De ser aprobado el contrato de préstamo para financiar parte de la construcción del tren eléctrico de pasajeros del Gran Área Metropolitana (GAM), este se convertirá en el primer proyecto de su tipo financiado por Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Además, se utilizará como referente para el resto de Centroamérica.
“El proyecto será el inicio de una amplia interconexión ferroviaria en la región centroamericana y los inversionistas vislumbran para los próximos años un gran potencial de crecimiento económico, lo cual permitirá una mayor comunicación, integración y beneficios sociales en la región”, se lee en un comunicado de prensa del BCIE.
Mauricio Chacón Romero, Oficial Jefe de País del BCIE, también lo manifestó así en su audiencia ante la Comisión de Infraestructura de la Asamblea Legislativa que estudia el contrato de préstamo.
En los próximos tres años, el BCIE planea invertir aproximadamente $9.000 millones en la región centroamericana y gran parte de ese capital se destinará a la construcción de ferrocarriles como el tren eléctrico de pasajeros y el tren de carga al Atlántico en Costa Rica, pero también el ferrocarril del Pacífico en El Salvador y el ferrocarril Transoceánico de Guatemala.
“La idea es que los trenes tengan los mismos estándares, puedan interconectarse y generar esa red regional centroamericana y mi visión es que, de aquí a unos diez años mientras se construyen y ponen en operación, ya no vamos a hablar del tren de Costa Rica, vamos a hablar del tren centroamericano”, señaló Dante Mossi, presidente ejecutivo del BCIE, en el comunicado.
Préstamo en discusión
El pasado 4 de mayo, el Poder Ejecutivo presentó a la Asamblea Legislativa el proyecto de Ley N°21958 para el contrato de préstamo con el BCIE para financiar el proyecto del tren eléctrico de pasajeros.
El total de la inversión es de $1.550 millones, una parte ($1.000 millones) será aportada por inversión extranjera, al tratarse de una obra por concesión, y la otra por un préstamo con el BCIE por $550 millones que representa el aporte que debe dar el Estado, el cual tendrá un plazo para pagar de 25 años y no tiene comisión de compromiso, lo que significa que al Gobierno de Costa Rica no le generará costos por tener recursos aprobados y sin uso.
Este monto del préstamo con el BCIE se destinará al desarrollo de la infraestructura requerida y se empezará a pagar dentro de cinco años, mismo tiempo que tiene el ganador de la licitación para terminar la infraestructura e iniciar la operación del tren eléctrico.
A la fecha, ante la Comisión de Infraestructura de la Asamblea Legislativa, han comparecido la Primera Dama de la República, Claudia Dobles; la presidenta ejecutiva de INCOFER, Elizabeth Briceño; el ministro de Obras Públicas y Transporte, Rodolfo Méndez; así como Álvaro Alfaro y Mauricio Chacón del BCIE.
Mejorar el transporte público
El tren eléctrico de pasajeros se vislumbra como una oportunidad de mejorar el transporte público de manera que sea responsable con el ambiente, accesible para personas con movilidad reducida, cómodo, rápido y seguro.
Conectará 15 cantones de las provincias de San José, Alajuela, Heredia y Cartago. A lo largo de los 84 kilómetros en trayecto de doble vía, se contará con tres líneas principales e independientes. La primera irá de Paraíso de Cartago a la estación del Atlántico en San José, la segunda enlazará la estación del Atlántico con Alajuela y la tercera vinculará la estación del Atlántico con Ciruelas de Alajuela. Además, la línea cuatro (Alajuela-Ciruelas) y cinco (Ciruelas-El Coyol) funcionarán como extensiones de la línea dos y tres.
Las rutas contarán con un total de 46 estaciones y diez de ellas operarán de forma intermodal, esto quiere decir que allí los pasajeros podrán realizar la transferencia a otros medios de transporte como buses, taxis, medios de movilidad no motorizada (como bicicletas) y, por supuesto, el tren. Lo que representará una mejor y mayor integración de la red de transporte público.
Se prevé que opere con velocidades desde 20 hasta 80 kilómetros por hora, unas 18 horas al día durante los siete días de la semana, con frecuencia de cinco minutos en hora pico en los días laborales.
Se espera transportar a unos 200.000 pasajeros diarios, con una capacidad de 600 personas por tren.
En pro del desarrollo
Para Dobles, el tren posicionará al transporte público como eje vital para el desarrollo de Costa Rica, ya que -al mejorar la infraestructura en pro de la movilidad- el país se vuelve más atractivo a la inversión extranjera.
Según los estudios de factibilidad realizados por el INCOFER, este es un proyecto con una tasa de rentabilidad económica superior a un 22%, con ganancias netas para el Estado superiores a los $3.000 millones según estudios de externalidades efectuadas como ahorro de tiempo para desplazarse, reducción de accidentes, contaminación ambiental y acústica.
Además, el tren reducirá la congestión vehicular, los choques e incidentes viales, así como la disminución del ruido en las ciudades.
Se calcula que genere 2.670 empleos. Unos 1.200 directos en la etapa de construcción en perfiles como operador de vías y estructuras, operadores de maquinaria pesada, capataces, albañiles, ingenieros, financistas, arquitectos, administrativos, seguridad, etc.
Otros 1470 empleos se prevén en la fase de operación: tripulación de tren, operarios del centro de control, ingenieros, personas de servicios generales y de mantenimiento de vías y estructuras, oficinistas, financieros, personal de seguridad y limpieza.
Según lo expuesto durante la audiencia de Dobles, Briceño y Méndez ante la Asamblea Legislativa, el tren eléctrico propiciará la generación de encadenamientos productivos con otros sectores de la economía -como turismo, comercio, manufactura, industria alimentaria y construcción, entre otros- y, con ello, propiciará el desarrollo urbano, pero principalmente su impacto será la reactivación económica en todas las comunidades alrededor de la vía.
Asimismo, fortalecerá a las empresas al conectar la oferta laboral con el talento humano y mejorará la productividad de estas y sus colaboradores.
“Es un tren para la gente”, dijo Dobles. La Primera Dama expresó que este le devolverá el tiempo a las personas al reducir los minutos de traslado. También ofrecerá un servicio más seguro e inclusivo al contar con espacios iluminados, aparatos tecnológicos como cámaras de seguridad, señalética clara e inclusiva con dispositivos visuales, táctiles y auditivos, andenes al nivel de los vagones, espacios cómodo y preferenciales para personas con movilidad reducida.
El tren contribuirá con el traslado de estudiantes, al conectar todas las universidades públicas y algunas de las universidades privadas, lo cual podría desencadenar sinergias entre las mismas universidades y centros educativos.
El tren no utilizará combustibles fósiles, lo que evitará más de 1,8 millones de toneladas de dióxido de carbono en los primeros 30 años de operación y posteriormente permitirá una reducción de, al menos, 62.000 toneladas anuales.
Al ser un tren cero emisiones, mejorará la calidad del aire y disminuirá los problemas respiratorios. A su vez, este proyecto ferroviario contribuirá al Plan Nacional de Descarbonización.