Los pronósticos que llevan meses llegando finalmente se cumplieron: el 2016 resultó ser el año más caliente desde que existen registros, un récord que se bate por tercer año consecutivo.
A la conclusión llegaron de manera independiente las agencias meteorológicas de Estados Unidos, el Reino Unido y Europa. A ellas se sumó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que desde su sede en Ginebra emitió sus propios análisis.
Aunque las mediciones tienen diferentes puntos de partida, los datos coinciden en que el 2016 superó ampliamente el límite de 1°C por encima de la era preindustrial, un período de finales del siglo XIX que es utilizado como referencia para calcular.
2015 and 2016 were the two warmest years for the planet on record pic.twitter.com/386IzcyDrE
— Ed Hawkins (@ed_hawkins) January 18, 2017
La OMM reveló que la temperatura estuvo 1,1 °C sobre la temperatura de ese período preindustrial.
El año "2016 fue un año extremo para el clima mundial y aparece como el más caluroso jamás registrado", dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
Desde el principio del siglo XX, el planeta registró cinco años de calor récord: en 2005, 2010, 2014, 2015 y 2016.
"Incluso si no se toma en cuenta el calentamiento debido a la influencia de El Niño, 2016 sigue siendo el año más caluroso de la historia moderna", subraya el profesor de Piers Forster, director del Centro Internacional Priestley para el Clima de la Universidad de Leeds, en Reino Unido.
Por su parte, la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), concluyó que la temperatura global fue 0,94° centígrados superior a la media del siglo XX, y 0,04°C más alta que en 2015, cuando ya había registrado un récord.
Un análisis por separado de la agencia espacial de Estados Unidos, Nasa, también encontró que 2016 fue el año más caliente en 136 años.
2017 debería ser menos caluroso.
De acuerdo con Forster, "2017 será probablemente menos caliente, pero calculo que todavía habrán nuevos registros de aumento del termómetro en el planeta durante algunos años".
Los termómetros marcaron niveles sin precedentes en particular en el este de Rusia, el extremo oeste de Canadá, parte del este de Estados Unidos, la mayor parte de América Central y el norte de América del Sur, así como en África Occidental, partes de Asia del Sur y regiones de Australia, en particular a lo largo de la costa norte y oriental.
Alaska experimentó su año más caliente desde que comenzaron los registros en ese estado estadounidense, en 1925.
El derretimiento ártico.
Las temperaturas en los mares y océanos fueron particularmente altas el año pasado en el norte del Pacífico cerca de Alaska, en el mar de Bering, partes del centro-oeste del océano Atlántico y el este del Índico.
Los récords de frío fueron solo medidos en las aguas del este del estrecho de Drake, cerca de la Península Antártica, donde las temperaturas son mucho más bajas que la media desde finales de 2013.
El derretimiento del casquete ártico continuó en 2016: el promedio de hielo flotante en el océano fue de cerca de 10,1 millones de kilómetros cuadrados, el área más pequeña desde el comienzo de las observaciones por satélite en 1979, según el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve.
El Ártico experimentó en 2016 sus 12 meses más cálidos desde el inicio de las mediciones de temperatura en la región en 1900, causando no sólo un derretimiento sin precedentes de la banquisa, sino también el retraso de la nueva formación del hielo en el otoño.
En cuanto a la Antártida, la superficie anual promedio del hielo sobre el océano fue la segunda más pequeña de la historia, con 11,1 millones de km2, y se redujo a niveles sin precedentes en noviembre y diciembre.