Monteverde, Montes de Oca, Belén y Santa Ana son las cuatro ciudades costarricenses finalistas del One Planet City Challenge (OPCC). Esta competencia internacional, organizada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), invita a las ciudades de todo el mundo a presentar sus planes y acciones para combatir el cambio climático y contribuir al desarrollo sostenible.
Monteverde fue seleccionada como una de las 22 ciudades finalistas a nivel global, entre 359 ciudades de 48 países que participaron para el 2023-2024. Montes de Oca formó parte de los finalistas globales en 2022, por lo que concursa bajo la categoría de Leyendas OPCC. Santa Ana y Belén se encuentran concursando bajo la categoría de finalistas nacionales.
La competencia destaca a las ciudades que están implementando soluciones innovadoras y ambiciosas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, promover la eficiencia energética y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, alineándose con los objetivos del Acuerdo de París. Las ciudades ganadoras sirven como modelos para otras urbes que buscan alcanzar un futuro más sostenible.
Complementario al OPCC, WWF lanzó el concurso We Love Cities, en donde las personas podrán votar por sus ciudades favoritas, ya sea en la página web de We Love Cities o utilizando hashtags en redes sociales, como por ejemplo en el Facebook de Corclima Monteverde.
El fin de esta iniciativa es que las personas puedan expresar su apoyo a las ciudades que consideran más comprometidas con el desarrollo sostenible, dejando comentarios y sugerencias para mejorar sus esfuerzos climáticos en redes sociales. La campaña busca aumentar la participación ciudadana y generar mayor conciencia sobre las acciones climáticas que se llevan a cabo a nivel local.
¿Qué se está haciendo en las ciudades de Costa Rica?
La participación en la campaña We Love Cities ha permitido destacar logros a nivel nacional e internacional, fomentando el orgullo y la participación comunitaria tanto en Costa Rica como otros países.
Monteverde ha sido reconocida por su robusto plan de acción climática que incluye la gestión del agua, agricultura sostenible, reforestación, reutilización y promoción de transporte eléctrico. En este cantón también se trabaja en la creación de espacios públicos accesibles y el saneamiento ambiental.
Los esfuerzos ambientales de esta municipalidad han dado resultados positivos, lo que ha llevado al desarrollo de numerosos proyectos. Uno de ellos es “La Tilichera”, un centro de trueque que promueve la reutilización de objetos y “Reutilichar” una iniciativa para dar una segunda vida a los objetos en desuso.
De cara al futuro, la municipalidad proyecta la construcción del Parque Tecnológico Ambiental de Monteverde, un ambicioso proyecto que incluirá una planta de tratamiento de aguas residuales y un sistema integral de gestión de residuos sólidos, contribuyendo así a un manejo más eficiente y responsable de estos.
En Belén, debido a su naturaleza altamente industrializada, se han desarrollado proyectos enfocados en la recuperación y restauración de áreas verdes, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los habitantes y mitigar el impacto ambiental. Para reducir la huella de carbono, se están implementando techos y paredes verdes, que contribuyen a la sostenibilidad de la ciudad.
Además, la municipalidad ha invertido en la construcción de aceras, luminarias solares con sensores y parques, así como en la instalación de bebederos para humanos y mascotas, lo que promueve un entorno urbano más accesible y amigable.
Belén también forma parte de un corredor biológico, por lo que se fomenta la siembra de arbustos y árboles endémicos que sirven de conexión para la fauna local. Actualmente, se lleva a cabo un mapeo de los mamíferos presentes en la zona, y se ha creado una base de datos de aves que incluye la identificación de 270 especies en el cantón, lo que refleja el compromiso de la municipalidad con la conservación de la biodiversidad.
Santa Ana ha definido acciones climáticas en ocho áreas estratégicas, que incluyen servicios ecosistémicos, gestión del conocimiento, servicios comunitarios, planificación territorial, infraestructura y equipamiento, gestión de riesgos, desarrollo local y financiamiento climático.
Montes de Oca, por su parte, ha actualizado su inventario de gases de efecto invernadero y desarrollado un plan cantonal de mitigación y adaptación al cambio climático, estableciendo un marco claro para sus acciones futuras.
Estos esfuerzos reflejan un enfoque integral y colaborativo hacia la sostenibilidad, donde la participación activa de la comunidad juega un papel crucial. Las municipalidades están comprometidas a continuar desarrollando iniciativas que no solo reduzcan su huella de carbono, sino que también inspiren a otras ciudades a seguir su ejemplo, promoviendo un futuro más verde y resiliente para todos.