A pesar de liderar los esfuerzos internacionales por reducir emisiones, los países miembros del G20 destinaron cuatro veces más fondos públicos a combustibles fósiles que a energías limpias entre el 2013 y el 2015.
Así lo revelaron las organizaciones internacionales Oil Change, Friends of the Earth, Sierra Club y WWF en un reporte sobre la inversión de los países industrializados en combustibles fósiles.
De acuerdo con el reciente informe, los países G20 dieron un 58% de sus incentivos a actividades relacionadas con combustibles fósiles. En contraste, solo un 15% de los incentivos fueron destinados a energías limpias.
El restante 26% se destinó a otras formas de energía como la nuclear. Si bien este tipo de energía no tiene una huella de carbono tan alta como la de los combustibles fósiles, no puede ser considerada estrictamente renovable pues su recurso es limitado y produce desechos.
Pero el contraste se pone aún peor. Si se toma en cuenta el financiamiento de bancos internacionales de desarrollo, los países G20 habrían financiado casi 6 veces más proyectos de combustibles fósiles —como petróleo y carbón— que energías limpias.
Para Alex Doukas, contribuidor de Oil Change y uno de los autores del estudio, los países industrializados han hecho muchas promesas pero han dado poco financiamiento.
“La ciencia climática apunta a una necesidad urgente de transición a la energía limpia, pero las finanzas públicas de los gobiernos del G20 nos arrastran en la dirección opuesta”, aseguró Doukas en un comunicado.
Individualmente, los países con más apoyo financiero para los combustibles fósiles fueron los asiáticos Japón ($16,500 millones al año), China ($13,500 millones al año) y Corea del Norte ($8,900 millones al año). Estados Unidos, por su parte, quedó en el cuarto lugar con $6,000 millones al año.
Además, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones fueron los bancos internacionales de desarrollo que más invirtieron en combustibles fósiles, con más de $3,000 millones al año cada uno.
A pesar de esto, algunos países del G20 como Francia, México y Australia —más bien— invirtieron montos similares o mayores en energías renovables, en comparación con lo gastado en combustibles fósiles. Los franceses, por ejemplo, invirtieron $609 millones en combustibles fósiles y $650 millones en energías limpias.
Renovables ganan terreno
A pesar de estos números, los años que analiza el estudio son previos a la firma del Acuerdo de París, que nació en el 2015. Desde la adopción de este tratado internacional, el sector de energía —si bien dominado por hidrocarburos— ha demostrado moverse cada vez más hacia las energías renovables.
Por ejemplo, un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) aseguró que las energías renovables serán las fuentes eléctricas de mayor crecimiento para el 2020, impulsadas por la disminución de los costos y la expansión agresiva en las economías emergentes.
"Las energías renovables están listas para alcanzar el primer puesto en el crecimiento mundial de las fuentes de energía”, aseguró en un comunicado el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol.
Según la IEA, la generación eléctrica de fuentes renovables alcanzará los 700 GW para el 2020, una cantidad de electricidad mayor a la demanda de China, Brasil e India juntos.
No obstante, Birol aseguró que para lograr este crecimiento, los gobiernos deben apostarle a las renovables con más confianza.
“Para que estas tecnologías alcancen su potencial y nuestro sistema energético tome un rumbo más seguro y sostenible, los gobiernos deben remover los signos de pregunta alrededor de las energías renovables”, señaló el director ejecutivo de la IEA.
Según Dolf Gielsen, director de innovación de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, en inglés), estas fuentes ya serían suficientes para abastecer a grandes poblaciones.
“Hoy ya tenemos varios países que sacan casi la totalidad de su electricidad de fuentes renovables. Buenos ejemplos son Noruega o Dinamarca, país que produce más energía eólica de la que consume. Incluso las grandes economías pueden sostenerse con renovables”, aseguró Gielsen.
Mercado se aleja de los fósiles
Los combustibles fósiles aún acaparan la generación eléctrica. Las energías renovables solo abarcaron un 23% de la generación eléctrica total en el 2015, mientras que el carbón abarcó un 40% de la electricidad producida, según la IEA.
No obstante, según los analistas internacionales, la inversión internacional comienza a dar pasos importantes en dirección hacia las energías limpias.
Un ejemplo de esto fue un reciente anuncio del Banco Mundial, en el que aseguran que a partir del 2019 ya no financiarán petróleo ni gas natural en un esfuerzo por cumplir con las metas del Acuerdo de París.
Otro reciente avance hacia el abandono de los combustibles fósiles fue la formación de una coalición de más de 20 países que buscan la erradicación progresiva del carbón. Entre los miembro de la coalición están el Reino Unido, Canadá y Francia.
Christiana Figueres, ex-secretaria general de la división de cambio climático de la ONU, aseguró en noviembre a Ojo al Clima que el mundo se está dando cuenta que las altas emisiones son un indicador de ineficiencia y que el carbón está inveitablemente dirigido hacia los museos.
“La mitad de las plantas de carbón en los Estados Unidos o ya fueron retiradas o tienen fecha de retiro. El carbón está prácticamente muerto en los Estados Unidos, a pesar de lo que muchos “otros” quieran pensar”, dijo Figueres.