantón con el objetivo de llegar a otro destino, esto debido a que esta es una ciudad de paso que conecta con otras.
“El inventario lo que nos arrojó fue que la principal problemática o fuente de emisión de GEI viene del transporte. Tenemos un total de 154.000 toneladas de dióxido de carbono, aproximadamente. De esa cantidad, alrededor del 70% son culpa del transporte y este transporte ni siquiera es de Montes de Oca. Al cantón lo atraviesa la circunvalación de norte a sur y la carretera Próspero Fernández de este a oeste, entonces, son carros que pasan por aquí y nos dejan sus emisiones”, explicó Luna.
Una de las medidas implementadas fue conectar Montes de Oca y Curridabat mediante una ciclovía de cuatro kilómetros y, con ello, promover la movilidad activa que ya de por sí es cero emisiones. De esta forma, se espera que las personas dejen el automóvil en casa y prefieran la bicicleta.
El segundo sector que contribuye mayormente a la huella de carbono del cantón es el de residuos. “Sin embargo, no es tan grande comparado con las emisiones del transporte. En residuos tenemos la facilidad de tener muchos programas, como el de compostaje y reciclaje. Obviamente, sí es una problemática, pero no es tan grande como en otros cantones y distritos”, dijo el gestor ambiental.
La municipalidad dona composteras a los vecinos que demuestran buenas prácticas en la separación de residuos valorizables, no valorizables y orgánicos. “Eso hizo que aparecieran dos empresas pequeñas que recogen desechos orgánicos, más las tradicionales recicladoras”, contó José Rafael Quesada, vicealcalde segundo de Montes de Oca, a la vez que mencionó que la intención es seguir explorando oportunidades en el campo de la economía circular.
Adaptación
Debido al cemento y el pavimento, las ciudades se convierten en islas del calor. Para ayudar a regular esa sensación térmica, la municipalidad promueve la introducción de especies arbóreas tanto en espacios públicos como privados e incluso promueve la siembra de especies en macetas o jardineras.
“Tenemos una estrategia que estamos llevando adelante con mucho cuidado que es la de regeneración de bosque y también la de regeneración de bosque urbano, que es diferente. El arbolado urbano tiene que tener una política diferente, porque no solo es donar el árbol y que la gente lo adopte, también hay que prever cómo se cuida”, comentó Quesada.
Las acciones de adaptación también se enfocan en el recurso hídrico. La municipalidad cuenta con un programa de denuncias por parte de los ciudadanos en cuanto al vertido de sustancias en ríos, también, se cuenta con una cuadrilla que se dedica únicamente a la limpieza de microcuencas.
Asimismo, el plan regulador limita las construcciones en las partes altas de las cuencas hidrográficas. También, el Gobierno local es vigilante de la compra de propiedades que tienen un gran valor hídrico, ya que en estas zonas altas se encuentran las nacientes, las cuales alimentan los ríos locales, principalmente, el Torres.
“Tenemos una política muy fuerte de protección de las áreas cercanas a los ríos. Las áreas de protección son una zona que existe desde la orilla del río hasta 10 metros, 15 metros o 50 metros, dependiendo de la pendiente o si es rural o urbano. Esas zonas no se deben tocar. Actualmente, hay un reglamento, que no se ha oficializado, pero va en esa línea de ʿmeterle manoʾ a las áreas de protección”, destacó Luna.
Asimismo, el comité municipal de emergencias está trabajando en una declaratoria de emergencia climática. “Eso nos va dar recursos, que podrían venir de la Comisión Nacional de Emergencias, para tratar el proceso de la gestión de riesgo con la visión de cambio climático, esto como elemento que transversalice a todas las políticas municipales. También, obligaría a los sectores de desarrollo económico local a incorporar los valores de cambio climático”, dijo Quesada.
Distrito rural y ecológico
Con respecto a las áreas verdes, Montes de Oca cuenta con el distrito de San Rafael que es, según Luna y Quesada, la joya del cantón, ya que el 80% de su territorio está bajo cobertura forestal, ya sea por sus parques, terrenos boscosos, fincas productivas con sistemas agroforestales o silvopastoriles así como cafetales.
“Nosotros tenemos cuatro distritos: tres son súper urbanos (San Pedro, Mercedes y Sabanilla) y uno es totalmente verde, San Rafael. Nuestra intención es declararlo como un distrito rural”, manifestó Luna.
Si bien esa declaración implicaría poner limitaciones al desarrollo urbanístico, el gestor ambiental lo justifica como una inversión a largo plazo para garantizar el recurso hídrico y también la adaptación al cambio climático.
