Cada millón de megatoneladas de metano que se reduzcan previene aproximadamente 1.430 muertes prematuras: 740 derivadas por enfermedad respiratoria y 690 por enfermedad cardiovascular. Asimismo, se podrían evitar unas 4.000 visitas hospitalarias relacionadas con el asma.
Lo anterior lo plantea un nuevo informe publicado por la Coalición Clima y Aire Limpio en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para Medioambiente (PNUMA). Los resultados permiten la evaluación rápida de los impactos de las emisiones de metano, así como los costos y beneficios de su mitigación.
El metano es el principal componente del gas natural y es uno de los principales gases del efecto invernadero (GEI). Si se limitan las emisiones de metano con tecnologías ya disponibles, el calentamiento global podría disminuir en 0,3 grados centígrados para el 2045.
El metano es responsable de cerca del 30% del calentamiento desde la época preindustrial. Esas emisiones provienen de tres actividades: 35% de combustibles fósiles, 20% de residuos y 40% de agricultura. Es decir, más de la mitad de las emisiones globales de metano se derivan de las actividades humanas.
De hecho, las emisiones humanas de metano causan aproximadamente medio millón de muertes prematuras por año a nivel mundial y dañan tanto los ecosistemas como los cultivos al suprimir el crecimiento y disminuir la producción. Por esta razón, el informe establece que al ser el metano un precursor del ozono troposférico (smog), es decir, un contaminante secundario con graves impactos en la salud y en los ecosistemas, su reducción tiene importantes beneficios para la vida humana.
Según se destaca en el informe, y a diferencia del dióxido de carbono que permanece en la atmósfera durante cientos de años, el metano comienza a descomponerse rápidamente y la mayor parte desaparece al cabo de una década. Esto significa que si se reducen las emisiones de metano ahora, se puede reducir rápidamente el ritmo de calentamiento a corto plazo.
"Reducir el metano es la palanca más fuerte que tenemos para frenar el cambio climático en los próximos 25 años y complementa los esfuerzos necesarios para reducir el dióxido de carbono. Los beneficios para la sociedad, la economía y el medio ambiente son numerosos y superan con creces el coste. Necesitamos la cooperación internacional para reducir urgentemente las emisiones de metano lo máximo posible en esta década", comentó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
Reducir el metano sí es rentable
Las emisiones de metano de origen humano están aumentando más rápidamente que en cualquier otro momento desde que se empezaron a llevar registros en la década de 1980. A pesar de la desaceleración económica inducida por el COVID-19 en 2020, que impidió otro año récord de emisiones de dióxido de carbono (CO2), la cantidad de metano en la atmósfera se disparó a niveles récord, según los datos publicados recientemente por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Afortunadamente, la disminución del metano es de las estrategias más rentables que existen para combatir el calentamiento global. Los beneficios monetarios globales son aproximadamente $4.300 por tonelada de metano reducido. Además se evita la pérdida anual de aproximadamente 400 millones de horas de trabajo debido al calor extremo.
Para esto, el informe establece que hay medidas específicas disponibles que pueden reducir las emisiones de metano en un 30% de aquí al 2030. Casi la mitad de estas tecnologías están disponibles para el sector de combustibles fósiles, en el que es relativamente fácil reducir el metano en el punto de emisión y a lo largo de las líneas de producción y transmisión, así como las fugas y los escapes de metano en el sector del petróleo y el gas.
Otra medida es el manejo de los desperdicios tanto sólidos como líquidos (agua). El 60% de las medidas específicas de este sector tienen un costo bajo, según el informe.
Bajo la línea de la agricultura, tres cambios resultan beneficiosos: reducir los residuos y la pérdida de alimentos, mejorar la gestión del ganado y adoptar dietas saludables (vegetarianos o planes alimenticios con un contenido de carne y lácteos menor).
De estas soluciones específicas, aproximadamente el 60% tienen bajos costos de mitigación y el 50% de esos costos se pagan con el ahorro que se genera por los costos evitados.
Sin embargo, estas tecnologías por sí solas no son suficientes para alcanzar una mitigación constante. Para lograrlo, deben implementarse medidas adicionales como la descarbonización y el uso de energías renovables, lo que podría reducir las emisiones de metano en otro 15% en el 2030.
Esfuerzos regionales
Ahora bien, los tipos de esfuerzos para la mitigación son distintos dependiendo de los países y regiones. El trabajo de Europa e India está en el sector de residuos; en China en la producción de carbón seguido por el ganado; en África en el ganado, seguido del petróleo y el gas.
En Asia-Pacífico, excluyendo China e India, la mitigación debe enfocarse en el carbón y desechos; en el Medio Oriente, América del Norte y Rusia es en petróleo y gas; y en América Latina es en el sector ganadero.
Entre las acciones internacionales que se realizan, se encuentra lo acordado en el Senado estadounidense, el cual aprobó una votación para restablecer la normativa para controlar las fugas de los pozos de petróleo y gas. Exige a las empresas que controlen, taponeen y capturen el metano de las nuevas perforaciones.
Mientras tanto, la Comisión Europea adoptó en octubre de 2020 su Estrategia sobre el Metano de la UE, en la que se establece la intención de reducir las emisiones de metano, y se esperan propuestas políticas concretas para finales de este año.
En el caso de Costa Rica, se espera ser carbono neutral para el año 2050. Según el Plan de Descarbonización, en el 2050, un 95% de los carros privados deberán ser eléctricos y, para el 2035, más de 1.500 buses eléctricos estarán funcionando.
Según el informe, si bien hay suficiente información para actuar ahora, abordar las emisiones en la escala y en el período de tiempo necesario para cumplir con el objetivo de 1,5 °C requerirá una mejor comprensión de los niveles y fuentes de emisiones de metano.
A lo anterior se le suma la falta de financiamiento, conciencia y educación, así como la necesidad de cambiar los métodos de producción, desarrollar nuevas políticas y regulaciones.