Tras dos días de votaciones, el pasado 8 de mayo de 2025, el cónclave –conformado por 133 cardenales de 70 países– eligió a Robert Prevost, de 69 años, como nuevo líder de la Iglesia Católica. De esta manera, el cardenal estadounidense-peruano sucedió a Francisco como pontífice.

Con una imagen de moderado y visto como cercano al primer papa latinoamericano, el 267º pontífice asume las riendas del catolicismo en un contexto de creciente tensión mundial.

De allí que sus primeras palabras, pronunciadas desde el balcón de la vaticana basílica de San Pedro en Roma (Italia), fueron para hacer un “llamado a la paz” a la vez que pidió “construir puentes” a través del “diálogo”, “sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros”.

 “Este es un momento kairos (oportuno), un momento de unidad y acción audaz. El Papa León XIV es el Papa que se necesita en este momento: un hombre que defienda la unidad, la paz y la acción por nuestro planeta”, comentó Lorna Gold, directora ejecutiva del Movimiento Laudato Si’ que justamente lleva el nombre de la encíclica del Papa Francisco, la cual interrelaciona “la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz”.

Las reacciones positivas tras la elección del Papa León XIV van más allá del ámbito religioso, ya que este “llamado a la paz” también se interpreta como una oportunidad para darle tregua al planeta, sobre todo en tiempos de cambio climático.

“La elección del Papa León XIV es una gran noticia en un momento difícil para el debate climático, especialmente ante el auge del negacionismo climático y las medidas extremas contra el clima que provienen de Estados Unidos. La cercanía de León XIV a Francisco es evidente. Su compromiso se ha expresado no solo con el clima, sino también con los pobres y los migrantes, lo que es muy bueno no solo para la Iglesia, sino para la humanidad”, destacó Manuel Pulgar Vidal, responsable global de clima y energía de WWF y expresidente de la 20va Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20).

“Como ha estado tan cerca de Francisco, el nuevo Papa es alguien que continuará con la filosofía de la encíclica Laudato Si’ e incluso con la exhortación apostólica Laudato Deum, que el Papa Francisco lanzó justo antes de la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos. Tengo mucha confianza en que se reforzará el debate sobre el clima dentro de la Iglesia”, continuó.

Un nombre que dice mucho

La selección que hizo Prevost del nombre que llevará ahora como pontífice brinda pistas sobre los temas por los que abogará.

Consultado por AFP, François Mabille –director del Observatorio geopolítico de la religión del Instituto francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS)– explicó que el Papa León XIII es el predecesor del actual pontífice en la escogencia del nombre, quien es reconocido en la Iglesia como el Papa de la enseñanza social por su encíclica Rerum Novarum de 1891, la cual se puede traducir como “grandes innovaciones”.

“En aquella época, la cuestión era la justicia social, la cuestión obrera”, dijo Mabille. “Este pontífice denunció la concentración, en manos de unos pocos, de la industria y el comercio (...) que imponen así un yugo casi servil a la infinita multitud de proletarios”.

Para Mabille, la elección del nombre por parte de Prevost deja entrever que “la temática se retomará, tanto en relación con los excesos de la globalización, como con cuestiones sociales más amplias”.

“Tenemos un papa de apaciguamiento, un papa que seguirá trabajando sobre los abusos de la globalización”, continuó Mabille.

Francisco Mena, director de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), retoma el precedente de León XIII y trae esa preocupación de justicia social al presente para dimensionar el reto que está asumiendo el nuevo Papa.

“La sociedad humana está orientada hacia un modelo de producción que está generando gran parte de los problemas. Ese modelo tiene que ver con el gasto de combustibles fósiles, con exagerados gastos de energía para la producción, etcétera. Partiendo de esto, lo que sí aportará este nuevo Papa es en el tema del trabajo y de allí que escogiera el nombre de León XIV haciendo honor a León XIII. Y esta es una posición complementaria, porque no hay que olvidar que la sociedad actual debe cambiar su manera de producir y distribuir la riqueza, un tema que también el Papa Francisco había señalado”, comentó Mena.

Justamente, esta dimensión social de León XIV daría continuidad al trabajo de Francisco. De hecho, en un seminario celebrado en noviembre de 2024, Prevost afirmó que ha llegado el momento de pasar “de las palabras a la acción” ante la crisis medioambiental a la que se enfrenta la humanidad, basándose en la Doctrina Social de la Iglesia.

Asimismo, el entonces cardenal advirtió sobre las consecuencias “nocivas” del desarrollo tecnológico y reiteró el compromiso de la Santa Sede con la protección del medio ambiente, enumerando ejemplos como la instalación de paneles solares en el Vaticano y el cambio a vehículos eléctricos.

