Cuando estaba por concretar el histórico Acuerdo de París en 2015 –en el que todos los países de la ONU se pusieron de acuerdo para reducir sus emisiones–, la tica Christiana Figueres cuenta que tenía un sueño recurrente.
Todas las noches, según relata, un grupo de “ojitos negros” se le quedaban viendo y le preguntaban “¿qué están haciendo por nosotros?”. Ahora ella los interpreta como los ojos de las futuras generaciones.
Es por esto que la ex-secretaria ejecutiva de la Convención Climática de la ONU (2010-2016) se mantiene con una convicción firme: “pensionar” a los combustibles fósiles para contener el calentamiento del planeta.
Figueres asegura que Costa Rica está dando un paso “sin precedentes” en el mundo para cumplir esta meta, al presentar un Plan de Descarbonización que apunta a la carbono neutralidad en las emisiones del país para el 2050.
Ella actuó como “maestra de ceremonias” o, en sus palabras, “hila conductora” de la presentación de este plan, llevada a cabo el pasado 24 de febrero en el Museo de Arte Costarricense.
Ojo al Clima habló con Figueres para conocer su opinión sobre este Plan de Descarbonización y su importancia dentro del marco de la política internacional.
Costa Rica presenta hoy (24 de febrero) un Plan de Descarbonización con objetivos sector por sector. ¿Qué tan inusual es esto a nivel mundial?
En este momento hay sólo dos países que han anunciado que van hacia una descarbonización de la economía para el año 2050. Uno es las Islas Marshall y el otro es Costa Rica, con la gran diferencia de que en las Islas Marshall no tienen todo el plan articulado sector por sector.
Ellos tienen una visión que han adoptado y que quieren seguir pero todavía les ha faltado hacer la tarea a lo interno de ver cómo vamos a lograr esa visión.
Hoy Costa Rica lanza la visión y, al mismo tiempo, hasta cierto grado de granularidad, indica cómo vamos a lograr eso. ¡Otra vez Costa Rica primero en el mundo!
¿Cómo hay que tomar este plan? ¿Se puede tomar como una ruta literal o es un documento más simbólico?
No, no, no. Esto es una ruta muy concreta. Bueno, simbólico también es pero no es solamente simbólico. Esto de verdad que apunta a una transformación como la que no hemos visto desde hace décadas.
Además, es una transformación que a mi me parece que le va a causar mucha ilusión y mucho orgullo a los costarricenses al empezar a ver los resultados de una economía mucho más fuerte, de ciudades mucho más vivibles, de zonas rurales más productivas. Sí es una tarea dura pero al final sólo beneficios vamos a tener.
Usted habla de que no hay que hacer “lo que se pueda” sino “todo lo que sea necesario”. ¿Se está cumpliendo esto en el Plan de Descarbonización?
Sí, definitivamente me parece que es el caso.
¿No encuentra incertidumbres?
No, bueno, por supuesto que aquí ya se llegó a cierto nivel ya muy impresionante. El gobierno tiene un nivel bastante alto de claridad. Claro, de aquí hay que llegarle a niveles más profundos y más detallados. Pero bueno, ya la ruta está trazada.
Ahora viene un nuevo incremento en la ambición en la próxima cumbre de cambio climático de la ONU. ¿Cómo va Costa Rica con la presentación de este plan?
Muy bien. Esto es exactamente la tarea que se quisiera que todos los países tuvieran. Yo no creo que todos los países van a poder llegar a este nivel pero esto lo hacemos porque nos conviene a nosotros.
¿Por qué otros países no podrían llegar a ese nivel de profundidad? ¿Qué facilidades tiene Costa Rica?
Bueno, tenemos muchísima trayectoria que nos ayuda pero para mi que la razón más grande no es histórica sino, más bien, geológica. Costa Rica nunca tuvo ni nunca tendrá combustibles fósiles nativos.
Aquí no tuvimos que hacer ese gran esfuerzo que están haciendo esos otros países por ver qué hacen con su carbón, qué hacen con su petróleo y qué hacen con su gas natural, ya que son combustibles que no van a poder estar usando a largo plazo.
Costa Rica nunca tuvo eso. “Tatica Dios” nunca nos dio eso y hoy decimos “¡gracias a Dios!”. No nos dio eso sino que nos dio otras riquezas que hoy estamos aprovechando.
¿Esa industria de combustibles fósiles sería la que más retrasa la acción climática a nivel mundial?
Sí, definitivamente.