En una de las instituciones claves para el funcionamiento del país, la ingeniera Sara Salazar ha tenido tres años estables como presidenta de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope). Demasiado estables para su gusto, pareciera.
Desde el 2015, la institución impulsa en el Congreso una iniciativa de ley que le permitiría incursionar en energías alternativas, como el hidrógeno y los biocombustibles, y escapar de la camisa de fuerza de la legislación actual. Ese es el futuro, dice Salazar, aunque matiza con barriles de petróleo por “las próximas décadas”.
¿Cuál es el futuro de Recope?
Definitivamente es clara la importancia de Recope en la seguridad energética del país. Sabemos que Costa Rica es, al día de hoy, un país dependiente energéticamente, en cuanto a petróleo, y Recope es la institución designada por ley para abastecer esa demanda. Evidentemente, los tiempos nos conducen al uso de las energías alternativas. Esa es una realidad que cada vez toma más importancia y creo que urge la reforma legal que está planteada en el Congreso para que Recope pueda incursionar en energías renovables.
En este momento, la legislación autoriza a Recope al monopolio del derivado de petróleo. Estamos promoviendo un cambio con el expediente 19.498, que ya salió de Comisión, en el que se autoriza la participación de Recope en energías alternativas. (Esta aprobación) es clave para una empresa que ha cumplido la misión para la cual fue creada. En este país nunca ha habido desabastecimiento de combustibles, ni en momentos críticos.
Pero es una empresa que como está planteada ahora se quedó atrás, necesita este replanteamiento para poder seguir siendo un actor clave en energía.
Durante las próximas décadas, no puedo precisar cuántas, seguirá el mundo dependiendo de los derivados de petróleo, a menos de que surja un combustible que de un día para otro sustituya la demanda de derivados de petróleo en el mundo. Más del 70% de la energía global se produce con derivados de petróleo y estamos igual en Costa Rica. No se visualiza que en los próximos cinco o diez años vaya a haber un cambio. Sin embargo, hay un crecimiento importante de las energías alternativas; son las que crecen más pero todavía no sustituyen a los derivados.
Costa Rica cacarea mucho el concepto de “descarbonización”. ¿Cómo se entiende en Recope? Porque pareciera que va en contra de lo que hace la institución.
No necesariamente. Recope trabaja en tener combustibles de mejor calidad y que tengan menos emisiones, con instalaciones eficientes. Así estamos ayudando a disminuir nuestra huella. Creo que Recope es una empresa que se ha preocupado mucho por eso, de hecho acabamos de recibir un reconocimiento y estamos próximos a recibir una Bandera Azul. Seguimos promoviendo la instalación de paneles solares, el manejo de residuos y en el diseño de construcciones; cada vez se plantea más el eje ambiental. Creo que vamos alineados con lo que el país promulga, pero en este momento tanto Costa Rica como el mundo son dependientes de las energías convencionales derivadas del petróleo.
Usted habla de energías alternativas. El negocio de Recope es importar combustible para el transporte, que ahora en Costa Rica se habla de electrificarlo. Aunque estamos a años o décadas, ¿hay un nicho para Recope en transporte eléctrico?
En Recope uno puede visualizarlo en la producción de hidrógeno, con celdas de hidrógeno para vehículo, pero yo insisto en que actualmente, y en los próximos años, todavía no se visualiza una sustitución de la flota vehicular...
Pero sí una disminución, ¿no?
Sí, pero igual va a haber un porcentaje de vehículos que va a usar los combustibles convencionales.
Costa Rica se planteó la meta de la carbono neutralidad al 2021, que se ve cada vez más complicada, pero hablemos de temas globales. Se espera que al 2020 empiece un descenso en el consumo de combustibles fósiles, para cumplir con metas como las del Acuerdo de París. ¿Eso calza con la visión que tiene Recope a futuro?
Tenemos un plan estratégico al 2021, en el que incluimos las necesidades de abastecimiento en ese horizonte. Evidentemente hay que tomar en consideración esos acuerdos y en eso estamos trabajando, le reitero la importancia de ese cambio de legislación que habilita a Recope para incursionar en energías alternativas. Es la línea estratégica que seguimos.