Afirmó que “el dominio sobre la naturaleza” --la tarea que Dios encomendó a la humanidad, según el catolicismo-- no debe convertirse en “tiranía” sino que debe ser una “relación de reciprocidad” con el medio ambiente.

“El Papa León XIV hereda un mundo en crisis. El cambio climático es la más difícil de todas. La crisis climática afecta a la migración, la producción de alimentos, el agua, la salud, la biodiversidad y el desarrollo. Cataliza conflictos al tiempo que erosiona la capacidad de aliviar la pobreza y crear sociedades más justas. Deseo al Papa León XIV la sabiduría y el coraje necesarios para inspirar y colaborar con la mayoría de las personas del planeta Tierra que están dispuestas a afrontar la crisis climática con la urgencia que requiere”, dijo Kumi Naidoo, presidente de la Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.

Y como dato complementario, en 2022, el Vaticano se sumó a la solicitud del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles para dejar de financiar el carbón, el gas y el petróleo.

Corazón en Perú

Si bien Prevost es de origen estadounidense, realizó la mayor parte de su labor en Perú, adonde llegó en 1985. En 1988 dirigió un seminario de formación de la Orden de San Agustín en la ciudad de Trujillo. Desempeñó diferentes cargos en este país sudamericano hasta 1998 cuando regresó a su ciudad natal, Chicago (EE.UU.).

En 2015 y hasta 2023 estuvo al frente de la diócesis de Chiclayo, a unos 750 kilómetros al norte de Lima. Este liderazgo lo complementó con otros cargos, por ejemplo, en 2018 asumió como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y en 2020 fue nombrado administrador apostólico de la diócesis del Callao donde permaneció hasta 2022.

En 2023, el Papa Francisco lo ordenó como Cardenal Prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

“León XIV es un Papa pastoral por su enfoque, atento a las periferias”, dijo Mabille a la vez que agregó: “Tiene experiencia pastoral en lo que se puede llamar el Sur Global. No se puede decir que tenga un perfil ideológico marcado. Habla español: es un Papa compatible con la región latinoamericana y con los desafíos de una Iglesia que sigue avanzando hacia las periferias”.

Un dato que no es menor: Prevost estaba trabajando en Perú cuando el Papa Francisco visitó la Amazonía, a través de Puerto Maldonado, en 2018. En esa ocasión, las comunidades amazónicas hicieron llegar cartas al Sumo Pontífice donde le relataban la situación socioambiental que vivían (y aún viven).

La respuesta a este clamor fue la convocatoria a un Sínodo de los Obispos de la Iglesia Católica, el cual tuvo lugar en octubre del 2019 y cuyo tema central fue la Amazonía. Un sínodo es un tipo de concilio que reúne a obispos y autoridades eclesiásticas alrededor de un tema específico en una determinada región o territorio.

Durante la realización del encuentro, se discutieron seis propuestas, a saber: el abandono de las inversiones del Vaticano en industrias extractivas; la evangelización de la Amazonía sin afectar las culturas milenarias indígenas; ordenamiento de hombres casados para que ofrezcan misa en lugares remotos; el establecimiento de un Panel Científico Amazónico; una mayor participación de las mujeres en las decisiones de la Iglesia; y que la Iglesia sea una “voz ética global” (a través del Papa).

Amazonía: nuevo caminos para la Iglesia y para una ecología integral es el título del documento final del sínodo amazónico. El texto, escrito a la luz de la encíclica Laudato Si’, reconoce las amenazas contra el bioma amazónico y sus pueblos, a la vez que plantea el desafío de idear nuevos modelos de desarrollo justo, solidario y sostenible. También menciona la dimensión socioambiental de la evangelización y el planteamiento de un Observatorio Socio Pastoral Amazónico.

¿Dará seguimiento el Papa León XIV a los resultados del sínodo amazónico? Eso aún está por verse. Lo cierto es que, este año, la Amazonía volverá a estar en el foco público, esta vez porque Brasil –uno de los nueve países que tienen jurisdicción sobre este bioma—auspiciará la 30ma Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático o COP30.

“A medida que la crisis climática alcanza niveles sin precedentes, es muy alentador saber que el nuevo Papa León XIV parece alinearse estrechamente con el Papa Francisco en lo que respecta al cambio climático. El cardenal Robert Prevost nos ha instado a ‘pasar de las palabras a la acción’, que es también el lema de la COP30. La presidencia de la COP30 espera dar la bienvenida al Papa León XIV en Belém en noviembre para que nos ayude a alcanzar un acuerdo climático que marque un punto de inflexión en la creación de un futuro más próspero, seguro, justo y sostenible”, declaró Ana Toni, directora ejecutiva de la COP30 por parte del gobierno brasileño.

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