Werner Stolz, director del IMN: “La solvencia presupuestaria es el gran desafío del IMN”
Si le hubiésemos preguntado a Henri Pittier, el primer director del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), cómo vislumbra a la institución en su 135 aniversario, ¿qué hubiese dicho?
“Estoy seguro que diría que lo veía en un edificio propio”, respondió Werner Stolz, actual director del IMN, con una tenue sonrisa. “Pongámonos realistas: un edificio propio nos ahorraría el alquiler”, agregó.
El detalle del edificio evidencia la situación por la que pasa actualmente la institución, la cual celebra su 135 aniversario. En los últimos años, el IMN ha sufrido recortes presupuestarios que amenazan el mantenimiento de la red de estaciones meteorológicas, que es el corazón de la información que requiere el país para funcionar.
Ahora es el turno de Stolz: “¿cómo vislumbro el IMN a futuro? Diría que en su edificio propio, muy bien equipado, con una red muy bien articulada, moderna y con radares, así el país podrá decir que tiene una institución que realmente salvaguarda climáticamente a su ciudadanía”.
“Tengo que decir que quisiera verlo presupuestariamente solvente. Eso no quiere decir que nos den dinero para que nos sobre, sino que el presupuesto sirva para que el IMN funcione operativamente de manera sostenible”, continuó.
¿Han calculado el déficit en que se encuentran?
—Ahorita tenemos 87 personas en todo el país, incluyendo a los que atienden aeropuertos, que representan el 35% del personal. En este momento, la red meteorológica es mantenida por 5 personas, quienes cubren todo el territorio y velan por más de 200 estaciones. Hemos calculado que requerimos 20 profesionales más.
Presupuestariamente hablando, estamos con un déficit de ₡200 millones. En los últimos años hemos tenido recortes sustantivos, de aproximadamente el 25%.
Estamos en este momento en un impasse (punto muerto) y esperamos retornar pronto a la sostenibilidad presupuestaria, porque es esencial contar con información meteorológica para actuar.
¿Qué es lo que pasa con el presupuesto?
—El presupuesto del IMN viene del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), Aviación Civil (por los servicios de meteorología aeronáutica) y la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). La regla fiscal nos ha afectado porque impide hacer traslados. Entonces, pasamos de un año en que recibíamos esos aportes a otro año en que dejamos de percibir ₡1.000 millones.
¿Qué destino tenía ese dinero? El 80% se destina al mantenimiento de la red meteorológica, porque son presupuestos con destino específico. Ya llevamos tres años sin suficiente presupuesto para la red y eso se traduce en sensores que se dañan, los cuales no se pueden reponer y, consecuentemente, se pierde la serie de datos que tantos años le ha costado al país.
En viáticos se presupuestan unos ₡18 millones al año. ¿Para qué sirven esos viáticos? El 100% de ese dinero se utiliza para que los técnicos vayan a darle mantenimiento a la red.
Esos vacíos de información, producto de la imposibilidad de darle mantenimiento a la red, son impactos directos en la seguridad climática de la ciudadanía.
—Totalmente. Se pierde la secuencia de los datos para el cambio climático, por ejemplo. Y, en ese sentido, nos esperan 77 años muy complejos, en los que los eventos hidrometeorológicos extremos van a ser exponenciales y muchas veces se van a conjugar con otros eventos. Los umbrales previstos para los años 2050-2070 son críticos.
Resolviendo el tema presupuestario, ¿se piensa eventualmente regionalizar el IMN?
—Este es un tema que hemos analizado. Actualmente tenemos oficinas en los aeropuertos: Liberia, Juan Santamaría, Limón y Pavas. El asunto con la regionalización es que implica una estructura que requiere tener IMN pequeñitos en diversas partes del país, y no pueden ser oficinas aeronáuticas.
Mientras no tengamos claro el panorama presupuestario, lo veo difícil. Pero la regionalización sí es algo que vamos a hacer eventualmente.
¿La declaratoria de benemeritazgo podría ayudar en ese crecimiento?
—Creo que sí nos ayudaría. Hemos visualizado tener, por lo menos, oficinas regionales en Guanacaste, Limón y la Zona Norte. La regionalización es un paso lógico para una institución como la nuestra.