En términos de crecimiento de consumo, ¿cómo creen que se comporte en las próximas décadas?
Va a haber un crecimiento, se va a mantener; sin embargo si usted compara la curva de crecimiento sin incluir las acciones de reducción, la curva es más pronunciada. Siempre habrá una demanda importante, pero menor.
¿Y llegará algún momento en que se llegue a un pico y empiece a descender? En sus pronósticos.
En este momento no tengo a mano los gráficos de pronósticos, pero sí el concepto de que va a haber una reducción por la introducción de elementos como transporte eléctrico. Sin embargo, siempre va a haber una demanda importante en Costa Rica y a nivel global.
Le pregunto porque Costa Rica presentó un plan ante Naciones Unidas, por el Acuerdo de París, y ahí se ve una disminución en la huella de carbono hacia el 2020, entonces no estoy seguro si hay una desconexión entre lo que plantea el Minae y las proyecciones de Recope. ¿Por qué Recope habla de que se mantiene el crecimiento y el Minae habla de que hay un pico y empieza a bajar (el consumo de petróleo)?
Minae no está diciendo que habrá una disminución abrupta.
No, pero habrá un punto pronto cuando empezará a bajar.
Sí, conforme vaya aumentando el transporte eléctrico y otras modalidades, pero eso no será súbito y estamos absolutamente conectados.
Sobre el cambio de ley, ¿cuáles son los puntos clave donde Recope puede entrar a jugar si se hace el cambio?
Biocombustibles. Estaríamos interesados en las investigaciones sobre energías nuevas como el hidrógeno, el etanol, el biodiesel. Estamos trabajando en eso en el ámbito que nos permite la legislación actual, que son mezclas con derivados de petróleo.
En el tema de energías alternativas, ustedes todavía le dan mantenimiento a la planta de hidrógeno que tenían con Ad Astra en Liberia. ¿Qué uso le dan ahora?
Nada, solo mantenimiento.
¿La tienen esperando?
Sí, en mantenimiento.
¿Entonces no están involucrados con el bus de hidrógeno de Ad Astra?
Justo mañana voy para Liberia. Desde que vinimos a Recope, hemos manifestado el deseo de ser socios en una tarea tan importante que va a ser muy relevante. Veamos qué nos faculta hacer la ley. La pretensión mía es poder participar en proyectos de hidrógeno. Mañana vamos a reunirnos, lo hacemos con cierta regularidad para ver el plan de mantenimiento y ver cómo puede participar Recope, pero el proyecto del bus es un proyecto de ellos.
Un proyecto que sí era parte de Recope era la ampliación de la refinería china, que me parece que no ha muerto, pero me gustaría saber en qué estado está.
Con Soresco, ya usted sabe la determinación de la Junta Directiva de Recope, avalada por el Consejo de Gobierno, que fue la terminación del contrato y la liquidación de la empresa. Ha habido dificultades para ponernos de acuerdo con nuestro socio chino en la manera de cómo hacerlo, y ese es el estado actual de la situación. Estamos valorando posibilidades.
¿Cuál es la posición de ellos? Porque usted dice que ha habido dificultades para ponerse de acuerdo.
Ellos sostienen que la liquidación se puede hacer después de un proceso de arbitraje internacional. Nosotros estamos proponiendo una liquidación por mutuo acuerdo. Vamos a ver.
¿Usted se reunió con ellos en enero?
Sí y la manifestación fue esa, que el socio se reservaba el arbitraje. Todavía no hemos sido convocados a ningún arbitraje.
¿Esa era usted con el presidente de CNPCI?
Sí, esa es la Asamblea de Socios. En ese caso, se le dio un poder a un miembro que se llama Wang Xingyi, quien representó a la empresa china.
¿Ese era el señor que trabajaba como en Soresco?
Sí.
¿No es inusual que un trabajador de Soresco represente a CNPCI?
No, porque él era representante de CNPCI en la Junta Directiva.