Desde hace décadas, la moda se ha caracterizado por tener tendencia tras tendencia. Solía ser aproximadamente una por año, ahora es por temporada y, si mantenemos este ritmo, llegará a ser por semana.
La industria de la moda rápida ha facilitado comprar más ropa más veces al año, dado que ha descubierto cómo fabricar más ropa con un costo de producción menor, la cual –en términos generales– termina rápidamente en el basurero, debido a sus materiales y procesos de fabricación de baja calidad.
Algunas personas creen que no es un gran problema o no lo piensan mucho, pero todos estos procesos hacen que la industria textil sea una de las grandes contribuyentes al cambio climático, ya que produce alrededor del 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a todos los vuelos internacionales y envíos marítimos juntos. A esto se suma una creciente población que, alentada por la tendencia a la moda rápida, exige más ropa en menos tiempo.
Tal vez piense que no es su problema o que no hay nada que pueda hacer al respecto, pero si no hay demanda, no hay oferta. Primero, tómese el tiempo para decidir si realmente quiere esa prenda de vestir, prefiera comprar local y de calidad, incluso si es más costoso que comprar marcas de moda rápida.
En segundo lugar, cuide bien su ropa, así ahorrará dinero al darle una vida útil más larga. Tercero, cuando la pieza de vestir tiene un daño menor o reparable, aprenda cómo arreglarlo o llévelo a una costurera o sastre.
Cuarto, si ya no quiere una prenda, porque no le queda bien o simplemente ya no le gusta usarla y está en buenas condiciones, entonces dónela, véndala, préstela, regálela o intercámbiela con un amigo o conocido.
Otra opción son las tiendas de segunda mano. Comprar allí tiene varias ventajas, entre ellas el ahorro de agua, menos contaminación debido a la emisión de dióxido de carbono y menos basura que termina en los vertederos. Incluso si no le gusta la idea, debería intentarlo, si aún no le gusta, trate de usar la ropa que compra hasta desgastarla, porque a pesar de que las tiendas de segunda mano son mejores para el medio ambiente que desechar ropa en buenas condiciones, es mejor si usted la usa durante toda su vida útil, de esa manera no tiene que pasar por procesos de desinfección o más envíos.
Además, cada vez más personas compran ropa y se aburren rápidamente, por lo que las donaciones han aumentado a lo largo de los años y muchas de ellas ni siquiera terminan siendo usadas por otras personas, sino que se reciclan para producir otros productos o se incineran para generar electricidad.
Todavía falta crear una economía circular en la industria textil y de la moda. Ya existe una investigación en curso sobre el reciclaje completo de ropa e incluso textiles hechos de telas mixtas.
Que este Día de la Tierra sirva para motivarnos a tener prácticas de consumo más amigables con el medio ambiente, educar e inspirar a otros porque no todos son conscientes del impacto ambiental de esta industria.