Existen partículas ultrafinas en el aire que están afectando la salud humana. Las llamadas partículas PM2.5, generadas principalmente por la quema de combustibles fósiles, no sólo están dañando el corazón y los pulmones, sino que también el sistema digestivo, ya que pueden llegar a órganos como el hígado, el estómago, el páncreas y el intestino delgado.

En un estudio, publicado en EGastroenterology, investigadores estadounidenses descubrieron que la exposición a estas partículas contribuye al desarrollo de enfermedades digestivas como hígado graso y diabetes, además de provocar estrés celular que poco a poco daña órganos vitales.

Estos hallazgos destacan la importancia de tomar medidas para reducir la exposición a PM2.5 y proteger la salud de las personas ante los riesgos presentes en el aire. 

¿De dónde vienen estás partículas?

Estas partículas ultrafinas o material particulado tienen un diámetro de 2,5 micrómetros. Generalmente se encuentran en el aire, el polvo, el humo y el hollín. 

Las partículas PM2.5 provienen de fuentes tanto naturales como artificiales. Entre las naturales se incluyen el polvo, el polen, el humo de erupciones volcánicas y de los incendios forestales. En cuanto a las artificiales, estas son las que suelen generar más contaminación, ya que el material particulado resulta de la combustión en motores de vehículos, procesos industriales, estufas, chimeneas e incluso el tabaquismo. 

La proporción de estas partículas puede variar dependiendo de la región, el clima, la urbanización y la época del año. Sin embargo, en áreas urbanas, la principal fuente es el tráfico vehicular, mientras que en áreas rurales puede deberse a la quema de biomasa (leña).

Según el informe Lancet Countdown Latinoamérica 2023, unas 123,5 muertes prematuras por millón de personas son atribuibles a PM2.5 en la región, lo que representa un aumento del 3,9% con respecto a 2005 (118,9 muertes prematuras por millón de personas). De ese total de muertes prematuras atribuibles al PM2.5, el 19,1% correspondió al transporte, el 12,3% a los hogares (cocinar con leña), el 11,6% a la industria y el 11% a la agricultura.

“Estos sectores también son responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en América Latina y, en ellos, las acciones de mitigación del cambio climático centradas en la salud tienen el potencial de reducir su contribución a la mortalidad relacionada con la contaminación atmosférica. Por lo tanto, tener en cuenta la posible obtención de estos beneficios colaterales para la salud es crucial en la planificación de una respuesta al cambio climático que ofrezca un futuro próspero a las poblaciones locales”, recalcaron los investigadores.

En el caso costarricense, la tasa de mortalidad prematura atribuible a PM2.5 derivado de combustibles fósiles aumentó en un 24% de 2005 a 2020.

¿Cómo afectan el cuerpo humano?

Estas partículas, debido a su tamaño diminuto, tienen la capacidad de penetrar en los alvéolos pulmonares, provocando inflamación y estrés oxidativo en los pulmones. Esto puede desencadenar problemas respiratorios como irritación, dificultad para respirar y enfermedades más graves, como el asma.

Además, existe evidencia científica que sugiere que la exposición prolongada a estas partículas está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Las PM2.5 pueden alterar las células y el material genético en los pulmones, lo que puede llevar a la formación de tumores.

Por otro lado, al entrar en el sistema circulatorio, las PM2.5 pueden dañar las paredes de los vasos sanguíneos y elevar la presión arterial, aumentando el riesgo de problemas cardíacos como arritmias, insuficiencia cardíaca e infartos.

Ahora bien, el reciente estudio —realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Estatal Wayne (en los EE.UU.)— evidenció que estas partículas utilizan el sistema circulatorio para desplazarse por el cuerpo. El hígado es uno de los órganos a donde llegan, ocasionando una serie de afectaciones como inflamación en las células. 

El hígado juega un papel crucial en la regulación y descomposición de las grasas en el cuerpo. Sin embargo, cuando se inflama, esta capacidad se ve afectada. Como resultado de esta inflamación, el metabolismo de las grasas se altera y el hígado puede comenzar a acumular grasa en exceso. 

Esta condición, conocida como hígado graso, puede tener consecuencias graves. Si no se trata adecuadamente, puede llevar a problemas de salud más serios como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NASH) y, en casos extremos, cáncer hepático.

Por otra parte, las PM2.5 tienen la capacidad de penetrar hasta el páncreas, que es el órgano encargado de generar las células que producen la insulina. La exposición a estas partículas ultrafinas podría reducir la capacidad de producción de insulina, lo que puede ocasionar diabetes. 

Finalmente, en los intestinos, las PM2.5 pueden causar lesiones en las células intestinales, lo que podría permitir la entrada de patógenos y toxinas al torrente sanguíneo.

¿Qué sucede en Costa Rica? 

En un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), fechado en 2023, se reveló que la contaminación por partículas finas es un problema predominante, sobre todo en la Gran Área Metropolitana (GAM) debido a la alta concentración de tráfico vehicular

“Casi toda la población costarricense está expuesta a niveles nocivos de contaminación del aire por partículas finas (PM2.5), es decir, a concentraciones superiores a 10 microgramos por metro cúbico”, detalló OCDE. Para referencia: las directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen un límite de 5 microgramos por metro cúbico. 

Las medidas de descarbonización, como la electrificación del transporte público y privado, si bien pretenden reducir las emisiones de gases que causan el cambio climático, también disminuirían el material particulado en el aire. 

Si la GAM cumpliera con la normativa de calidad del aire de la OMS, se podrían evitar hasta 229 muertes anuales, según un estudio publicado por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en 2017. Estas muertes representan el 3,45% de todas las muertes en personas mayores de 30 años.

En cuanto a la reducción de los gastos en salud, el reporte de la Cepal señala que el beneficio anual por los ingresos hospitalarios evitados por causas respiratorias y cardiovasculares sería $233.469 (unos ₡123.640 millones) en promedio al año.

Recientes

Busqueda

Seleccione un autor
Suscríbase a nuestro boletín!
Únase a nuestro boletín informativo para obtener las noticias y actualizaciones más recientes de Ojo al Clima.