Países latinoamericanos como Uruguay, Guatemala, Chile, Perú y Costa Rica forman parte de un grupo de 82 países que han advertido que la Meta Global de Adaptación no puede seguir esperando.

Por María José Núñez Chacón desde Belém do Pará

El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), bajo la gestión de su ministro Franz Tattenbach, ha tenido como bandera el tema de la adaptación al cambio climático. Incluso fue designado como co-facilitador de las negociaciones en esta materia en 2024 durante la COP29 en Bakú (Azerbaiyán).

Sin embargo, en la 30° Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30) que actualmente se celebra en Belém, Brasil, Tattenbach ha sido el gran ausente de la delegación costarricense.

El jerarca figuraba en la lista de ministros que asistirían a la COP30 y tenía espacio reservado para dar su discurso el pasado 17 de noviembre en el segmento de alto nivel. Pese a ello, no asistió, perdiendo la oportunidad de hacer eco de la importancia que tiene para el país esta temática y relegando la responsabilidad en su viceministro de Energía, Ronny Rodríguez.

Con respecto a su ausencia, Tattenbach consideró que “sería altamente representado por sus viceministros de Ambiente y Energía, el viceministro del MAG y por la directora de Cambio Climático”, se lee en un comunicado enviado por Minae. Además, se justificó aduciendo que su ausencia se debía “a las prioridades nacionales de atención en temas legislativos, técnicos y políticos de la agenda nacional en pro del desarrollo sostenible”.

Meta Global de Adaptación entrabada

El artículo 7 del Acuerdo de París establece que la adaptación se encuentra al mismo nivel que la mitigación. Por ello, se pide establecer una meta global que siente las bases para planificar, cooperar y medir los avances tanto en reducción de vulnerabilidades como en resiliencia.

Después de la pandemia, la Meta Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés) fue abordada por el Programa de Trabajo Glasgow - Sharm el Sheik, el cual proporcionó un espacio para compartir puntos de vista para implementarla. Este proceso fue relevado por el Marco de EAU para la Resiliencia Climática Global que se adoptó en la COP28 de Dubái.

El Marco de EAU define 11 metas globales y un marco para hacer operativa la Meta Global de Adaptación, pero el desafío está en cómo implementarla. Para ello, se acordó trabajar en un conjunto de indicadores globales que permitan evaluar el progreso. Estos indicadores deben ser medibles, efectivos y escalables.

Como parte de este proceso, en la COP29, Mukhtar Babayev -entonces presidente de la conferencia- pidió al ministro Tattenbach y a su homólogo irlandés Eamon Ryan liderar el proceso de construcción de dichos indicadores.

En la COP30, el mandato es llegar a un acuerdo que permita aprobar los 100 indicadores, los cuales permitirán definir procedimientos más estandarizados y transparentes de las acciones que se impulsen en los países, y lo más importante el financiamiento.

Sin embargo, el consenso no está cerca. Los países africanos, que generalmente votan en un solo bloque, han solicitado que se analice y traslade la decisión para ser aprobada dentro de dos cumbres, en la COP32, cuando la sede sea Etiopía. Esta propuesta cuenta con el apoyo de los países árabes y, según se dice en pasillos, el interés de los africanos es atraer los recursos y el financiamiento.

Posición latinoamericana

La tarde del 19 de noviembre, ministros y altos funcionarios latinoamericanos se unieron para decir que la Meta Global de Adaptación no puede seguir esperando.

Los representantes de Uruguay, Guatemala, Chile, Perú y Costa Rica demandaron financiamiento adecuado, indicadores claros y decisiones inmediatas que hagan operativa la adaptación en los territorios y protejan a las poblaciones vulnerables. Hasta el momento un total de 82 naciones apoyan esta propuesta.

“Nuestro país no puede aceptar un resultado de la COP latinoamericana de Belém que implique regresividad en materia ambiental y climática. Vinimos a Belém para adoptar un paquete robusto de indicadores que permita alcanzar la Meta Global de Adaptación y evaluar su progreso colectivo. No aceptaremos menos en esta conferencia”, dijo Edgardo Ortuño Silva, ministro de Ambiente de Uruguay.

Mientras tanto, Giovanna Valverde –diplomática costarricense que forma parte de la delegación- aseguró, en conferencia de prensa, que la adaptación al cambio climático no es una opción, sino una necesidad urgente y colectiva al amparo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).

“Nuestro grupo, la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), cree firmemente que lograr la Meta Global de Adaptación requiere de acciones inmediatas y tangibles, y esta COP latinoamericana es la plataforma para impulsarlo, pero debemos garantizar la provisión de financiamiento adecuado por parte de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo para poder implementar nuestra agenda de acción climática”, agregó Valverde.

Al concluir la conferencia, UNIVERSIDAD / Ojo al Clima solicitó a Valverde una entrevista para ahondar más sobre el impacto que tendría esta Meta Global de Adaptación en el país y el avance que se ha tenido en las negociaciones. Sin embargo, indicó que no tenía autorización para brindar declaraciones.

Recientes

Busqueda

Seleccione un autor
Suscríbase a nuestro boletín!
Únase a nuestro boletín informativo para obtener las noticias y actualizaciones más recientes de Ojo al Clima.