“Como cantón es lo que queremos, no urbanizar todo, no volver todo un planché, sino tener una parte preservada. También está la parte del recurso hídrico, ahora tan valioso. Estamos en una crisis hídrica que nosotros acá, en Costa Rica, aún no nos damos cuenta, pero en otros países no se puede, ni siquiera, tomar agua del tubo”, dijo Luna.
Para ello, se reformará el plan regulador. “Nosotros estamos insistiendo con la declaratoria de distrito rural y ojalá pronto de distrito ecológico, que podamos proteger con la reforma del plan regulador”, manifestó Quesada.
Precisamente, el distrito de San Rafael cuenta con el Parque del Este, cuya administración está ahora en manos de la municipalidad. A las 24 hectáreas existentes, el Gobierno local le sumó otras 10 hectáreas provenientes de una finca aledaña para así incrementar el área boscosa.
Este parque urbano forma parte del corredor biológico interurbano del río Torres. Montes de Oca participa en el comité de este corredor biológico, lo que le permite coordinar con otras administraciones municipales.
“Calculo que en unos 22 días constituimos la agencia intermunicipal de administración de la cuenca del río Torres. Esa forma de gestión del territorio nos va permitir tener una política de largo alcance con otras municipalidades”, señaló Quesada.
Más acciones en mente
Montes de Oca sueña con conseguir el financiamiento para instalar un vivero que provea los árboles que utilizarán en las reforestaciones. También, quiere un centro de gestión ambiental que funcione como centro de formación y capacitación para niños, jóvenes y docentes.
Según Quesada, se quiere ampliar el Parque del Este e invertir en la regeneración de bosques, nuevos negocios ambientales y empresas turísticas.
“También, queremos ʿforrarʾ los techos de las casas y los edificios públicos con paneles solares. Si pudiéramos de 1.000 a 10.000 viviendas con techos de paneles solares, sería una meta cumplida”, dijo Quesada.
En los planes, además, está contar con un observatorio ambiental que les permita gestionar los datos y hacer operativos los estudios. “Por ejemplo, se les instalaría a las cámaras de la ciudad sensores de temperatura así como otros para medir cantidad de agua caída, gases o manchas de calor en el pavimento o contaminación sónica. Eso nos permitirá medir y actuar para mitigar los daños que se produzcan por efectos climáticos en el cantón. Eso nos da mayor capacidad para actuar no solo en términos de emergencia sino en términos de actuación climática preventiva”, explicó el vicealcalde.
Tanto Luna como Quesada esperan, mediante el reconocimiento en el certamen de WWF, crear un impacto positivo en los distintos cantones del país, dado que el cambio climático es un tema en el que todos deben aportar en procura de soluciones a la crisis socioambiental.
“Si nosotros avanzamos, vamos a obligar a las demás municipalidades a avanzar con el buen ejemplo o buenas prácticas que nosotros estamos dispuestos a compartir”, dijo Quesada.
Hogar del 80% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de dióxido de carbono y del 75% del consumo de los recursos naturales. Las ciudades son lugares de desafío y cambio, pero también campos de prueba para ideas innovadoras.
El informe de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), publicado este 2022, nombró a las ciudades como uno de los principales escenarios de la acción climática. El informe del IPCC afirma que la planificación integrada e inclusiva no solo puede mejorar la resiliencia climática, sino que también puede llegar a mejorar la salud y el bienestar de las comunidades marginadas y vulnerables.
FUENTE: WWF
Desafío de Ciudades (OPCC, por sus siglas en inglés) es una competencia amistosa bienal entre ciudades de todo el mundo para movilizar la transición hacia un futuro sostenible con base en el Acuerdo de París, particularmente centrado en lograr que el planeta no rebase la barrera de los 1,5 °C de calentamiento global.
El OPCC es uno de los desafíos climáticos más grandes en su tipo y de más larga duración para las ciudades del mundo. En la edición 2021-2022 participaron 280 metrópolis de más de 50 países. Los criterios de valoración para determinar a las urbes finalistas incluyeron: objetivos climáticos ambiciosos, liderazgo destacado, capacidad para enfrentar los próximos desafíos y un plan de acción climática holístico que esté bien equilibrado con sus objetivos.
“Este año sumamos la participación de más ciudades que están alineando sus metas al Acuerdo de París. La reducción de las emisiones reportadas de acciones de mitigación planificadas por las metrópolis participantes en el Desafío de Ciudades asciende a 246 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente”, dijo Jorge Rickards, director general de WWF México.
FUENTE: WWF