En Casa Presidencial saben que traer la Cumbre de Cambio Climático de la ONU del 2019 (COP25) a Costa Rica no es sencillo, ya que es un evento de gran magnitud. No obstante, aseguran que están haciendo “una propuesta seria”.

Así lo indicó el Ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, a Ojo al Clima este 3 de diciembre durante la presentación de la flotilla de 100 nuevos carros eléctricos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

“El propio presidente (Carlos Alvarado) está con mucho entusiasmo (por traer el evento a Costa Rica) pero también sabe que es una etapa difícil de alcanzar. (...) Se va a hacer todo lo que sea razonable dentro de nuestras limitaciones”, aseguró Piza.

Si bien el gobierno de Costa Rica aún no ha propuesto formalmente su candidatura ante Naciones Unidas para albergar la cumbre, Piza aseguró que “es una propuesta seria pero no es un tema fácil”.

La Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) reúne todos los años a representantes de más de 200 países para negociar acuerdos sobre cambio climático y disminuir sus impactos en el mundo.

Capacidad de organización

De acuerdo con el Ministro de la Presidencia, el país tiene varias limitaciones importantes de momento. Las dos principales serían la situación económica del gobierno y la cantidad de gente necesaria para albergar la cumbre.

“Se van a hacer todas las gestiones. Se va a pedir ayuda, obviamente, para el financiamiento de una obra de ese calibre”, señaló Piza. El gobierno aseguró en un comunicado que buscarán financiar el 80% de los costos con ayuda internacional.

En cuanto al recinto, el ministro aseguró que el nuevo Centro Nacional de Convenciones (CNC), inaugurado en abril, podría ayudar a la organización del evento. No obstante, el CNC tendría capacidad para solo 5.600 personas en sus salones, según el Instituto Costarricense de Turismo.

La Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, por su parte, aseguró a Ojo al Clima que se valora la posibilidad de proponer al Estadio Nacional como sede.

La cumbre del año 2013, por ejemplo, llevada a cabo en Varsovia, Polonia, fue celebrada en el Estadio Nacional de ese país, el cual cuenta con una capacidad para 58 mil personas sentadas.

Piza también aseguró que buscarían alianzas con hoteles para poder albergar a la cantidad de gente que visitaría el país.

En un comunicado oficial, el gobierno aseguró que estiman la recepción de unas 22 mil personas. El año pasado, la cumbre celebrada en Bonn, Alemania, recibió a unas 30 mil personas.

Carrera contra el tiempo

El tiempo es otra limitante importante para la organización de este evento, ya que la cumbre debería celebrarse en diciembre del 2019. Normalmente, los países cuentan con más de un año para los preparativos pero, debido a la inesperada deserción de Brasil como organizador, ahora tocaría correr.

Incluso, para la conferencia del 2019, el país organizador probablemente tendrá menos de un año, según indicó el Ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez.

Actualmente, del 2 al 14 de diciembre, casi 200 países del mundo estarán negociando un “libro de reglas” para reducir las emisiones mundiales en Polonia, donde se celebra la COP24.

Sin embargo, de acuerdo con el ministro, la sede para la COP25 probablemente no quedará definida en Polonia, debido a que es un proceso complejo y lleno de requisitos administrativos.

“Es un reto de dimensiones inmensas por la magnitud de este tipo de conferencia pero creo que es un reto que el país podría asumir con la ayuda y cooperación internacional”, indicó Piza.

Presidir negociaciones

El Ministro de la Presidencia, sin embargo, recalcó que albergar la cumbre sería “muy beneficioso” para Costa Rica.

Esto es algo que compartió también el Ministro de Ambiente, quien aseguró que sería una manera de posicionar el Plan de Descarbonización de Costa Rica a nivel mundial.

Además, el país sede también debe presidir las negociaciones, algo que el Ministro aseguró que también ayudaría al país a pujar por mayores compromisos en el mundo para reducir emisiones.

Costa Rica podría jugar un papel clave para que haya un acuerdo que sea ambicioso para el año 2020”, aseguró el ministro Rodríguez.

Actualmente, la discusión mundial se centra en realizar un marco normativo que indique cómo los países deben reducir sus emisiones y reportar su progreso. A esto se le llama el “libro de reglas” del Acuerdo de París.

Este libro deberá estar listo cuanto antes, ya que el Acuerdo de París entra en vigencia a partir del 2020. Luego de esa fecha, todos los países del mundo deberán reportar sus avances en reducir emisiones.

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